Leer las etiquetas de los alimentos es una decisión inteligente
Altagracia Paulino
Una buena parte de los consumidores dominicanos dedica tiempo para ejercer el derecho fundamental a la información relacionada con los productos alimenticios. Ya muchos leen las etiquetas. Es una ganancia en lo concerniente a la educación del consumidor, pese a no existir de manera sistemática una política en ese sentido.
Conocer los valores nutritivos que aparecen en la información nutricional de los productos preenvasados es una medida que debemos tomar antes de decidirnos por un alimento, porque es una inversión económica que hacemos para suplir la demanda de alimentos que requerimos para mantenernos en pie.
La información sobre el interés de los consumidores en disponer de tiempo para leer las etiquetas resultó de un sondeo realizado por el Viceministerio de Comercio Interno del Ministerio de Industria, Comercio y Mipymes, donde se encontró que las personas que leen la información de los rótulos provienen principalmente de la clase media.
Las personas que respondieron al cuestionario se quejaron de lo ilegible de las etiquetas, algunas por estar expresadas en otro idioma, porque las letras son muy pequeñas y porque la etiqueta traducida al español está expresada en letras pequeñas y, en ocasiones, ocultan la fecha de caducidad del producto.
Otra información relevante del sondeo es que la lectura de las etiquetas es determinante para la decisión de compra de los consumidores y que la fecha de caducidad es la primera información buscada.
La fecha de caducidad implica, además de conocer la durabilidad del producto, velar si existe alguna alteración en la fecha para detectar si ha sido borrado algún número.
El sondeo de Industria y Comercio es un indicador de que se ha avanzado algo, pero daríamos un paso gigante si la educación al consumidor formara parte de un eje transversal en la educación formal.
El sondeo también da pie para el nuevo enfoque del etiquetado de los alimentos, visto ahora desde la perspectiva de la salud. No solo debemos leer las etiquetas y conocer los valores nutritivos, lo nuevo es el etiquetado frontal de advertencia nutricional, y para que así sea, debe estar contenido en una ley especial que involucre a la administración y a las empresas.
No es lo mismo la lectura de las etiquetas de los alimentos que usted frenar y pararse ante un rótulo que le advierta las cantidades de los aditivos peligrosos que le pueden producir algún tipo de enfermedad.
Los octágonos utilizados en los rótulos de los alimentos en los países donde existen leyes especiales, como Chile, México, Argentina, Uruguay, Colombia, Ecuadory otros países de la región, ya han evidenciado un gran cambio en los consumidores y un valor agregado en las empresas que lo han asumido.
La ley no obliga al consumidor a desechar los alimentos, solo le advierte, y es una responsabilidad de la administración y de los poderes públicos asumir mediante una ley que los alimentos que representen riesgos para la salud sean debidamente rotulados con el llamado de advertencia.
Prevenir las enfermedades crónicas es un deber de la administración porque resulta más económico para el Estado, así como para las personas que deben gastar de sus bolsillos para poder seguir viviendo con sus padecimientos, porque los medicamentos para las enfermedades no transmisibles con las que debe vivir mucha gente no forman parte del catálogo de la Seguridad Social.