Leonel, el foco de la maledicencia (2 de 3)
Por Carlos Nina Gómez
Pero, ¿por qué tantas duras críticas contra el doctor Leonel Fernández?
La pregunta, en medio de un improvisado diálogo que tuvo como escenario una de las plazas de Santo Domingo, me la formuló un miembro del entusiasta trío conversador.
Le di esta sencilla respuesta: “Porque la envidia y la maledicencia que norman a ese negativo sector de la sociedad dominicana, no soporta el triunfo ajeno”. Es justamente lo mismo que plasmé en el texto del pasado viernes.
Dentro de mi léxico, el siguiente es uno de los conceptos que más resalto: “Siempre dice más quien tiene menos que decir”.
En lo que concierne al doctor Leonel Fernández, sus detractores -enanos de la sapiencia política, y académica- emiten opiniones que contrastan con la realidad histórica que fortalece la solidez de Fernández como hombre público, expresidente de República Dominicana en tres períodos (1996-2000, 2004-2008 y 2008-2012).
Debo reconocer que entre los infelices críticos de Fernández, que son los menos, figuran estelares periodistas, con una dilatada carrera que nadie puede cuestionar dentro del plano profesional.
También están en la lista intelectuales y dirigentes políticos de respetable estatus social quienes, aunque saben del “bagaje” intelectual y político del actual líder del partido Fuerza del Pueblo (FP), no reconocen sus tangibles logros en varias facetas del saber humano.
Es que ese tipo de personas -que igualmente vive arropada por la envidia- siempre actuará de esa manera y con la actitud más dañina.
Serán los mediocres e ineptos de siempre, -que los hay de toda “calaña”- que nunca dejarán de proclamar sus ácidas críticas con miras a crear malignas confusiones en los sectores más sanos del país fundado por Juan Pablo Duarte quien también fue vilipendiado.
El prestigioso politólogo y pastor dominicano Javier Fuentes -quien reside en Nueva York desde hace más de 30 años-, cita una lapidaria frase que nos dejó el siquiatra y psicoterapeuta suizo Carl Junge, que sirve para fortalecer el contenido de este artículo. Aquí su pensamiento: “El hombre sano no tortura a otros. Generalmente es el torturado el que se convierte en torturador”, y como lo precisa Javier Fuentes: “Una sociedad emocionalmente fracturada no elegirá a líderes sanos, sino a aquellos que representen sus propias heridas”.
Leonel Fernández, por su positiva trayectoria en la política, su celebrada vida intelectual y académica, tiene asegurado un sitial de privilegio, con alto respeto continental incluido en República Dominicana y otros lares a nivel global.
Son lauros bien ganados y que caen pesados en el segmento donde habitan quienes, por su acentuada maledicencia, nunca van a reconocer.
¡La envidia los marca y el triunfo ajeno no se lo permite!
Continuará…