Lo que te venden los medios sobre la muerte de Mahsa Amini

HISPANTV. La trágica muerte de una mujer iraní de 22 años bajo custodia policial, aún rodeada de misterio, ha alimentado protestas airadas en los últimos días. Las redes sociales también han estado llenas de hashtags evocadoras que piden “justicia”.

El pueblo de Irán tiene derecho a saber qué le sucedió a Mahsa Amini y las circunstancias que provocaron su muerte. Y las autoridades están legal y moralmente obligadas a investigar el asunto y apagar las furiosas llamas de la ira con justicia y responsabilidad.

Habiendo dicho eso, la forma en que las protestas parecen haber sido aprovechadas por agitadores, tanto dentro como fuera del país, apunta a algo profundamente siniestro. Y no es la primera vez. Estos agentes provocadores siempre han tratado de aprovechar tales oportunidades para fomentar el caos y el desorden.

Quemar la bandera del país, saquear mezquitas y bancos, atacar ambulancias o golpear a policías al azar en la calle, son acciones no pueden atribuirse a quienes realmente buscan justicia. Hay más cosas escondidas en estos disturbios de lo que parece.

Horas después de que estallara la noticia el viernes 16 de septiembre, el presidente de Irán, Ebrahim Raisi, quien estaba en Uzbekistán para la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), ordenó al Ministerio del Interior que iniciara una investigación meticulosa sobre el incidente. Más tarde también habló con el padre de la mujer fallecida.

El máximo funcionario judicial, Mohseni Eyei, por su parte, en sus declaraciones del lunes, dijo que había pedido a los órganos judiciales que “investiguen a fondo” el caso. El martes, el presidente del Parlamento, Mohamad Baqer Qalibaf, también se unió al coro y dijo que el máximo órgano legislativo ha puesto la investigación sobre la muerte de la mujer de 22 años como una prioridad en su agenda.

Como es evidente, no hay ningún intento de ocultar el incidente o engañar a la gente. No se puede negar el hecho de que la mujer murió bajo custodia policial. Pero la investigación aún está en curso, por lo que adelantar los hechos es imprudente.

Las imágenes de las cámaras de seguridad publicadas por la Policía muestran cómo Mahsa Amini colapsa después de un breve intercambio de palabras con una mujer policía dentro de una estación de policía. No parece haber contacto físico, lo que ha llevado a especular que podría haber tenido problemas de salud subyacentes. Más tarde fue declarada muerta en un hospital.

La investigación preliminar llevada a cabo por el Parlamento también ha descartado el uso de la fuerza contra la joven kurda iraní, revelando que la fallecida había hecho una cirugía cerebral hace años. Sin embargo, todavía se espera el informe final.

También se espera que el Ministerio del Interior presente su informe en unas pocas semanas, que arrojará más luz sobre los hechos que condujeron a esta trágica muerte. La verdad debe prevalecer y eso es algo en lo que todos están de acuerdo.

Mientras tanto, los medios de comunicación occidentales están ocupados dando vueltas al trágico evento para impulsar su agenda de “cambio de régimen” en Irán, calificándolo de “asesinato” y acusando a las autoridades de “tortura”, incluso antes de que concluyan las investigaciones. La cobertura sin precedente de la muerte de una mujer iraní ha vuelto a demostrar cómo los medios y los gobiernos occidentales trabajan en conjunto para ofuscar la razón.

El asesinato a sangre fría y a plena luz del día de la periodista palestina Shireen Abu Akleh fue calificado de “muerte”, mientras que la muerte de Mahsa Amini se describió como un “asesinato”. El primer caso fue realizado por militares del régimen israelí, y el segundo caso ocurrido en Irán.

Muchos vídeos han estado circulando en las redes sociales, algunos de ellos falsos o antiguos, con la intención de avivar las tensiones en este momento delicado. Curiosamente, muchas figuras iraníes, residentes en países occidentales, también se han subido al carro para impulsar sus nefastas agendas.

Eso es exactamente lo que el padre de la mujer fallecida, Amjad Amini, también advirtió en una entrevista con la agencia iraní de noticias Tasnim, en la que desvinculó a su familia de los teóricos de la conspiración, declarando que “justicia es todo lo que quiere”.

Lo que también es interesante es cómo algunos líderes occidentales se han convertido repentinamente en “simpatizantes” del pueblo de Irán, los mismos líderes que se niegan a levantar o suavizar las sanciones que han matado a decenas de miles de iraníes a lo largo de los años. Los mismos líderes que han brindado apoyos a los grupos terroristas antiraníes y al régimen de Israel que ha asesinado a varios científicos del país persa a lo largo de los años.

No se equivoquen: esos no pueden ser los simpatizantes del pueblo de Irán. Los occidentales solo buscan desorden y caos. Antes de insistir sobre los derechos humanos en otros países, primero, deberían poner su propia casa en orden. Por ejemplo, en EE.UU., se registraron 1055 tiroteos policiales fatales en 2021, y antes de eso 1020 en 2020, siendo los afrodescendientes los principales objetivos. ¿De verdad, Estados Unidos puede hablar de los derechos humanos?

Antony Blinken, Rob Malley y otros deberían estar más preocupados por los abusos de los derechos humanos en su propio país antes de dar conferencias grandilocuentes a otros. Los estadounidenses no están en condiciones de reclamar la superioridad moral. Sus manos están empapadas en la sangre de inocentes en Irak, Afganistán, Palestina, Yemen y Siria.

A principios de esta semana, una estudiante de secundaria iraquí de 15 años, Zainab Essam Al-Jazali, fue asesinada a plena luz del día por tropas estadounidenses durante un ejercicio militar en el área de Abu Ghraib, al oeste de Bagdad. Ella no era una terrorista, solo estaba ayudando a su padre en la granja familiar. ¿Por qué este hecho no provocó la indignación de los medios y países occidentales?

El ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Hosein Amir Abdolahian, respondió acertadamente a los funcionarios estadounidenses en un tuit el martes, afirmando que los derechos humanos tienen un “valor inherente para la República Islámica, a diferencia de quienes los usan como herramienta contra los adversarios”.

“En lugar de derramar lágrimas de cocodrilo, Estados Unidos debe poner fin al #TerrorismoEconómico”, escribió el principal diplomático iraní después de que el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca calificó la muerte de Mahsa Amini como un acto atroz que viola los derechos humanos.

La justicia prevalecerá en el caso de Mahsa Amini, pero esas decenas de miles de víctimas del terrorismo de EE.UU., en Afganistán e Irak, nunca verán justicia, algo que demuestra una vez más la verdad tan simple y contundente del historial criminal de EE.UU.

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Seyed Zafar Mehdi es un periodista, analista político y autor radicado en Teherán. Ha informado durante más de 12 años desde La India, Afganistán, Pakistán, Cachemira e Irán para publicaciones líderes en todo el mundo.

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