Los Gavilleros

Biografías Patrias para Escolares

Por Juan Carlos Espinal

Durante la primera intervención norteamericana a la República Dominicana (1916-1922) un grupo de hombres y mujeres nacionalistas, se opusieron y levantaron su voz de pro- testa.

A partir de ese momento, fueron ferozmente perseguidos, encarcelados y torturados. Los que escaparon, huyeron hacia la parte Este de la isla y desde allí organizaron su resistencia.

Los norteamericanos los etiquetaron con el mote de “gavilleros”. Los acusaron de ladrones y saqueadores y muchos de ellos fueron asesinados, muriendo algunos mientras eran salvajemente torturados para que se auto incriminaran y/o delataran a otros.

Las tropas norteamericanas peinaron todo el país, desarmando a la población, pero a pesar de todo, hubo un grupo de rebeldes que se mantuvo contra la autoridad extranjera. Los “gavilleros” operaban en la región oriental del país y sus grupos estaban conformados, en gran medida, por campesinos que habían sido despojados de sus tierras durante el apogeo de la industria azucarera, de gran capital extranjero, iniciado a finales del siglo XIX e incentivado en los primeros quince años del siglo XX.

Los gavilleros se escondían en las zonas montañosas y atacaban mediante el método de la guerra de guerrillas, contando para ello con la colaboración del grueso de la población de la región e incluso con la de los propios administradores de los ingenios que, a fin de evitar la quema o asalto de sus campos, bodegas y bateyes, les suministraban dinero y comida.

Sólo pudieron ser afectados seriamente cuando las operaciones en su contra contaron con el concurso de los soldados dominicanos de la Guardia Nacional, quienes cometían tropelías y saqueos para acusar de las mismas a los gavilleros. En 1922 aceptaron una amnistía general, ofrecida por el gobierno de ocupación, bajo el entendido de que se instauraría el gobierno provisional dominicano, acordado en el Plan Hughes-Peynado de ese año.

Sus líderes más importantes fueron Vicente Evangelista, Ramón Natera, Martín Peguero, José Piña, Luciano Reyes, Pedro Tolete, Marcial Guerrero y Félix Laureano.

Otro que luchó en las lomas, en contra de la ocupación, fue el auto denominado “mesías” Olivorio Mateo (Papá Liborio). Entre 1916 y 1922, se enfrentó en 16 ocasiones a las fuerzas de ocupación que detentaban el poder en el país. El líder revolucionario campesino fue abatido a tiros, junto a uno de sus hijos, el 27 de junio de 1922.

Otros combatientes sufrieron años de encierros y vejámenes inenarrables. El último de estos héroes fue Cayo Báez, quien fue torturado desde las plantas de los pies hasta la coronilla de su cabeza, para que denunciara a sus compañeros, pero nunca los delató. Salvó su vida milagrosamente, después que las tropas norteamericanas, dándolo por muerto, lo dejaran abandonado a orillas del río Camú, en Bonao. Murió en dicha localidad, en la más absoluta miseria en el año 1992.

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