‘Los que comulgaron con el corazón limpio’, de Edwin Disla

Julio Cuevas

Aclaro, que mi misión aquí, no es ser juez de jueces, ni de verificación de verdades o no de esos hechos que se cuentan. Aquí me interesa el cómo se cuentan.

Desde el discurso narrativo, el sujeto, en la sociedad, en su sociedad, y, desde su potencial creativo, en este caso, desde la novela, contribuye a la construcción de la historia de nuestros pueblos.

Asume la literatura, para recoger los episodios que forman el historial de nuestra cotidianidad contemporáneo, como ocurre en este narrar, donde el sujeto-autor se adueña del discurso del creador y asume la posición del historiador, para la proyección de episodios que, son propios de su tiempo, de nuestro tiempo y de nuestro espacio geográfico vital.

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