«Existe un fortalecimiento de estas relaciones de desarrollo económico y comercial a través de los BRICS y su banco, el Nuevo Banco de Desarrollo [NDB], al que
Egipto también solicitó adherirse. Es una escapatoria de un sistema dominado por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, que están esencialmente controlados política y financieramente por EEUU y los países de la OTAN», subrayó.
El experto señaló que esta tendencia apunta a «la formación de otro polo de poder, mucho más prometedor» a medida que la relación entre estos países BRICS es «mucho más igualitaria y menos explotadora».
«No se trata de una explotación, sino de una asociación mutuamente beneficiosa, como mencionó el presidente chino, Xi Jinping. Así que hay un intento de alejarse del sistema estadounidense, británico y europeo de dominación colonial en general», destacó.
Por el contrario, son los autores de las sanciones los que están en desventaja. En palabras de Sobral, las sanciones estadounidenses acabaron volviéndose en contra de la propia OTAN, aumentando la inflación, provocando descontento social y desencadenando una crisis energética entre los Estados miembros y en EEUUU.
«Durante este periodo, el dólar dejó de ser la única moneda en la que se negocian los contratos de futuros del petróleo. El yuan, la moneda china, ya fue adoptada y empieza a ser un adversario, un competidor cada vez más fuerte del dólar», comentó.
Añadió que el dominio del dólar es una poderosa arma estadounidense para imponer su voluntad en el mundo. Entonces, los países vinculados al sistema de cambio de la divisa estadounidense podrían sufrir una fuerte sacudida, hasta el punto de que una gran parte del mercado mundial de productores y consumidores se apartaría del sistema, lo que podría llevar incluso al colapso del dólar, ya que hay mucha más moneda en circulación que bienes.
Sobral cree que la pérdida de influencia del dólar, así como la menor cantidad de moneda estadounidense en circulación, podría provocar una crisis de confianza y crear un efecto dominó.
«La gente intentará deshacerse de los dólares que tiene comprando objetos reales, y estos objetos sufrirán un gigantesco proceso inflacionista del dólar, desequilibrando los mercados financieros de Nueva York, Londres, las bolsas de materias primas vinculadas al dólar, las bolsas europeas, como París y Fráncfort. Este cambio podría implicar un proceso inflacionista aún mayor, el empobrecimiento de la población europea, estadounidense y canadiense, y tal vez japonesa. Y esto puede desequilibrar políticamente estos sistemas de Gobierno, con enormes conflictos sociales de diversa índole», resumió el economista.
Sobral aseveró que el escenario se agrava aún más por el aumento del costo de la energía, que amenaza al sector industrial en Europa.
«El precio de la energía es básico para el mantenimiento de una industria. Las industrias alemana, francesa, inglesa, italiana y española empiezan a estar profundamente amenazadas, porque el aumento del costo de la energía reduce los márgenes de beneficio y estas empresas pueden hundirse, provocando la pérdida de puestos de trabajo y que la crisis social sea aún más intensa», concluyó el experto.