Narcotráfico made in USA

La historia del narcotráfico moderno está profundamente entrelazada con las operaciones encubiertas de la CIA y los intereses geopolíticos de Estados Unidos. Lejos de ser una mera coincidencia, la expansión y consolidación de los cárteles de droga en América Latina y su conexión con el mercado estadounidense tienen raíces en estrategias diseñadas por agencias de inteligencia y gobiernos que utilizaron el tráfico de drogas como herramienta para financiar operaciones clandestinas y desestabilizar movimientos políticos contrarios a sus intereses.

Los orígenes coloniales del narcotráfico
Antes de adentrarnos en el papel de la CIA, es crucial recordar que el narcotráfico no es un fenómeno nuevo. El primer cártel de drogas a nivel global fue creado por el Imperio Británico a través de la Compañía Británica de las Indias Orientales, que traficaba opio en China como parte de su política colonialista. Este precedente histórico demuestra cómo las potencias han utilizado el tráfico de drogas como arma de control y dominación.

La CIA y el nacimiento del narcotráfico moderno
Durante la Segunda Guerra Mundial, la Oficina de Servicios Estratégicos (OSS), precursora de la CIA, ya estaba involucrada en el tráfico de opio. El coronel Paul Helliwell, una figura clave en la OSS, utilizó el opio cultivado en Birmania para financiar operaciones encubiertas contra la revolución comunista de Mao en China, apoyando al régimen de Chiang Kai-shek. Este modelo de financiamiento a través del narcotráfico sentó las bases para lo que vendría después.
Helliwell no solo introdujo opio asiático en Estados Unidos, sino que también se convirtió en el banquero de la CIA, utilizando el banco Castle Bank & Trust en las Bahamas para lavar dinero proveniente del narcotráfico. Este esquema salió a la luz en 1973 durante la Operación Tradewinds, pero la investigación fue rápidamente desechada debido a las presiones de la CIA.

La DEA y la lucha por el control del narcotráfico
En 1973, el presidente Richard Nixon creó la DEA (Administración para el Control de Drogas) en un intento por arrebatarle el control del narcotráfico a la CIA. Nixon sabía que la CIA estaba involucrada en el tráfico de drogas y que había jugado un papel en el asesinato de John F. Kennedy. La respuesta de la CIA no se hizo esperar: el escándalo de Watergate, que llevó a la renuncia de Nixon, fue en parte una represalia por su intento de limitar el poder de la agencia.

América Latina y la guerra sucia
En América Latina, la CIA utilizó el narcotráfico como herramienta para combatir movimientos socialistas y guerrillas de izquierda. La Operación Cóndor, que coordinó dictaduras de derecha en el Cono Sur, es un ejemplo claro de cómo el narcotráfico se entrelazó con la contrainsurgencia. En Colombia, el piloto Barry Seal, agente de la CIA, transportó cocaína a Estados Unidos en aviones de la agencia para financiar a los contras en Nicaragua. Las fotos de Seal con Pablo Escobar son una prueba irrefutable de esta colaboración.
En México, los cárteles de droga crecieron bajo la protección de la Dirección Federal de Seguridad (DFS), una agencia que operaba en estrecha colaboración con la CIA. El Cártel de Guadalajara, el primer gran cártel mexicano, fue fundado con la participación directa de la CIA, que utilizó sus operaciones para financiar y entrenar paramilitares en Centroamérica.

 

El asesinato de Kiki Camarena y el silencio de la prensa
El caso del agente de la DEA, Enrique «Kiki» Camarena, es emblemático. Camarena fue torturado y asesinado por el Cártel de Guadalajara después de descubrir que la CIA estaba utilizando un rancho en Veracruz para traficar drogas y armas. Héctor Berrellez, exagente de la DEA, ha revelado que la CIA grabó la tortura de Camarena. Este crimen fue parte de un esfuerzo por silenciar a quienes intentaban exponer las operaciones encubiertas de la agencia.
La muerte del periodista Manuel Buendía, quien investigaba el rancho de Veracruz, y del periodista veracruzano Javier Juárez, son otros ejemplos de cómo se ha silenciado a quienes intentan revelar la verdad detrás del narcotráfico.

La complicidad actual
Estas prácticas no han cesado. En 2012, se documentó que la CIA utilizó la venta de cocaína en Chile para financiar un intento de golpe de Estado contra Rafael Correa en Ecuador. Además, operaciones como «Rápido y Furioso», en la que la ATF (Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos) envió armas a los cárteles mexicanos, demuestran que el vínculo entre las agencias estadounidenses y el narcotráfico sigue vigente.

Propaganda imperialista
Hoy, Estados Unidos culpa a México por el narcotráfico, ignorando su propio papel en la creación y expansión de los cárteles. La nominación de un agente de la CIA como embajador de EE.UU. en México es una provocación que busca justificar una posible intervención militar. México debe recordarle al mundo que los cárteles de droga son, en gran medida, una creación de la CIA y de los intereses imperialistas de Estados Unidos.

Conclusión
El narcotráfico moderno no es solo un problema de crimen organizado; es el resultado de décadas de intervención estadounidense en América Latina. La CIA y otras agencias han utilizado el tráfico de drogas como arma política, financiando operaciones encubiertas y desestabilizando gobiernos. Es hora de que esta verdad sea ampliamente conocida para combatir la propaganda imperialista y exigir responsabilidades. México y el mundo deben recordar que los cárteles de droga son, en gran medida, una invención de la CIA.

Por: Manuel Hernandez Borbolla periodista de RT en Mexico

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.