Nuestro compromiso con la Mesa de Diálogo y Concertación de Punta Catalina
PRIMER MOMENTO. Para este medio de comunicación social, es inaceptable la amenaza de Celso Marranzini, administrador de la Central Termoeléctrica Punta Catalina, que conminó a tres organizaciones de la sociedad civil a que desmientan las denuncias sobre la contaminación y las fallas estructurales de las plantas a carbón, en un plazo de tres días.
Es un acto de intimidación someter ante la justicia a la Coalición Por la Defensa de la Salud y el Medio Ambiente de la provincia Peravia, al Instituto de Abogados para la Protección del Medio Ambiente, INSAPROMA, y al Comité Nacional de Lucha Contra el Cambio Climático, CNLCC. Esa acción no va a acallar las voces de protesta contra la contaminación ambiental.
Pareciera que el poder que Celso Marranzini ostenta en esa empresa energética del Estado le haya dado «patente de corso» al descalificar a los que se han opuesto a la contaminación ambiental en la provincia Peravia. Marranzini no debería sabotear el diálogo, ni actuar como si estuviera por encima del país.
El emplazamiento de Marranzini, que fue remitido a través de un requerimiento de rectificación, ha movilizado a las tres entidades de la sociedad civil para poner al tanto de la situación a los organismos internacionales como el Comité de los Derechos del Niño de la Organización de las Naciones Unidas, ONU, en Ginebra, Suiza, el Parlamento Europeo, en Bruselas, Bélgica, y la Federación Internacional de Derechos Humanos, FIDH.
Lo grave del caso es que Celso Marranzini, quien se ha autoincriminado al admitir las fallas de Punta Catalina, ha ignorado el daño que Punta Catalina ha causado a la salud de la provincia Peravia.
Esos organismos internacionales han recomendado al Estado dominicano adoptar medidas que protejan la salud de la población de la provincia Peravia, especialmente de la niñez que es el sector más vulnerable ante estos impactos.
Las tres organizaciones han dicho que la demanda de Marranzini es imposible de cumplir, al calificarla de ridícula y absurda.
Una auditoría forense reveló que Odebrecht y sus socios Tecnimont y el Grupo Estrella fueron responsables de las fallas técnicas de las plantas a carbón de Punta Catalina.
Marranzini admitió irregularidades en una obra en la que se usó dinero de los contribuyentes para reparar un daño causado por ese consorcio constructor, y ahora su actitud es mucho más cuestionable al enfrentarse a la sociedad civil.
Nos hemos identificado con las tres organizaciones de la sociedad civil en su denuncia de que se ha cometido una estafa contra el Estado y el pueblo dominicano, con daños a la salud de la provincia Peravia.
Por eso, hemos aceptado el reto de participar en la Mesa de Diálogo y Concertación para que Punta Catalina, de forma transparente y en consenso con las comunidades, reduzca los niveles de contaminación, repare los daños, indemnice a las víctimas, y se comprometa a suministrar recursos para el desarrollo sostenible de la provincia Peravia.