Para comprender la dimensión de la política imperialista
Por Fidel Escalante.
9 de agosto: Nagasaki y el espejo incómodo de Estados Unidos
El 9 de agosto de 1945, a las 11:02 de la mañana, la ciudad japonesa de Nagasaki fue borrada en segundos por la detonación de la bomba atómica Fat Man, lanzada desde un bombardero B-29 estadounidense. El ataque mató de forma instantánea a unas 40,000 personas y elevó la cifra de muertos a más de 70,000 en las semanas siguientes debido a quemaduras, radiación y heridas graves. Muchos sobrevivientes —los hibakusha— sufrieron secuelas físicas y psicológicas de por vida, transmitiendo incluso a sus descendientes efectos genéticos y enfermedades.
Este fue el segundo y último bombardeo atómico contra una población civil en la historia, ocurrido solo tres días después de que Hiroshima fuera arrasada con la bomba Little Boy. La decisión de Estados Unidos de emplear armas nucleares contra ciudades habitadas sigue siendo uno de los episodios más controvertidos del siglo XX.

En su momento, Washington lo justificó como una medida para “acelerar el fin de la guerra”, pero no dudó en señalar —y aún señala— como “crímenes de guerra” las acciones de otros países contra civiles. Esta contradicción es un ejemplo del doble rasero que atraviesa toda su historia política y militar: condenar en otros lo que practica sistemáticamente.
Puerto Rico: cuando el verdugo ataca su propia colonia
Este patrón no se limita a guerras contra naciones extranjeras. Un ejemplo interno es el bombardeo de Puerto Rico en 1950.
En octubre de ese año, durante la insurrección nacionalista contra el dominio estadounidense, la Fuerza Aérea de Estados Unidos atacó con fuego aéreo el pueblo de Jayuya y otras zonas de la isla. Fue la única vez que EE. UU. bombardeó con su fuerza militar un territorio bajo su soberanía, mostrando cómo trata a sus propias colonias y dejando claro lo que está dispuesto a hacer con naciones que no le pertenecen.
Los líderes independentistas fueron perseguidos, encarcelados o asesinados, y la represión política contra movimientos nacionalistas, socialistas y comunistas marcó décadas de vigilancia, censura y hostigamiento.
Un legado de violencia histórica
La historia de Estados Unidos está atravesada por episodios de violencia estructural, militar y política que han dejado un saldo letal de varios millones de víctimas, tanto dentro de sus fronteras como en todo el mundo.
▪️Siglos XVII al XIX: genocidio indígena
Desde la colonización y la independencia, la expansión territorial fue inseparable de la eliminación física y cultural de los pueblos originarios:
• Ley de Traslado Forzoso de Indígenas (1830): obligó a tribus enteras del sureste a abandonar sus tierras y marchar hacia territorios inhóspitos en lo que se conoce como el Sendero de Lágrimas, donde murieron miles por hambre, enfermedades y violencia.
• Masacre de Sand Creek (1864): tropas masacraron a unas 200 personas, la mayoría mujeres, niños y ancianos.
• Masacre de Bear River (1863): más de 300 indígenas Shoshone fueron asesinados por el ejército estadounidense.
A estas matanzas se sumó el auge de organizaciones supremacistas como el Ku Klux Klan, que mantuvieron un régimen de terror racial incluso después de abolida formalmente la esclavitud.
▪️ Siglo XX: intervenciones y dictaduras
Durante la Guerra Fría, Washington se erigió como garante del “mundo libre” mientras apoyaba golpes de Estado y dictaduras militares en América Latina y el Caribe:
• Brasil (1964), Chile (1973), Argentina (1976), Paraguay (1954-1989), entre otros.
• Complicidad directa en la Operación Cóndor, una red de coordinación represiva que dejó decenas de miles de desaparecidos y cientos de miles de torturados y asesinados.
Estas intervenciones respondieron a intereses económicos y estratégicos, bajo la bandera de frenar el comunismo, pero a costa de instaurar regímenes que sistemáticamente violaron los derechos humanos.
▪️ Vietnam: guerra total
La Guerra de Vietnam (1955-1975) fue un conflicto devastador en el que murieron entre 966,000 y más de 3 millones de vietnamitas. Estados Unidos empleó tácticas de guerra total contra la población civil:
• Masacre de My Lai (1968): más de 300 aldeanos, en su mayoría mujeres y niños, asesinados por tropas estadounidenses.
• Uso masivo de Agente Naranja y otros químicos que provocaron daños medioambientales y enfermedades crónicas durante generaciones.
▪️ Puerto Rico: represión colonial prolongada
Desde 1898, la isla ha sido laboratorio de políticas de control social, económico y militar. La represión de la revuelta nacionalista de 1950 y las posteriores campañas contra líderes independentistas son solo la punta del iceberg de una política que incluye espionaje, fichaje masivo y exclusión política.
Cifras del impacto humano
• Pueblos indígenas: decenas de miles de muertos y desplazados forzosamente.
• Violencia racista interna: al menos 200,000 víctimas.
• Vietnam: entre 966,000 y 3,010,000 muertos.
• Dictaduras latinoamericanas con apoyo de EE. UU.: cientos de miles de víctimas.
• Puerto Rico: cientos de víctimas directas y un daño social prolongado.

Nagasaki como recordatorio
La efeméride del bombardeo de Nagasaki no debe verse como un hecho aislado, sino como parte de un patrón: Estados Unidos ejerce la violencia masiva contra poblaciones civiles, mientras denuncia con vehemencia los crímenes de otros países. Desde el genocidio indígena hasta la represión colonial, pasando por guerras de aniquilación y golpes de Estado, este historial sigue influyendo en sus relaciones internacionales y en la memoria de los pueblos que lo han padecido.
Nagasaki, Puerto Rico, Vietnam, las naciones indígenas y las víctimas de las dictaduras apoyadas por Washington son capítulos de un mismo libro: el de un imperio que rara vez se mira en el espejo que le ponen enfrente.

