Plan de Acción Internacional 2025: la hoja de ruta antifascista desde Venezuela

Juan Negrón Valera

En Caracas, la capital de Venezuela, tuvo lugar este enero el Festival Mundial Antifascista, un evento que, más allá de sus manifestaciones culturales y políticas, dio nuevo impulso a la construcción de estrategias globales para enfrentar el avance de la extrema derecha.
Este festival se consolidó como un espacio de resistencia y articulación política en un mundo marcado por la crisis del capitalismo y la creciente influencia de movimientos fascistas. Luiza Calvette Costa, politóloga brasileña y miembro del Centro Brasileño de Solidaridad a los Pueblos y Lucha por la Paz (Cebrapaz), participó activamente en el festival y compartió sus reflexiones en una entrevista para Sputnik.

«El espacio creado por la Internacional Antifascista es fundamental para el momento actual de la humanidad, marcado por el agravamiento de las guerras y los gobiernos anti pueblo que aplican la austeridad fiscal para maximizar el lucro de los poderosos», afirmó Calvette Costa.

La Internacional Antifascista: un llamado a la unidad global

El Festival Mundial Antifascista no solo representó un espacio de reflexión, sino también de acción concreta. Una de las principales conclusiones del evento fue la aprobación del Plan de Acción Internacional de la Internacional Antifascista 2025.
Este plan, según Calvette Costa, se divide en dos ejes fundamentales: «El primero, con agendas marcadas de encuentros internacionales para la articulación del trabajo en cada uno de los países; y el segundo, con el establecimiento de líneas comunes para la acción de ese trabajo».
La creación del Foro de Caracas, un tanque de pensamiento destinado a establecer espacios de análisis y praxis antifascista, es una de las iniciativas destacadas. Este espacio, que reunirá a intelectuales y movimientos sociales, busca actualizar el concepto de fascismo para enfrentar los desafíos contemporáneos. Además, el festival acordó la realización de un Encuentro Internacional de Escuelas de Formación Política del sur global, con el objetivo de fomentar una educación emancipadora y crítica.
«Cada país y pueblo en lucha trae sus contribuciones para la emancipación de los pueblos. Somos procesos complementarios, y mirar las experiencias de los pueblos hermanos nos ayuda a construir nuestra propia historia», destacó la politóloga brasileña. Este enfoque resalta la importancia de la colaboración y la solidaridad entre las naciones del Sur Global.

La guerra cognitiva: una batalla crucial

Uno de los desafíos centrales para la lucha antifascista es la batalla ideológica y cultural en las redes sociales. Calvette Costa describió esta dinámica como una «guerra cognitiva», en la que las plataformas digitales se utilizan para manipular y confundir a las masas.

«Esta arma comunicacional no se restringe solo a la producción en masa de datos, hechos y eventos para confundir a los adversarios. Va más allá, buscando generar y alimentar desconfianza y confusión en relación con los hechos«, explicó.

En este sentido, la politóloga brasileña abogó por la necesidad de regular las redes sociales y crear plataformas alternativas que no estén dominadas por el capital transnacional. «¿Cómo podemos seguir dependiendo de redes sociales que tienen explícitamente un lado? El lado del capital transnacional y del fascismo, donde nos utilizan solo como máquinas de generar dinero», cuestionó.
Además, enfatizó la importancia de educar a la sociedad sobre el uso de estas herramientas y fomentar el pensamiento crítico. «Primero, es necesario comprender que enfrentamos este proceso, que la sociedad entienda qué son las redes sociales y que son una herramienta de alienación», aseguró.

Estrategias para involucrar a las bases populares y a la juventud

Una de las prioridades del movimiento antifascista es asegurar que su mensaje llegue a todas las capas de la sociedad, especialmente a las bases populares. Calvette Costa consideró que la educación y la participación comunitaria son elementos clave para lograrlo. «Implementar programas educativos que promuevan valores de solidaridad, paz y justicia, y que promuevan la historia de los movimientos antifascistas es esencial», afirmó.
Asimismo, destacó el papel de la cultura y el arte como herramientas poderosas para transmitir mensajes de resistencia y solidaridad.
«Las expresiones culturales pueden llegar a un público amplio y diverso, y tienen el poder de inspirar y movilizar», agregó.
El festival también puso énfasis en el papel de la juventud en la lucha antifascista. Calvette Costa subrayó la importancia de educar a los jóvenes sobre las raíces históricas del fascismo y su impacto contemporáneo.
«El joven necesita conocer su origen, conocer el pasado y mirar hacia el futuro. En un mundo cada vez más neoliberal e individualista, el joven se siente perdido, como si no hubiera personas antes que él que lucharon por sus derechos», reflexionó.
La politóloga también destacó la importancia de espacios organizados, como los propuestos por la Internacional Antifascista, para fomentar el liderazgo juvenil y la participación activa en los procesos emancipatorios. «La juventud lleva en sí el deseo de lo nuevo y de la transformación».
Calvette Costa concluyó con la urgencia a recordar que ya el fascismo fue derrotado hace 80 años “con la victoria sobre el nazismo por la Unión Soviética”, y que además la paz es el mayor desafío que tiene la humanidad.
“La cultura de guerra es una cultura para la destrucción. Debemos hacer la revolución desde el amor, la solidaridad, la empatía y la garantía de una vida digna para los pueblos. La Internacional Antifascista es una de las respuestas a lo que nos dijo Simón Bolívar: ‘La unidad de nuestros pueblos no es simple quimera de los hombres, sino inexorable decreto del destino’”.

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