Plástico de un solo uso, foam y Ley de Residuos

Por Altagracia Paulino

El miércoles 4 de junio se produjo la grata sorpresa de un grupo de jóvenes que lograron congregar a 28 organizaciones de la sociedad civil para presentar la campaña “Dale Banda al Foam”, lo cual constituye una señal de esperanza para el futuro del país, que es definitivamente de los jóvenes.

Soñamos con una República Dominicana donde nuestras playas, ríos y comunidades estén libres de la contaminación por foam, protegiendo nuestra salud y biodiversidad para las futuras generaciones”. Ellos, que son parte ya de las generaciones por venir, nos hicieron pensar que no todo está perdido y que los padres fundadores de nuestra nacionalidad no llegaban a la edad de 30 años, como estos jóvenes que, durante más de dos años, peinaron las playas y ríos para llegar a la conclusión de que el 55 por ciento de la basura de los ríos Ozama e Isabela está compuesta por foam.

También explicaron que el foam es el residuo de mayor presencia en las playas y ríos del país, donde se producen más de 49 mil toneladas de residuos de foam al año.

La campaña, apoyada por la Unión Europea y Parley —organización que se ocupa de la limpieza de los océanos—, mostró preocupación también por los potenciales riesgos y daños a la salud al ser usado por largos periodos de tiempo o en conjunto con alimentos o bebidas calientes. Los químicos que componen el foam se convierten en contaminantes que incluso provocan cambios en los sabores y olores de los alimentos envasados en los vasos y platos fabricados con este material.

En la campaña, a la que asistimos, se informó que más de 65 países han adoptado medidas nacionales para prohibir o restringir el uso del foam en diversas formas, principalmente en envases y embalajes para alimentos y bebidas.

La campaña, diseñada con cuatro componentes, contiene el fomento del uso responsable del foam, para lo cual pretenden la unión con las empresas locales y proveedores de envases sostenibles, con el fin de fomentar el uso de envases alternativos y facilitar una transición justa.

El plástico de un solo uso y el foam son los más amenazantes para la vida en el planeta. Existe la proyección de que, en 25 años (2050), en los océanos habrá más plásticos que peces.

En el año 2020 se aprobó la Ley 225-20, la cual delegó para este año, 2025, el desmonte del plástico de un solo uso, para favorecer un pedido de la industria. Cumplido el plazo, los cabildeos lograron que se revisara la norma y ahora no tenemos ninguna. Existe un limbo jurídico, y la semana pasada representantes de la industria pidieron que no se contemplara en la referida ley la eliminación del plástico de un solo uso.

Esto ocurre también en el momento en que el presidente Luis Abinader se compromete con la vicepresidencia del país para la protección del océano.

El malogrado ministro de Medio Ambiente, Orlando Jorge Mera, se aprestaba, antes de ser asesinado, a elaborar el reglamento de la Ley 225-20, pero no ocurrió. El limbo en que se encuentra el país en materia de legislación debe ser despejado cuanto antes para que el Gobierno cumpla con los compromisos contraídos en Francia, donde la República Dominicana fue electa para ocupar la vicepresidencia de América Latina y el Caribe en la Tercera Conferencia de la ONU sobre el Océano.

 

 

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