Ponencia XXIX Seminario Internacional Los Partidos y Una Nueva Sociedad

Informe presentado por Leonel Milton Falcón Guerra

TEMA DE COYUNTURA

Estrategias de las nuevas derechas, del fascismo y neofascismo contra los gobiernos progresistas. El caso peruano.

PRESENTACIÓN

Con la disolución de la Unión Soviética el 25 de diciembre de 1991 y el surgimiento de nuevos Estados independientes, la reacción mundial y especialmente las corporaciones de Estados Unidos y Europa consideraban que había llegado la hora de la revancha. Habían aguardado 45 años para convertir tierras y océanos del mundo entero en el mercado mundial con sus propias reglas leoninas como en tiempos de los imperios del pasado que se apropiaban impunemente de los recursos naturales de todo el planeta sin rendir cuentas a nadie.

Tanto celebraban los monarcas nostálgicos, los fabricantes de armas, las siete hermanas del petróleo, que no se percataron que el mundo seguía girando de acuerdo a su propia lógica, que ahí donde existían injusticias, habíapueblos que se levantaban.

Con la intención de llamar a la sensatez de los capitalistas de desbocada angurria, no tardaron en surgir voces de advertencia en Londres, París, Berlín, Viena, Roma y Washington, fundamentando que era necesario diseñar caminos, entendimientos, estar atentos al pulso del Fondo Monetario y el Banco Mundial.

En ese contexto aparece en 1992 el trabajo teórico del norteamericano de origen japonés Francis Fukuyama bajo el título El fin de la historia y el último hombre, que de inmediato se convirtió en el libro de cabecera de políticos y economistas de derecha y ultraderecha.

Llegado el nuevo siglo el 2001 y a estas alturas, setiembre del 2025 la mayoría de la<s predicciones de los agoreros del fin de la historia no se cuajaron en la realidad. La hegemonía capitalista que los Estados Unidos tenían planeado liderar se ha ido al garete y surgen por doquier las contradicciones entre los propios regímenes capitalistas que acostumbran a sacrificar vidas humanas al becerro de oro de las antiguas leyendas hebreas.

Y como es natural, el los países del Mediterráneo, así como en América Latina y el Caribe, el oportunismo de derecha para treparse al carro del gendarme mundial nos muestra un puñado de personajes ridículos ofreciendo sus buenos oficios al crimen internacional como en Perú, Argentina, Ecuador y Bolivia, con coreografías dictadas por el Imperio y la embajada estadounidense en pleno siglo XXI.

DERECHA Y ULTRADERECHA FASCISTOIDE

Para nadie es un secreto que las fuerzas de la reacción mundial manejan los hilos de los medios de comunicación, especialmente la prensa escrita y la televisión donde sus programas informativos trabajan estrechamente con las fuerzas policiales para obtener las primicias de asaltos, crímenes y operativos contra el narcotráfico que nunca se terminan porque la policía está corrompida como corresponde a todo Estado erigido sobre el capital y las profundas brechas sociales.

Pero la influencia de los medios no es suficiente sin contar con el sistema educativo en todos sus niveles y modalidades desde la educación básica regular a la educación superior, sin hacer distingos entre las universidades públicas y privadas.

En la Universidad peruana no se analizan los grandes desafíos del país ni se plantean alternativas al subdesarrollo ni se proponen cambios curriculares de acuerdo al avance de la ciencia y la tecnología. Se tiende a forjar una sociedad de supuestos emprendedores y supuestos colaboradores y nadie puede preguntarse por qué ni unos ni otros pueden extraer las ingentes riquezas minerales, ni ejecutar proyectos industriales ven los bosques amazónicos o convertir al Pacífico en recurso alimentario para nuestros 34 millones de habitantes.

Está asimismo, la endémica corrupción del sector público, el poder judicial y el ministerio público infestado de jueces prevaricadores y fiscales encubridores, partidos políticos de orientación fascista a cuyos dirigentes solamente les falta lucir el brazalete con la esvástica, como en tiempos de la bestia parda en Alemania,

A la periodista Karla Ramírez Camarena, jefa de investigación de Panamericana TV la han amenazado de muerte al igual que a sus padres, hijos y hermanos solamente por poner de relieve que diversos jefes policiales están ejerciendo como accionista y empresario de empresas mineras. Ningún canal de televisión informa sobre su caso que se ha difundido de manera exclusiva por las redes sociales.

Al profesor universitario Rogger Taboada Rodríguez, sociólogo, la mafia que controla la Universidad Nacional José Faustino Sánchez Carrión lo tiene confinado en prisión por denunciar a través de la televisión a uno de sus allegados, Stalin Gil Quevedo, conocido acosador sexual con disfraz de profesor. Ni la Universidad ni la Fiscalía se han dignado en ordenar una investigación y por el contrario coordinaron esfuerzos para mantener en prisión al profesor Taboada Rodríguez que defiende la dignidad de sus alumnas.

Las nuevas derechas en América Latina están empleando varias estrategias para debilitar a los gobiernos progresistas y avanzar en sus agendas. Algunas de estas estrategias incluyen:

Aunque las redes sociales pueden parecer espacios públicos de discusión, en realidad funcionan de manera segmentada, lo que dificulta el intercambio de ideas y la formación de opiniones progresistas.

Desde hace unos años presenciamos en el Perú la emergencia de una nueva ola de ultraderecha.

Esta nueva ola muestra a un movimiento heterogéneo en donde se articula la derecha extrema pentecostal de origen norteamericano, expresada mediante campañas de pánico sexual; la ultraderecha militar, que ha infiltrado los aparatos de seguridad del Estado como nos advierte Steven Forti (2022)2, incluyendo Fuerzas Armadas, Policía y el surgimiento de aparatos paramilitares; la derecha radical política, expresada en partidos, organizaciones y líderes con cierta llegada al electorado; la ultraderecha mediática, que usa el fake news y la posverdad como métodos de propaganda; y finalmente las élites del poder económico que se apoyan en estos sectores para mantener su modelo de acumulación política y económica.

En el Perú de hoy, estas fuerzas tienen nombre y apellido. Por ejemplo, a finales de 2016 apareció la campaña CON MIS HIJOS NO TE METAS que aglutinó a las denominaciones cristianas más dogmáticas como Agua Viva, La Casa del Padre, Asambleas de Dios, entre otras. Esta campaña fue regional y se apoyó en redes de iglesias con una misión pro familia a fin de influir en la política pública educativa, enfocándose en eliminar el enfoque de género y la educación sexual integral.

Asimismo, al lado del fujimorismo, han surgido nuevos grupos políticos de ultraderecha como Renovación Popular, ex Solidaridad Nacional, liderada en la actualidad por el alcalde de Lima, Rafael López Aliaga; Avanza País, donde figuras como los congresistas Adriana Tudela o Alejandro Cavero son los más visibles. Estas tendencias extremas, además de fortalecerse en su campo, han fagocitado con su agenda a los sectores antes más centristas de la derecha como Acción Popular, Somos Perú o Alianza para el Progreso. Igualmente, esta extrema derecha política articula a diversos actores de ese campo en la llamada Coordinadora Republicana, surgida tras la debacle del congreso de mayoría fujimorista 2016-2019.

Del lado de las fuerzas de seguridad, el alto mando de la Policía Nacional del Perú, así como el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas han demostrado en los últimos meses cuál ha sido el nivel de infiltración de la ideología extremista de derecha. El modelo económico y el aplastamiento de la protesta su objetivo. Así sostienen el gobierno de Dina Boluarte que, convertida en asesina, encabeza un régimen de extrema derecha. La Dina no solo ha traicionado a su electorado y gobierna con quienes perdieron las elecciones del 2021, sino que dispara a matar.

Además, han surgido aparatos de choque en este campo como La Resistencia, Los Combatientes. La Legión Patriótica, Arica No Se Rinde, entre otros que, con símbolos fascistas como la Cruz de Borgoña, realizan acciones violentas en las calles como hemos visto en los últimos meses.

En el caso de los medios de comunicación, el canal Willax de la banda Wong, o la radio de Philips Butters y otros medios de prensa como el diario Expreso, son las expresiones más claras de la ultra derechización de los medios. Sus campañas tienen incidencia en la ciudad de Lima.

Las derechas, en sus versiones más tradicionales y en las más radicalizadas (fascismo/neofascismo), despliegan una serie de estrategias coordinadas para frenar, erosionar o derrocar a los gobiernos progresistas de América Latina y el Caribe. Estas tácticas combinan herramientas políticas, económicas, mediáticas, jurídicas y hasta violentas.

Guerra mediática y cultural

Concentración mediática: grandes corporaciones de comunicación moldean la opinión pública con campañas de miedo como “Venezuela se repite” o “llegará el comunismo”), criminalizando líderes y proyectos progresistas.

Fake news y posverdad: uso intensivo de redes sociales para difundir desinformación y generar caos.

Batallas culturales: apelan a valores conservadores (familia, religión, orden, seguridad) para movilizar identidades y deslegitimar agendas feministas, indígenas o de diversidad sexual.

Lawfare (judicialización de la política

Procesos judiciales selectivos contra líderes progresistas (ej. Lula en Brasil, Correa en Ecuador, Cristina Fernández en Argentina).

Uso del poder judicial y fiscalías como brazo político de las élites y para inhabilitar candidaturas.

Instrumentalización del discurso “anticorrupción” para desarticular proyectos populares, aunque muchas veces esas acusaciones carezcan de sustento sólido.

Estrategias económicas

Desabastecimiento o sabotaje económico: generar inflación, fuga de capitales, paralización de inversiones para desgastar al gobierno.

Endeudamiento y presión de organismos internacionales: FMI, Banco Mundial y otros, condicionando políticas sociales y soberanas.

Boicot a reformas redistributivas: presión de cámaras empresariales contra impuestos progresivos o nacionalizaciones.

Desestabilización política e institucional

Golpes parlamentarios o “blandos”: destituciones exprés o maniobras legales (ej. Lugo en Paraguay, Dilma en Brasil, Castillo en Perú).

Uso de fuerzas de seguridad: criminalización de protestas, represión selectiva o incluso intervención militar encubierta.

Fragmentación interna: fomento de divisiones en partidos progresistas y cooptación de dirigentes.

Alianzas trasnacionales

Conexión con think tanks de derecha de EE.UU. y Europa (Atlas Network, HeritageFoundation, VOX de España).

Apoyo financiero y logístico desde redes conservadoras globales, incluidas iglesias evangélicas ultraconservadoras.

Vinculación con agencias de inteligencia y estrategias estadounidenses para asegurar recursos estratégicos (litio, petróleo, agua).

Militarización y securitización

Uso del discurso del “orden”, “seguridad” y “lucha contra el narcotráfico” para legitimar políticas autoritarias.

Vinculación de movimientos sociales con el “terrorismo” o el “crimen organizado” para justificar persecución.

Avance de agendas de “mano dura” que normalizan la represión y erosionan derechos democráticos.

Instrumentalización de religiones

Construcción de un bloque conservador religioso (sobre todo neopentecostal y católico tradicionalista) contra los avances en derechos sociales, género, educación sexual o aborto.

Movilización de masas en defensa de un orden moral conservador que asocian con “patriotismo” y “occidente”.

En resumen: las nuevas derechas en la región no solo disputan el poder electoralmente, sino que activan mecanismos no democráticos y de guerra híbrida (mediática, judicial, económica, religiosa, securitaria) para evitar la consolidación de proyectos populares y progresistas.

Cuadro comparativo con algunos de los principales casos de estrategias de las derechas, el fascismo/neofascismo contra gobiernos progresistas en América Latina y el Caribe:

En Perú, se han registrado diversas protestas en contra del gobierno de Dina Boluarte y el Congreso de la República, exigiendo el cierre del Congreso y la renuncia de la presidentausurpadora cómplice de la ilegal destitución del presidente Pedro Castillo Terrones.

El gobierno ha respondido a las protestas con medidas de seguridad, incluyendo la presencia de la Policía Nacional del Perú y el Ejército en las carreteras y zonas de protesta. Sin embargo, se han reportado casos de represión policial y detenciones de manifestantes.

El Congreso ha sido objeto de críticas por parte de los manifestantes, quienes lo ven como un obstáculo para la realización de cambios políticos y sociales. Algunos congresistas han sido acusados de promover políticas que favorecen a ciertos grupos de interés y de no escuchar las demandas de la población.

: Las protestas han generado tensiones sociales y políticas en el país, con algunos sectores exigiendo cambios radicales en el sistema político y otros defendiendo la estabilidad institucional.

En resumen, la relación entre el Ejecutivo y el Congreso con las protestas estudiantiles en Perú es compleja y ha generado tensiones sociales y políticas en el país.

Ocho congresistas de la bancada de Renovación Popular de ultraderecha y tres de la bancada Honor y Democracia, quienes respaldan declarar en emergencia el Ministerio Público como respuesta a que Patricia Benavides no asumiera nuevamente como fiscal de la Nación, se encuentran investigados por presuntos delitos de corrupción, crimen organizado y otros.

Los legisladores involucrados son: Diego Bazán, María Córdova, Jorge Montoya, María Jáuregui Martínez, Norma Yarrow, José Cueto, Alejandro Muñante, Javier Padilla, Miguel Ciccia, Jorge Zeballos y Patricia Chirinos.

Referente a la bancada Renovación Popular, Diego Bazán es investigado por la Segunda Fiscalía Suprema por los presuntos delitos de falso testimonio en juicio —relacionado con su declaración en el proceso contra Pedro Castillo— y peculado doloso simple, por presuntamente utilizar recursos del Congreso para celebrar su cumpleaños en Trujillo en 2023.

Situación del periodismo durante la crisis política en Perú desde 2021

La cobertura mediática de la crisis política en Perú de 2021-presente aborda cómo la prensa limeña, regional y extranjera ha informado sobre acontecimientos como las elecciones generales, los mandatos presidenciales y la convulsión social. La prensa ha influido notablemente en la opinión pública y ha sido objeto de constantes debates sobre su imparcialidad y rigor informativo.

La crisis se inició con las elecciones generales de 2021. Los principales medios de comunicación presentaron a los candidatos presidenciales de manera polarizada: a Keiko Fujimori se la presentó como una defensora del modelo económico y el anticomunismo, mientras que a Pedro Castillo se le presentó como un representante de los sectores populares y rurales críticos con la élite política tradicional.

Informes de especialistas señalan que los principales medios, también llamados los tradicionales, están radicados en Lima, están en manos de grandes empresarios y suelen apoyar a candidatos afines a la ideología conservadora como Keiko Fujimori y Rafael López Aliaga, a través de medios como Willax TV y el Grupo El Comercio. Por otro lado, los medios digitales, como el pódcast La Encerrona, fueron creados por antiguos miembros de los medios tradicionales y ofrecieron una perspectiva disidente sobre los acontecimientos.

Durante el gobierno de Castillo, la relación con la prensa se tornó hostil. La prensa limeña realizó investigaciones, pero fue acusada de ejercer un estigma social contra sus seguidores. La prensa alternativa destacaba los logros de Castillo y visibilizaba las demandas del pueblo, pero se les acusó de tener un enfoque propagandístico.

Los medios de comunicación tradicionales no consiguieron ganar la confianza del público. Posteriormente, tras la destitución de Castillo, la cobertura de los medios sobre las protestas sociales y las muertes ocurridas durante el gobierno de Dina Boluarte también recibiócríticas por presuntos sesgos y falta de profundidad. En este contexto, Zuliana Laínez, directora de la Asociación Nacional de Periodistas, lamentó que los medios regionales e independientes no recibieran mayor reconocimiento por su aporte informativo, a pesar de su destacada labor desde la crisis sanitaria de 2020.

El pueblo se da cuenta que los medios de comunicación responden a intereses de sus dueños, y no se deben a la verdad. Por eso, los periodistas están más cerca de ser unos mercenarios mediáticos antes que investigadores de la verdad.

Esa prensa actúa, entonces, como un aparato de propaganda de los intereses de clase de las burguesías. Informan no solo parcialmente sino ideológicamente haciéndolo pasar por objetividad e imparcialidad –algo imposible de lograr en el periodismo, pues siempre se informa desde una perspectiva. Así, engañan al pueblo. Manipulan el modo de informar una realidad e instalan narrativas.

La narrativa del golpe de Estado contra Pedro Castillo. La mayoría de la población no ha caído en las mentiras que se esfuerzan en pasar por verdad los medios de comunicación de la gran burguesía. El pueblo sabe que fue el Congreso en contubernio con las Fuerzas Armadas, por orden de la inteligencia yanqui, los que dieron un golpe de Estado contra Castillo, lo apuntaron con armas, lo metieron preso y luego la títere mandó a los militares y tanques a las calles.

El terruqueo oficialista desde la prensa viene desde la época de la dictadura fujimorista. Muchos eventos de falsa bandera perpetrados presuntamente por policías y militares eran presentados como actos de Sendero en los años 80, acto que se intensificó, más una guerra sucia de baja intensidad, en los 90 bajo el fujimorato. Así, se instaló de modo efectivo que todo izquierdista, socialista y comunista son terroristas.

También las fuerzas del orden estatales cometieron actos terroristas y, sin embargo, no se ha establecido terrorismo de Estado, debido a motivos ideológicos e intereses de clase. Empero, el terrorismo de Estado, así como caracterizar como OT al PCP (SL), es un debate académico-científico abierto.

Pero, ¿qué dice la prensa asalariada? Toman una categoría jurídica como si fuera algo moral o un dogma de fe. Para los mermeleros, los terroristas eran solo los terrucos de Sendero y no de las FFAA, cuando ambos grupos perpetraron actos de terror.

Aunque ello no es lo más grave, sino usar una época tan dolorosa como fue la guerra interna para llamar terrorista a los que científicamente buscan la verdad.

Pero esto, ¡qué va a entender un periodista promedio! Esa gente no lee, no sabe de cultura, nunca ha leído a Mariátegui, Arguedas. Cortázar, Juan Rulfo son ignorantes profesionales.

Por ello, debatir con un periodista promedio es rebajarse al peor nivel. Son gente altamente ignorante que solo hace preguntas prediseñadas por sus dueños y, cual fieles perros falderos, carecen de ideas propias. Los buenos periodistas, los preparados, lamentablemente son muy pocos.

Un ejemplo más, es lo que han vendido sobre los asesinatos bajo el régimen Boluarte. En vez de informar lo que todos hemos visto: uniformados disparando por la espalda a personas desarmadas, cometiendo un evidente acto de terrorismo de Estado, más bien han desinformado con todo lo contrario, poniendo a los manifestantes como terroristas y que se habrían matado entre ellos. ¡Ese es el nivel repugnante de la prensa mermelera!

Por ello, la prensa hegemónica, mermelera y basura, es el instrumento propagandístico del gobierno, de esos sujetos que controlan el país a su gusto. Pero cada vez más el pueblo no les cree y, gracias a las redes, buscan otros modos de informarse.

Además de la prensa alternativa y la prensa popular que desde su espacio trata de resistir, hacer contrahegemonía y responder a los intereses de la mayoría,

Ciudad de México, 25 de septiembre del 2025.

¡¡VIVA MÉXICO, VIVA EL PERÚ!!

¡¡VIVAN LOS PUEBLOS DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE!!

¡¡VIVA EL 29° SEMINARIO INTERNACIONAL LOS PARTIDOS Y UNA NUEVA SOCIEDAD!!

Leonel Milton Falcón Guerra

Abogado, director del quincenario EL PUKA

Lima, Perú

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