Progozhin se va al exilio pero deja atrás un montón de problemas
M. K. Bhadrakumar.
Imagen: OTL.
Posiblemente, el vasto imperio empresarial que el oligarca construyó gracias al patrocinio estatal, Concord Management and Consulting (construcción y promoción inmobiliaria), LLC Megaline (que acaparó la mayoría de los contratos de construcción de capital para el ejército ruso en 2016), etc., también puede quedar bajo escrutinio.
No será la primera vez que el Kremlin castigue a un oligarca descarriado que se ha adentrado en las aguas infestadas de tiburones de la política rusa. Prigozhin sabrá que tendrá que tomar algunas decisiones importantes en los próximos meses y, posiblemente, incluso durante el resto de su vida.
El lunes por la noche, el presidente ruso, Vladímir Putin, se dirigió a la nación por segunda vez con la intención de bajar el telón del intento de golpe de Estado del «fundador» de Wagner, Yevgueni Prigozhin, los días 23 y 24 de junio. Fue por antonomasia un discurso autocomplaciente, bien merecido, tal vez-.
El discurso tenía cuatro elementos principales. En primer lugar, Putin tomó nota desde el principio de la «moderación, cohesión y patriotismo» que había mostrado el pueblo ruso, su «solidaridad cívica y alta consolidación«, y su «línea firme… (al) adoptar una posición explícita de apoyo al orden constitucional».
Putin contradijo enérgicamente la narrativa occidental de que la intentona golpista mostraba grietas en la casa que construyó desde que asumió el poder en 2000. El presidente francés, Emmanuel Macron, echó sal en la herida diciendo que el acontecimiento revelaba una «grieta» existente «en el bando ruso, la fragilidad tanto de su ejército como de sus fuerzas auxiliares, como el Grupo Wagner«.
En segundo lugar, Putin destacó que los dirigentes rusos actuaron con rapidez, decisión y eficacia: «todas las decisiones necesarias para neutralizar la amenaza surgida y proteger el sistema constitucional, la vida y la seguridad de nuestros ciudadanos se tomaron al instante, desde el comienzo mismo de los acontecimientos.»
En tercer lugar, Putin condenó rotundamente a los «conspiradores del motín» como personas llenas de malignidad y malas intenciones. Pero eludió su agenda política como tal. Al fin y al cabo, un golpe de estado consiste en la usurpación del poder político. Presumiblemente, el tema es demasiado delicado para ser de dominio público.
Sin embargo, Putin tocó el tema tangencialmente mediante una enigmática conjetura sobre cómo, si la intentona golpista hubiera tenido éxito, «los enemigos de Rusia, los neonazis de Kiev, sus patrocinadores occidentales y otros traidores nacionales» habrían sido los beneficiarios, «pero calcularon mal«. [Énfasis añadido].
Putin no dio más detalles sobre cualquier implicación extranjera en el intento de golpe de Prigozhin. Sin embargo, el hecho de que sacara el tema a colación por segunda vez, sobre todo en lo que se refiere a que fuerzas externas «calcularon mal«, debe tenerse muy en cuenta.
Curiosamente, cuando el ministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, fue preguntado al respecto en una entrevista con RT, también contestó de forma bastante críptica:
Trabajo en un ministerio del gobierno que no se dedica a reunir pruebas de que se estén cometiendo actos ilegales, pero tenemos organismos de este tipo y, te aseguro, ya están investigando.
Sin embargo, Lavrov comentó las informaciones aparecidas en los medios de comunicación según las cuales Washington contemplaba el levantamiento de las sanciones vigentes contra Wagner PMC.
«No creo que se trate de un cambio de enfoque por parte de EEUU. No es más que otra confirmación de que el enfoque de EEUU depende de lo que EEUU necesite de un determinado actor extranjero en esta fase concreta, ya sea en la arena internacional en general o en algún país concreto», dijo Lavrov.
Lavrov recordó que las agencias de inteligencia estadounidenses contaban con el éxito del golpe del 24 de junio.
En cuarto lugar, Putin explicó los motivos de su decisión de diferenciar a «la mayoría de los soldados y comandantes del Grupo Wagner (que) también son patriotas rusos, leales a su pueblo y a su Estado«. Putin expresó su «gratitud» por la acertada decisión que tomaron «de no participar en un derramamiento de sangre fratricida y se detuvieron antes de llegar al punto de no retorno«. A continuación, les ofreció las opciones de firmar un contrato con el Ministerio de Defensa u otro organismo de seguridad o aplicación de la ley o «volver a casa», o incluso ir a Bielorrusia.
Para el público ruso, ésta era quizá la parte más esperada del discurso de Putin. Putin dijo: «Cumpliré mi promesa. De nuevo, cada uno es libre de decidir por sí mismo, pero creo que su elección será la de los soldados rusos que se den cuenta de que han cometido un trágico error».
Como en su primer discurso del sábado, Putin no mencionó a Prigozhin por su nombre. Pero el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, había revelado el lunes que se archivaría una causa penal contra Prigozhin.
Así pues, lo que se deduce es que Putin aprobó una amnistía general para los implicados en la intentona golpista y prácticamente concedió un «salvoconducto» para que Prigozhin y sus seguidores se marcharan a Bielorrusia, como contrapartida por renunciar a la intentona golpista, al tiempo que hacía una amable oferta de integrar a los combatientes de Wagner en los órganos estatales o militares rusos en su momento. La opinión pública rusa lo aceptará.
Evidentemente, Putin, que es sensible a la opinión pública nacional, sopesó cuidadosamente que existe un culto a la celebridad en torno a los combatientes de Wagner por su valor, heroísmo, patriotismo y lealtad. La saga de la liberación de Bajmut, una larga guerra de desgaste que duró varios meses vació al ejército ucraniano y se convirtió en un momento decisivo de la guerra. Está arraigada en la psique rusa.
Del mismo modo, un sector significativo de la opinión rusa siente empatía con un proceso de pensamiento aireado en público en los últimos meses, no sólo desde las filas de Wagner, según el cual el Kremlin está alargando la guerra. Evidentemente, el Kremlin ha decidido que es prudente no procesar a Prigozhin por sedición.
Una caja de Pandora
Las garantías que Putin ofreció públicamente el lunes por la noche habrían tranquilizado a Prigozhin. En cualquier caso, salió de Rusia el martes por la mañana en su avión privado y aterrizó en Minsk a las 11.30 horas.
Ahora se produce un nuevo giro en la historia. A las 15.00 horas (hora de Moscú) del martes, Putin pronunció otro discurso en una reunión en el Kremlin con militares, al parecer para expresar su «gratitud» a los que estaban de servicio en los fatídicos días de la intentona golpista.
Putin aseguró a la selecta audiencia que «se hará todo lo posible para apoyar a las familias de nuestros camaradas caídos», etc. A continuación, Putin concluyó su discurso con una brusca digresión sobre uno de los secretos públicos mejor guardados de Rusia, a saber, que la empresa Wagner es una progenie del Estado ruso.
Dijo:
Quienes sirvieron y trabajaron para esta empresa, Wagner, fueron respetados en Rusia. Al mismo tiempo, me gustaría señalar, y quiero que todo el mundo sea consciente del hecho de que toda la financiación que recibió el Grupo Wagner procedía del Estado. Obtuvo toda su financiación de nosotros, del Ministerio de Defensa, del presupuesto estatal.
Sólo entre mayo de 2022 y mayo de 2023, el Grupo Wagner recibió del Estado 86.262 millones de rublos (unos 1.000 millones de dólares) para pagar los salarios y las primas de los militares… Pero mientras el Estado cubría todas las necesidades de financiación del Grupo Wagner, el propietario de la empresa, Concord, recibió del Estado, o debería decir ganó, 80.000 millones de rublos (940 millones de dólares) a través de Voentorg como proveedor de alimentos y comedores del ejército. El Estado cubría todas sus necesidades de financiación, mientras que una parte del grupo, me refiero a Concord, ganaba 80.000 millones de rublos, todo al mismo tiempo. Espero que nadie robara nada en el proceso o, al menos, que no robara mucho. Ni que decir tiene que investigaremos todo esto.
Esto sería una desagradable sorpresa para Prigozhin en Bielorrusia: ¡las autoridades rusas le están investigando por acusaciones de irregularidades financieras de su empresa!
Esto golpeará a Prigozhin donde más le duele, pues su madre, Violetta Prigozhina, figura como propietaria de Concord Catering. Posiblemente, el vasto imperio empresarial que el oligarca construyó gracias al patrocinio estatal, Concord Management and Consulting (construcción y promoción inmobiliaria), LLC Megaline (que acaparó la mayoría de los contratos de construcción de capital para el ejército ruso en 2016), etc., también puede quedar bajo escrutinio.
No será la primera vez que el Kremlin castigue a un oligarca descarriado que se ha adentrado en las aguas infestadas de tiburones de la política rusa. Prigozhin sabrá que tendrá que tomar algunas decisiones importantes en los próximos meses y, posiblemente, incluso durante el resto de su vida.
Por supuesto, los futuros movimientos de Prigozhin serán observados con atención no sólo en Moscú, sino también en las capitales occidentales, que distan mucho de estar convencidas de que se haya dicho la última palabra sobre los dramáticos acontecimientos.
Con este sórdido telón de fondo, la gran pregunta es: ¿no fue el intento de golpe de Prigozhin, en gran medida, una crisis que se estaba gestando y que la inteligencia occidental/ucraniana explotó? El quid de la cuestión es que las estafas siguen a los oligarcas rusos como sus sombras, y Prigozhin no es una excepción. Las autoridades rusas no pueden lavarse las manos ante esta vergonzosa realidad.
Pues, tras crear la Wagner como una empresa de contratistas militares privados, similar a Aegis, la empresa británica de seguridad privada y militar privada, o Academi, que colabora estrechamente con el ejército estadounidense y la CIA, el estamento ruso de defensa y seguridad simplemente entregó a su infante a un poderoso oligarca para que hiciera fortuna con ella (y posiblemente compartiera parte del botín con sus mentores), ¡cuya verdadera experiencia reside en el negocio de la restauración, la construcción y el desarrollo inmobiliario!
En comparación, Aegis estaba dirigida por un antiguo oficial del ejército británico, mientras que el fundador de Academi (antes Blackwater), probablemente la más conocida de todas las empresas militares privadas de Estados Unidos, es un antiguo oficial de los Navy SEAL.
Cuando los contratos de seguridad nacional y defensa se hunden en la sordidez y el capitalismo de amiguetes, es un signo de decadencia. Si Estados Unidos ya no gana sus guerras híbridas, sea en Afganistán o en Irak, en el Caribe o en África, el problema de fondo es la corrupción con cabeza de hidra que extiende sus tentáculos por la élite dirigente hasta el Pentágono, el Congreso y la Casa Blanca. Ahora bien, se puede argumentar interminablemente que ese malestar es endémico del capitalismo, etc., pero eso no viene al caso.
Inevitablemente, Wagner bajo Prigozhin iba por el mismo camino que los contratistas militares privados de EEUU, sobre los que el famoso denunciante Edward Snowden, que vive en Moscú, ha escrito con franqueza en su libro Permanent Record. Por tanto, fortuitamente, el legado de Prigozhin da al Kremlin una razón de peso para limpiar el establo de Augías(1). Si eso ocurrirá o no, el tiempo lo dirá.
Traducción nuestra.
*M.K. Bhadrakumar es Embajador retirado; diplomático de carrera durante 30 años en el servicio exterior indio; columnista de los periódicos indios Hindu y Deccan Herald, Rediff.com, Asia Times y Strategic Culture Foundation entre otros.*M.K. Bhadrakumar es Embajador retirado; diplomático de carrera durante 30 años en el servicio exterior indio; columnista de los periódicos indios Hindu y Deccan Herald, Rediff.com, Asia Times y Strategic Culture Foundation entre otros.
Fuente: Indian Punchline