Puppis y lucha de clases en RD
Ramón Santana
La verdad es que uno tiene que estar preparado para escuchar las cosas más absurdas en materia de sociología y política. Muchos cometemos el error de dar por garantizado que las cosas aprendidas recientemente son lo suficientemente claras y que no dejan ninguna duda. Pero no es así.
En el día de hoy escuché de los labios del licenciado José Ignacio Paliza -ministro administrativo de la Presidencia- ideas y creencias que nos dan un claro indicio del atraso de nuestra sociedad, en la cual la oligarquía y sus sectores colaterales pretenden engañarnos con conceptos falsos.
Acuciosa y precisa, la inteligente conductora del programa Telematutino 11, Jacqueline Morel, le preguntó al licenciado Paliza lo siguiente: “Dicen sus detractores que este es el gobierno de los puppis, de los empresarios y de los fideicomisos para favorecer a determinados sectores. Tú que ves las cosas desde adentro, ¿cuál es tu opinión?”
La respuesta de Paliza no se hizo esperar. Pero antes de analizar la misma sería oportuno aclarar o más bien definir algunas cosas que se desprenden de la jerga popular del folklore dominicano.
¿Qué es un Puppy y un Guagua? Un “Puppy” es un cachorrito –frecuentemente de perros o caninos- que depende del cuidado de su madre y de su padre. En otras palabras, es alimentado y protegido por estos. Por otro lado la palabra guagua, en lengua mapuche significa bebé.
¿Y qué tienen que ver los términos Puppy y Guagua con el gobierno del PRM? Simple, al pueblo tan solo le tomó unos meses para asociar al gobierno con su origen y con su esencia. De manera que los puppis y guaguas son los hijos de papi y mami de origen oligárquico que gobiernan para su beneficio en la República Dominicana.
Analice usted y sacará la conclusión de que nuestro pueblo es uno de los más inteligentes en materia de política. Solo revise los apellidos de los funcionarios del gobiernos y se dará cuenta de que son los hijos de oligarcas dominicanos ligados y no ligados al PRM: Abinader, Macarrulla, Mejía, Malagón, Paliza, Collado, Álvarez, Bisonó, Cabrera, entre otros.
Pero la respuesta de Paliza es la esencia de los verdaderos intereses oligárquicos dominicanos. Entre otras cosas, él respondió lo siguiente: “Este es un país donde esas luchas de clases no están arraigadas de la forma en que muchos quisieran, y ese es un discurso que nos divide”.
Lo único que hay que preguntarse en este sentido es, ¿Es el discurso lo que divide al pueblo dominicano entre opresores y oprimidos, entre ricos y pobres, entre la superabundancia y el depauperado, entre el acceso a los servicios y la carencia de condiciones dignas para vivir, entre los puppis y guaguas y los realengos y los viralatas?
Al parecer, el licenciado Paliza, como es rico de cuna o es un “tutumpote”-como decía el profesor Juan Bosch-, nunca ha sabido diferenciar entre sus condiciones materiales de existencias y las de un “hijo de machepa”. Lo que estamos viendo en la República Dominicana es el control absoluto del aparato estatal al servicio de los sectores oligarquicos ante la ineptitud de una pequeña burguesia incapaz e incompetente de haber perdido la oportunidad de delimitar la agenda de esos sectores atrazados.
En esencia, lo expresado por Paliza -auténtico representante de los poderosos dominicanos- nos invita a la reflexión. Es decir, para él lo que vive la República Dominicana es un régimen ideal o, para decirlo en otras palabras, una especie de «capitalismo patriarcal». Un capitalismo donde el Estado por más de 60 años ha sido incapaz de realizar una reforma fiscal integral que afecte los intereses del que más tiene, como tampoco ha podido establecer un código laboral más justo y acorde con nuestros tiempos. ¿Será necesario recordarle que todo tiene un límite?