¿Quién controla los precios del gas y cómo se fijan?
SPUTNIK. Desde Moscú han advertido en varias ocasiones sobre las consecuencias del tope de precios del gas natural que aumentaría la inestabilidad mercado. Como destacó el presidente ruso, Vladímir Putin, «el gas no es una mercancía, como los relojes, la ropa interior o las corbatas, que se puede construir o bombear y luego almacenarse en cualquier parte».
Un límite al precio del gas «llevará a la degradación de los mercados»
«Puede existir una variedad de ideas locas sobre este asunto, estas definitivamente no son medidas que puedan clasificarse como medidas de mercado», declaró a Sputnik Yuri Sentiurin.
¿Cómo se determinan los precios del gas natural?
El clima. Cuanto más bajas y frías son las temperaturas estacionales, más gas natural se utiliza, lo que significa una mayor demanda.
La actividad económica. Por ejemplo, el consumo mundial de gas cayó de 3,9 billones de metros cúbicos en 2019 a 3,84 billones de metros cúbicos en 2020 por la desaceleración económica causada por las restricciones del coronavirus, esto antes de aumentar en 2021 a más de 4,03 billones de metros cúbicos a medida que las economías se abrieron de nuevo y tanto Europa como Asia aumentaron la competencia por los suministros limitados.
Fuentes alternativas de energía. En Europa, el gas natural se utiliza para generar electricidad (26%), producir energía para la industria (23%) y calentar edificios (la mayor parte del resto). A medida que vayan apareciendo alternativas al gas (solar, eólica, hidráulica, biomasa, geotérmica), la proporción de este hidrocarburo en el balance energético global podría disminuir, aunque los valores absolutos no suelen hacerlo porque el consumo global de energía tiende a aumentar año tras año y década tras década. Los peores resultados de lo esperado de las fuentes de energía alternativas en 2021, a causa del tiempo nublado y los vientos débiles, demostraron que no son la panacea de la energía verde que algunos funcionarios esperaban y que los hidrocarburos tradicionales probablemente seguirán siendo un pilar de la humanidad hasta bien entrado el siglo XXII, a menos que se desarrolle rápidamente y se adopte de forma generalizada alguna tecnología de generación de energía de vanguardia, como la energía de fusión.
Capacidad de almacenamiento.Almacenar gas natural es mucho más difícil que almacenar otros hidrocarburos, como el petróleo y el carbón. El presidente de Rusia, Vladímir Putin, explicó a finales de 2021 mientras discutía las causas de la crisis energética europea, que «el gas no es como los relojes, la ropa interior o las corbatas, ni como los coches, ni siquiera como el petróleo, que se puede construir o bombear y luego almacenarse en cualquier parte, incluso en petroleros en previsión de un determinado en el mercado. El gas no se comercializa así, no se puede almacenar así». Entre el 80% y el 90% del gas natural de la UE se almacena en instalaciones subterráneas especiales y presurizadas como yacimientos agotados de petróleo y gas, acuíferos o cavernas de sal. La UE cuenta con más de 250 instalaciones de almacenamiento de gas y, en circunstancias normales, la mayoría de los miembros del bloque exigen que al menos el 15% de las necesidades energéticas del país estén disponibles en forma de reservas. Es así que cuanto menor sea la capacidad de almacenamiento de un país o cuanto más tiempo espere para rellenar las reservas agotadas mientras los precios bajan, normalmente en los meses de primavera y verano, mayor será el precio que se vea obligado a pagar en invierno y se dispare la demanda.
La oferta y la demanda. Como la mayoría de las demás fuentes de energía, el gas natural es un recurso agotable, lo que significa que su oferta no es ilimitada. A medida que se descubren, explotan o agotan nuevos yacimientos de gas natural, los mercados reaccionan y los precios fluctúan al alza o a la baja.
Intervención artificial. La geopolítica también puede desempeñar un papel importante, como han demostrado los acontecimientos de este año. Si un importante proveedor de gas natural deja de estar disponible por algún motivo —si, por ejemplo, la UE impone restricciones a las entregas de gas ruso—, los precios suben. Si se ocupan los yacimientos de gas de un país y se destruyen o dañan las infraestructuras de producción —por ejemplo, la ocupación estadounidense del noreste de Siria—, los precios suben.

