RD desafía la línea roja
Por: Pavel De Camps Vargas
República Dominicana en la mira de Washington: una propuesta de ley sobre libertad de expresión que desafía la «línea roja» de la libertad de expresión y amenaza con repercusiones históricas.
En un movimiento que ha encendido alarmas en el escenario internacional, la República Dominicana se encuentra al borde de un conflicto diplomático con Estados Unidos debido a un ambicioso y polémico Proyecto de Ley Orgánica sobre Libertad de Expresión y Medios Audiovisuales . Esta iniciativa, impulsada por el Poder Ejecutivo dominicano, que hasta el presidente indicó que “no puso ni una coma”, no solo pretende regular el ecosistema digital del país, sino quedesafía principios fundamentales de la libertad de expresión y la autonomía tecnológica, colocando al país en la mira de Washington y amenazando con consecuencias devastadoras para sus funcionarios, su economía y su reputación democrática. ¿Está la nación caribeña a punto de cruzar una «línea roja» que podría redefinir su futuro en el mundo digital y diplomático?
Un proyecto de ley que sacude el ecosistema digital
En el núcleo de esta controversia se encuentran los artículos 19 al 24 del proyecto, que buscan imponer un control sin precedentes sobre gigantes tecnológicos como Meta, Google, YouTube, TikTok y X. Estas plataformas, pilares de la comunicación global y el comercio digital, enfrentan regulaciones que expertos internacionales han calificado como una «intromisión sin precedentes en la soberanía tecnológica» y una «arquitectura legal para la intimidación y el control». Las disposiciones clave incluyen:
El proyecto crea el Instituto Nacional de Comunicación (INACOM), un organismo estatal con poderes extraordinarios para supervisar, sancionar y hasta ordenar la eliminación de contenidos en plataformas digitales. Esta entidad podría convertirse en el epicentro de un conflicto diplomático, ya que sus decisiones podrían ser interpretadas como censura por Estados Unidos, especialmente contenidos protegidos bajo la legislación estadounidense.
La respuesta firme de Estados Unidos: visas en juego
Estados Unidos, bajo el liderazgo del jefe de la diplomacia Marco Rubio, ha adoptado una postura implacable contra lo que considera «acciones flagrantes de censura» en el extranjero, especialmente cuando afecta a plataformas tecnológicas estadounidenses. Rubio ha sido claro: los funcionarios extranjeros que participen en medidas que restrinjan el discurso protegido o interfieran con empresas estadounidenses se enfrentarán a la denegación de visas. Esta política, respaldada por la Orden Ejecutiva 14149 de Donald Trump, prohíbe a las agencias federales colaborar en esfuerzos de silenciamiento en línea y refuerza la visión de internet como la «plaza pública moderna» .
El caso dominicano no es un incidente aislado. Estados Unidos ya ha criticado a aliados como Alemania y el Reino Unido por políticas restrictivas sobre discurso de odio, e incluso ha considerado sanciones contra un juez brasileño por bloquear temporalmente la red social X. Si el INACOM impone sanciones que afectan contenidos protegidos en EE.UU., los funcionarios dominicanos responsables podrían perder el privilegio de ingresar a territorio estadounidense, una medida que enviaría un mensaje contundente y podría escalar las tensiones bilaterales.
Un camino hacia la crisis diplomática
El establecimiento del INACOM como un organismo con autoridad para sancionar a plataformas digitales representa un punto de inflexión. Si este ente ordena la eliminación de contenidos que Washington considera protegidos, la República Dominicana podría convertirse en un nuevo epicentro de conflicto diplomático . Las posibles consecuencias incluyen:
En un mundo donde el algoritmo es poder y la narrativa es libertad, esta ley no es solo un asunto doméstico, es una provocación internacional. República Dominicana corre el riesgo de ser percibida como un referente de censura revestida de legalidad, un precedente que podría dañar su imagen democrática y alienar a sus aliados estratégicos.
Un futuro incierto: ¿regular o arriesgarlo todo?
La regulación de las plataformas digitales es un debate legítimo y necesario en la era digital, pero el enfoque dominicano, con su ambición de controlar desde los algoritmos hasta el contenido mismo, pisa la línea roja de Washington. Las voces críticas advierten que, de avanzar sin modificaciones, esta ley podría:
¿Qué camino elegirá República Dominicana? ¿Persistirá en un proyecto que desafía los principios de libertad digital defendidos por uno de sus principales aliados, o buscará un equilibrio que respete tanto la regulación responsable como los derechos fundamentales? La decisión que tomarán el Congreso y el Poder Ejecutivo en los próximos días no solo definirá el futuro digital del país, sino también su posición en el escenario global y su propio futuro. ¿Se convertirá la nación caribeña en un símbolo de autoritarismo, silenciador de voces independientes, resistencia regulatoria o en una paria diplomática? El mundo observa, y el reloj sigue corriendo.