Repatriaciones en el reto de ceñirse al derecho
El hecho de que sea alta la proporción de inmigrantes haitianos que tras ser objeto de deportaciones reincide más de una vez en reaparecer en el territorio nacional indica que la vulnerabilidad de la frontera, específicamente, sigue siendo un fracaso para el país que tiene que empeñarse con enormidad de gastos en hacer cumplir sus legítimas regulaciones a la presencia desbordada de extranjeros.
Se trata además de ejercicios de autoridad inevitablemente masivos por la magnitud de los ingresos y reingresos que obligan a privaciones transitorias de libertad con tendencia al hacinamiento en recintos inadecuados.
Abarrotados por el estímulo a traspasar límites nacionales una y otras vez causado por una vigilancia in situ que no da en el blanco ni se pone coto en ella a la aceptación de sobornos con aplicación de una contundente supervisión sobre las rutas de ingresos irregulares lo que obliga a dudar que el simple obstáculo de un muro en crecimiento sería suficiente contra el flujo sin frenar la corrupción interna.
Vale reconocer los notables esfuerzos de la Dirección General de Migración por humanizar los mecanismos de detención, custodia y envío a su país de miles y miles de extranjeros encontrados en condición irregular. En marcha un proceso de modernización y equipamientos de las infraestructuras en las que ellos deben ser tratados con dignidad; espacios que califiquen realmente para la benigna descripción de «centros de procesamiento hasta extrañarlos del país».
Personas que deberían ser utilizadas como testigos de cargo contra integrantes de mafias a las que pagan gruesas sumas de dinero para estar de nuevo aquí por no emprenderse implacables persecuciones judiciales hacia la raíz del problema que a la impunidad debe la plenitud de vigencia.
Un negocio sucio incentivado también por no existir un proceso ágil de visados temporales a la mano de obra foránea para el funcionamiento de áreas de la economía y categorías laborales en campos y ciudades que está convertida en imprescindible. Faenas que por sus características quedan absolutamente fuera de las expectativas de los dominicanos.
HOY.