República Dominicana, café y desarrollo rural
Ing. Carlos Checo Estrella
El deterioro progresivo de la caficultura dominicana lleva décadas. La producción cafetalera se ha visto afectada por la caída de los precios externos, la sobrevaloración cambiaria, la política arancelaria y la Roya, devastadora plaga que ha provocado graves daños a las fincas cafetaleras.
Hoy se tiene la convicción que el desarrollo del área rural es condición sin la cual no se alcanzara el desarrollo de República Dominicana.
En la actualidad, los altos niveles de la pobreza rural limitan su capacidad de aportar al desarrollo nacional.
La pobreza rural, expresada en bajos niveles de empleo, bajos ingresos, ausencia de servicios básicos como salud, educación, electricidad, vías de acceso y viviendas vulnerables.
Rescatar nuestra caficultura, es ponerle fin a una situación que agrava la crisis de nuestras zonas rurales, acentuando la crisis económica, social y ambiental de nuestro país.
La economía del café en República Dominicana tiene un alto potencial, aquí se consumen alrededor de 500 quintales, de café, genera empleos que rondan las 200 mil personas.
La drástica reducción de la producción del café no solo ha mermado el ingreso de divisas a nuestra economía, si no que, ha impactado negativamente nuestra balanza de pagos, dado que para suplir la demanda interna se tienen que importar cantidades que rondan el 70% del café que se consume en República Dominicana.
Superar la crisis de la caficultura dominicana requiere la puesta en marcha de un programa de rescate que enfrente la actual situación, detenga su agravamiento y ayude al repunte de un rubro básico para la vida social, económica y ambiental de República Dominicana.
De 50 mil productores que, en 2007, se dedicaban al cultivo de café, hoy son alrededor de 28 mil los productores sobreviven en medio de precariedades económicas, en un medio carente de las más mínimas condiciones para una vida digna.
Además de constituir un problema económico, la crisis de la caficultura es un problema social, en cuanto que el abandono de la actividad casi siempre implica el traslado de la familia a otras localidades, generalmente a grandes ciudades, pasando a formar parte de cordones de miseria.
Los que permanecen en las localidades, tienden a sustituir el cultivo por otro que suele romper el equilibrio del ecosistema. Las montañas son muy vulnerables al desequilibrio ecológico y muy sensible a las influencias del cambio climático.
En República Dominicana las plantaciones de café representan un 14% de la capa boscosa. Entre los beneficios ambientales del café están la fijación de carbono, conservación del suelo y la conservación de la biodiversidad.
Rehabilitar el café puede y debe ser el medio para iniciar acciones para el desarrollo rural de las comunidades campesinas de las montañas.
La elaboración del Presupuesto Nacional es una excelente oportunidad para diseñar y ejecutar una amplia política de desarrollo rural integral en las zonas cafetaleras.
Por lo que deben asignarse los fondos correspondientes que faciliten la ejecución de las acciones para rescatar, desarrollar y expandir la caficultura, esto ayudará en la dinamización de la economía.
Para enfrentar el empleo precario y los bajos ingresos en el medio rural, además del fomento y apoyo a la producción son necesarias medidas que mejoren las condiciones del campo, promoviendo el acceso a servicios y a otras oportunidades económicas; aumentando el gasto social en educación, salud y servicios comunitarios.
Así como las inversiones en infraestructuras. Dotando de acueductos y sistemas de tratamiento de aguas negras, construyendo escuelas, clínicas, reconstruyendo caminos vecinales. Sin buenos accesos a las fincas y caminos vecinales en buen estado, no puede incentivarse la producción.
Mejorar la caficultura y su entorno, es promover mejoras en la vida de miles familias dejadas a su suerte, en un área rural sin servicios, ni infraestructuras que hagan posible una vida digna.
Ojalá y en el 2024 el INDOCAFÉ tenga los medios suficientes que le permitan cumplir con la ley que crea.
La Ley 246-17, tiene como objeto establecer políticas tendentes a regular, eficientizar y desarrollar la producción cafetalera en la República Dominicana.