Retos, perspectivas y aportes para una nueva comunicación

Luis Delgado Arria

Universidad Internacional de las Comunicaciones

En un contexto en el que todos los pueblos del Mundo Sur cada vez sufrimos más gravemente las secuelas del colapso vertical del imperialismo capitalista y de su esfera cultural que es la modernidad lunpemburguesa, todas las esferas de la vida humana, así como la vida del planeta mismo, entran en una gravísima e irreversible crisis estructural.

Por consiguiente, las esferas de la comunicación, de la información y en general de la cultura y de la política, también dejan de ser lo que fueron o aspiraron ser slguna vez.

Necesario o, más bien, imprescindible resulta entonces caracterizar dónde estamos hoy y, sobre todo, qué nos hace falta repensar y transformar en la práctica si queremos seguir viviendo con algo de dignidad en este planeta.

*Los retos:*

Hoy sufrimos, como nunca en la historia, la inversión total de las condiciones mímimas indispensables para la producción y reproducción de la vida misma. Vivir hoy para dos tercios de la población mundial es, a duras penas, materialmente sobrevivir. Vivir para un tercio de la población del mundo, que percibe dos dólares diarios, es básicamente malvivir. Literalmente, más que vivir es sufrir. Y para el otro tercio inferior de los habitantes del mundo que comen apenas una vez al día, vivir es literalmente, morir a cámara lenta.

Vivir hoy, bajo el colonialimo del capital, es entonces sobrevivir la metástasis del sistema. Vivir es contaminar, sin quererlo y sufrir los mil efectos de dicha contaminación. Vivir para las mayorías es mal comer, trabajar y ser asalariados precariamente, mal curarse, mal educarse y divertirse pésimamente.

Pero nada de este panorama sombrío le es suficiente para el nuevo orden dominador, explotador, despreciativo y expoliador mundial. Siempre está el imperialismo occidental para «sancionar» además y por si fuera poco países, pueblos y regiones enteras para imponer por la fuerza del chantaje de espectro completo su modelo de muerte programada y sus interés compuesto sobre los cuerpos inermes de los 4 mil millones de habitantes expropiados de todo o casi todo.

Ante un colapso civilizatorio como este, la responsabilidad histórica de todas las vanguardias políticas, intelectuales y morales del Mundo Sur se torma irenunciable, crucial y vital.

Necesitamos repensar y transformar la teoría y las prácticas de la información para devolverle su papel como savia vital para que los pueblos entiendan y puedan responder con realismo político y rigurosidad crítica al grave desmoronamiento en pleno desarrollo.

Necesitamos repensar y transformar la comunicación y en especial la comunicación popular para lograr que todas las comunidades de vida, es decir los pueblos, etnias, culturas e identidades en resistencia logren articular su verdad y defender su derecho a la vida, la dignidad, la soberanía y la riqueza de sus culturas raigales para lograr reconectarnos de nuevo con la vida, con nuestro prójimo, con la Pachamama y con los ancestros.

Necesitamos repensar la cultura como campo privilegiado de crítica, autocrítica y creatividad para el aprendizaje de todo cuanto nos reconecte como sujetos y sujetas con nuestra sufrida pero heroica historia, identidades y con la vida misma. Es decir, reconectarnos con nuestro pasado como fermento de utopía, pero nunca pasado como suplicio o mero desecho. Somos Pachamama hecha pueblos, no meros consumidores de mercancías capitalistas para el uso, desecho programado y para devenir mercaderes y estafadores dedicados a depredarnos y desecharnos unos a otros.

.
*Las perspectivas mundiales:*

Nunca ha existido y hoy tampoco existe mundo sin lucha. No existe prosperidad económica, justicia, libertad, democracia ni culturas, sin luchas. Un asunto candente es cómo viabilizar consensos para fundar o reactivar instituciones nacionales, regionales y mundiales al margen de la política nazifascista que iza y ampara hoy la Otan y casi toda la institucionalidad internacional obligada a defender a la fuerza un globalismo occidental que hace aguas por todas partes.

Si hay lucha efectiva, es decir, bien orientada, valiente, consciente y creativa, habrá esperanzas. Si no lo logramos, el escensrio luce sombrío como nunca antes en la historia del mundo. Nunca como hoy hemos estado ante un duelo de amenazas tan cotidianas de guerra nuclear. Estamos tan cerca de la megalomanía por el poder, que asistimos hoy a un mundo en que el reloj del apocalipsis ya dejó de sernos útil.

Pero el hecho de que este tipo de conflagración nuclear total sea tan absurdamente absurdo para todas las partes en conflicto y para el resto del mundo nos lleva a pensar que tales amenazas y contra amenazas entre potencias no hacen sino llevar más agua al molino de la nueva fase de la guerra cognitiva. Una guerra en la que todo vale. Y nada es más absurdo que el absurdo que ya han impuesto como nueva normalidad.

Si bien el capitalismo pudiera refigurarse y recuperarse de la más grave crisis de toda su historia, la hegemonía del imperialismo occidental pareciera que no va a sostenerse más de un lustro o cuando más, una década adicional. Pero durante esta fase de agonía el león imperial parece.dispuesto a lanzar todas sus garras contra todo lo que le pase cerca.

El duelo por la hegemonía política, económico/ financiera, social, tecnocientífica, armamentista, mediatica y cultural y por los recursos estratégicos se transforma hoy en el nuevo campo hiper complejo, pero decisivo de batalla.

*El desafío de las universidades de comunicación*

En los últimas décadas el capitalismo cognitivo degradó a las universidades de casi todo el mundo al estatuto de agencias de publicidad de las grandes corporaciones trasnacionales. O a usinas de propaganda de los ventrílocuos de los inteseses del gran capital en que se han transformado los principales partidos políticos en casi todo Occidente.

La información, la comunicación y la cultura devenidas fetiche de desinformación, incomunicación y contracultura lumpenburguesa y hasta nazifascista es en lo que gran parte de las universidades de Occidente sigue positivista y crematísticamente entrenando a su párvulario, que no formando.

Enfrentar el tsunami de falsa consciencia y de inversión total de la realidad histórica hace parte del desafío de todo proyecto liberador y por consiguente, asimismo, de todo esfuerzo pedagógico y andragógico en el campo comunicacional. Lo que está en juego es la conquista del _sentido común_ de que hablaba Antonio Gramsci.

Pero un sujeto sometido a un grave clima de estrés traumático como es el caso de todos los países con desarrollo bloqueado como Rusia, Irán, Siria, Cuba, Nicaragua y Venezuela necesitan hacer un esfuerzo sobrehumano para no caer en la inercia de aceptarse como alma mater y hasta como cómplice de su propio depredador.

Hoy necesitamos una información fidedigna, una comunicación dialógica y una cultura con raíz profunda, esto es, histórica, como nunca antes.

Nuestras universidades deben hoy desarrollar capacidades geopolíticas, teóricas y epistemológicas para hacer un análisis certero del laberinto en que el colonialismo imperialista nos ha metido. Y asimismo, desarrolar líneas de investigación, cátedras y comunas sentipensantes cónsonas con los desafiós contra la democracia, la soberanía, la cultura y la salud emocional y física de nuestros pueblos.

El la Universidad Internacional de las Comunicaciones (Lauicom) un puñado de apasionados docentes, investigadores y cuadros revolucionarios de la cultura, la política y la nueva comunicación para la vida estamos justamente concentrados en eso.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.