Somos la OTAN y vamos a por ti

Pepe Escobar.

Ilustración La OTAN 75 años y mas guerra. OTL

La “losa epiléptica de madera noruega” saliente que se hace pasar por Secretario General de la OTAN dio todo un espectáculo.


Somos el mundo. Somos el pueblo. Somos la OTAN. Y vamos a por ti, estés donde estés, lo quieras o no.

Llámalo la última iteración pop del «orden internacional basado en normas» – debidamente bautizado en el 75 aniversario de la OTAN en D.C.

Bueno, la Mayoría Global ya había sido advertida, pero los cerebros bajo el tecnofeudalismo tienden a reducirse a papilla.

Así que conviene un recordatorio suave. Ya se había dicho en el primer párrafo de la Declaración conjunta sobre la Cooperación UE-OTAN, emitida el 9 de enero de 2023:

Movilizaremos aún más el conjunto combinado de instrumentos a nuestra disposición, ya sean políticos, económicos o militares, (la cursiva es mía) para perseguir nuestros objetivos comunes en beneficio de nuestros mil millones de ciudadanos.

Corrección: apenas un millón, parte de la plutocracia del 0,1%. Desde luego, no mil millones.

Pasemos a la  Declaración de la Cumbre de la OTAN de 2024, obviamente redactada, con una mediocridad estelar, por los estadounidenses, con el debido consentimiento de los otros 31 miembros vasallos.

He aquí la principal trifecta «estratégica» de la OTAN para 2024:

1. Decenas adicionales de miles de millones de dólares en «ayuda» a la próxima Ucrania rump (1); la inmensa mayoría de estos fondos se escurrirán por el complejo industrial-militar de blanqueo de dinero.

2. Imposición forzosa de gastos militares adicionales a todos los miembros.

3. Exageración masiva de la «amenaza china«.

En cuanto al tema musical del espectáculo OTAN 75, en realidad hay dos. Aparte de «Amenaza China» (créditos finales), la otra (créditos iniciales) es «Ucrania Libre«. La letra dice algo así: parece que estamos en guerra contra Rusia en Ucrania, pero no te engañes: la OTAN no participa en la guerra.

Bueno, incluso están creando una oficina de la OTAN en Kiev, pero eso es sólo para coordinar la producción de una serie bélica de Netflix.

Esos autoritarios malignos

La “losa epiléptica de madera noruega saliente” que se hace pasar por Secretario General de la OTAN –antes de la llegada de su sustituto holandés de Gouda– dio todo un espectáculo. Lo más destacado fue su feroz denuncia de «la creciente alianza entre Rusia y sus amigos autoritarios de Asia», es decir, «los líderes autoritarios de Irán, Corea del Norte y China». Estas entidades malignas «todas quieren que la OTAN fracase». Así que hay mucho trabajo que hacer «con nuestros amigos del Indo-Pacífico«.

‘Indo-Pacífico’ es una burda invención del «orden internacional basado en normas». Nadie en Asia, en ningún lugar, lo ha utilizado nunca; todo el mundo se refiere a Asia-Pacífico.

La declaración conjunta culpa directamente a China de alimentar la «agresión» rusa en Ucrania: Se describe a Pekín como un «facilitador decisivo» del «esfuerzo bélico» del Kremlin. Los guionistas de la OTAN incluso amenazan directamente a China:

China «no puede permitir la mayor guerra en Europa de la historia reciente sin que ello repercuta negativamente en sus intereses y reputación».

Para contrarrestar tal malignidad, la OTAN ampliará sus «asociaciones» con los Estados del «Indo-Pacífico«.

Incluso antes de la declaración de la cumbre, el Global Times ya estaba perdiendo la calma con estas inanidades:

Bajo el bombo y platillo de EEUU y la OTAN, parece que China se ha convertido en la ‘clave’ para la supervivencia de Europa, controlando el destino del conflicto Rusia-Ucrania como una ‘potencia decisiva’.

La chabacana fiesta retórica de D.C. definitivamente no servirá de nada en Pekín: el Hegemón sólo quiere

llegar más profundamente a Asia, intentando establecer una ‘OTAN Asia-Pacífico’ para ayudar a lograr la ‘Estrategia Indo-Pacífica de EEUU’.

El Sudeste Asiático, a través de los canales diplomáticos, está esencialmente de acuerdo, con la excepción de los filipinos equivocados comprados y pagados, que nadie quiere graves turbulencias en Asia-Pacífico como las que la OTAN ha desatado en Europa.

Zhou Bo, investigador principal del Centro de Seguridad y EstrategiaInternacionales de la Universidad de Tsinghua y oficial retirado del Ejército Popular de Liberación, también descartó los tejemanejes del Indo-Pacífico incluso antes de la cumbre: mantuvimos un excelente intercambio al respecto a finales del año pasado en el Foro de Astana, en Kazajstán.

Pase lo que pase, Excepcionalistán seguirá en marcha. La OTAN y Japón han acordado establecer una línea de «información de seguridad altamente confidencial», las veinticuatro horas del día. Así que cuenta con el manso primer ministro japonés Fumio Kishida para potenciar el «papel fundamental» de Japón en la construcción de una OTAN asiática.

Todo el mundo con cerebro, desde Urumqi hasta Bangalore, sabe que el lema en toda Asia, para los Excepcionalistas, es «Hoy Ucrania, mañana Taiwán«. La mayoría absoluta de la ASEAN, y esperemos que la India, no caerán en la trampa.

Lo que está claro es que el circo de la OTAN de los 75 no tiene ni idea y es impermeable a lo ocurrido en la reciente Cumbre de la OCS en Astana . Especialmente cuando se trata de que la OCS se posiciona ahora como un nodo clave para poner en marcha un nuevo acuerdo de seguridad colectiva para toda Eurasia.

En cuanto a Ucrania, una vez más Medvedev, en su estilo inimitable expuso la postura rusa:

La Declaración de la Cumbre de Washington del 10 de julio menciona ‘el camino irreversible de Ucrania’ hacia la OTAN. Para Rusia, son aceptables 2 posibles formas de acabar este camino: o Ucrania desaparece, o lo hace la OTAN. Mejor aún, ambas.

Paralelamente, China está realizando maniobras militares en Bielorrusia sólo unos días después de que Minsk se convirtiera oficialmente en miembro de la OCS.

Traducción: olvídate de la «expansión» de la OTAN a Asia cuando Pekín ya está dejando claro que está muy presente en el supuesto «patio trasero» de la OTAN.

Una declaración de guerra contra Eurasia

Michael Hudson ha vuelto a recordar a todos los que tienen cerebro que el espectáculo belicista de la OTAN no tiene nada que ver con el internacionalismo pacífico.

Se trata más bien de

una alianza militar unipolar estadounidense que conduce a la agresión militar y a las sanciones económicas para aislar a Rusia y China. O más concretamente, para aislar a los aliados europeos y otros de su antiguo comercio e inversión con Rusia y China, haciendo a esos aliados más dependientes de Estados Unidos.

La declaración de la OTAN de 2024 es en realidad una renovada declaración de guerra, híbrida y de otro tipo, contra Eurasia, así como contra Afroeurasia (sí, hay promesas de «asociaciones» que avanzan por todas partes, desde África hasta Oriente Medio).

El proceso de integración de Eurasia tiene que ver con la integración geoeconómica, incluidos, de forma crucial, los corredores de transporte que conectan, entre otras latitudes, el norte de Europa con Asia Occidental.

Para el Hegemón, ésta es la pesadilla definitiva: la integración de Eurasia alejando a Europa Occidental de EEUU e impidiendo ese sueño húmedo perenne, la colonización de Rusia.

Así que sólo se aplicaría el plan A, con absoluta crueldad: Washington -literalmente- bombardeó la integración Rusia-Alemania (Nord Stream 1 y 2, y más) y convirtió las tierras vasallas de los asustados y desconcertados europeos en un lugar potencialmente muy peligroso, justo al lado de una encarnizada Guerra Caliente.

Así que, una vez más, que todo el mundo vuelva a ese primer párrafo del comunicado conjunto UE-OTAN de enero de 2023. Eso es a lo que nos enfrentamos hoy, reflejado en el título de mi último libro, Eurasia v. NATOstan (Eurasia contra OTANstán):

La OTAN -en teoría- totalmente movilizada, en términos militares, políticos y económicos, para luchar contra cualquier fuerza de la Mayoría Global que pueda desestabilizar la Hegemonía Imperial.

Traducción nuestra


*Pepe Escobar es columnista de The Cradle, redactor jefe de Asia Times y analista geopolítico independiente centrado en Eurasia. Desde mediados de la década de 1980 ha vivido y trabajado como corresponsal extranjero en Londres, París, Milán, Los Ángeles, Singapur y Bangkok. Es autor de Globalistan: How the Globalized World is Dissolving into Liquid War (Nimble Books, 2007), Red Zone Blues: a snapshot of Baghdad during the surge, Obama does Globalistan (Nimble Books, 2009), 2030 (Nimble Books, 2020). Su ultimo libro es Raging Twenties (Nimble, 2021).

Nota nuestra

(1) Rump: Se refiere a una parte pequeña o residual de un grupo más grande, como en el caso de «rump parliament» que se traduce como «parlamento remanente» o «parlamento residual». Aquí lo podrimos traducir como lo que quede de Ucrania despues del conflicto, la Ucrania residual

Fuente original: Strategic Culture Foundation

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