«Tenemos una brecha enorme»: la desigualdad en América Latina complica el acceso al agua
SPUTNIK. La contaminación de los ríos y mares y la mala gestión de este recurso han mermado el acceso del agua a las comunidades más marginadas. Por ello, organizaciones como Redes del Agua harán una serie de propuestas durante la segunda Conferencia del Agua de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Durante años, activistas y organizaciones civiles han trabajado para que los grupos más vulnerables no solo puedan contar con agua, sino que tengan la posibilidad de formar parte de la toma de decisiones sobre el tema. Los más afectados siempre han sido las personas rezagadas por su condición económica, política, racial o migratoria.
Este evento en las Naciones Unidas, que se llevará a cabo del 22 al 24 de marzo en Nueva York, es importante porque la primera edición se realizó en 1977 en Argentina y en casi 50 años la situación del agua se ha modificado drásticamente.
América Latina, en vulnerabilidad
De acuerdo con Nathalie Seguin, directora del capítulo de México para Freshwater Action Network (FANMex) y secretaria ejecutiva de Redes del Agua Latinoamérica, el acceso al agua es de menos de 50% en el territorio mexicano.
No obstante, «puede bajar mucho más, sobre todo si consideramos el criterio de calidad [del agua] y de continuidad en el servicio».
Por ejemplo, en algunas zonas de la Ciudad de México, como en Iztapalapa, cuentan con agua solo una o dos veces a la semana.
Esto, además de dificultar sus actividades, pone en riesgo la salud de la población, ya que dificulta las practicas de higiene personal. Además, no suelen contar con cisternas para almacenarla y la guardan en contenedores que no son aptos para mantenerla limpia.
«Tenemos una brecha enorme en el aspecto del acceso al derecho al saneamiento. ¿Qué quiere decir esto como derecho humano? Se refiere a tener [oportunidad] de contar con un baño digno, que no te ponga en riesgo, desde una perspectiva de salud, pero también física», explica Seguin en entrevista para Sputnik.
Sobre este aspecto, la experta menciona que uno de los mayores problemas en las comunidades rurales y marginadas, así como de asentamientos irregulares, es la falta de acceso al saneamiento.
En zonas rurales «hay una tendencia a la defecación al aire libre. Suelen tener letrinas que, por la misma carencia de agua, no se encuentran en condiciones aceptables de higiene, por lo que las personas deciden hacerlo al aire libre. En el mejor de los casos, mencionan que tienen fosas sépticas, pero el problema es que ni siquiera [están construidas adecuadamente]; esto también genera grandes temas de contaminación, ya que lo que realmente tienen es un sumidero […]. que permite la infiltración de aguas negras, que contaminan directamente las fuentes de dónde sacan su propia agua», precisa.
Estas prácticas derivan en enfermedades oftalmológicas y gastrointestinales.
Inseguridad y otros problemas
Seguin considera que no tener acceso al agua, y mucho menos a un baño en casa, supone vulnerar a las personas, especialmente al género femenino por las necesidades de higiene menstrual, pero también por los riesgos que implica no contar con un sanitario en casa.
«En el trayecto hacia estos lugares hay muchos riesgos, sobre todo para niñas y mujeres porque al no tener un sanitario cerca de sus lugares se exponen a la inseguridad y violencia que se vive en el país [contra este grupo]», señala.
En ese contexto, la titular de FANMex destaca la represión a las luchas por la defensa del agua y medio ambiente. Tan solo en 2020, más de 300 defensores ambientales fueron asesinados en Latinoamérica.
«América Latina es la región donde más homicidios [de esta índole] han ocurrido. Dos terceras partes de los [casos] a nivel mundial corresponden a países latinoamericanos […]. El punto es que la zona es una de las más peligrosas para la lucha medioambiental. Esto ocurre en Colombia, México, Brasil, Honduras, Guatemala y Nicaragua, que están entre las 10 naciones con más crímenes [de este tipo]», detalla.
Otro tema son las contradicciones existentes en las naciones a la hora de hablar de este bien. Sobre ello, Fermín Reygadas, director general de Cántaro Azul, agrega que hay países que tienen las herramientas para paliar los problemas, pero no se están aplicando. Un ejemplo de ello es México.
«Vale la pena poner atención porque no son congruentes los rezagos que tenemos con los recursos económicos e intelectuales [que tenemos]. Tampoco con las instituciones y la sociedad civil», menciona para Sputnik.
¿Qué es Redes del Agua?
Redes del Agua están conformadas por 20 organizaciones y redes de México y Latinoamérica como FANMex, FANCA, AIDA Américas, MUDEM, Niparajá, Sendas, Bajo Tierra Museo del Agua, Cántaro Azul, CEA Mujer, ARCA, por mencionar algunas.
Esta plataforma surgió con la intención de conformar una red de incidencia que pueda influenciar las políticas públicas en materia de agua en las plataformas de alto nivel con una perspectiva de la región de América Latina y siempre basada desde la experiencia local.
«Se pretende movilizar a la sociedad civil para generar una agenda clara sobre los temas más preocupantes en relación al agua, principalmente en el posicionamiento del derecho humano al agua y al saneamiento», destaca Reygadas.
Otro de sus fines, añade, es visibilizar los avances que existen en la materia.
Se busca que «las propuestas de políticas públicas que se trabajan a nivel internacional emanen desde las bases. Hay una brecha grande entre lo que se vive en el territorio en particular y lo que las comunidades se enfrentan en el día a día en temas de escasez o contaminación del agua y las políticas públicas que se desarrollan […] y las prioridades institucionales», apunta el experto.
¿Qué plantearán ante la ONU y cuáles son las expectativas?
Uno de los objetivos de Redes del Agua es visibilizar ante las Naciones Unidas a las comunidades marginadas, asentamientos irregulares, zonas rurales, entre otras, como agentes de cambio y partícipes en la toma de decisiones sobre el cuidado y acceso al recurso natural.
«Si las políticas públicas les reconocieran y generaran mecanismos para fortalecerles, con capacitación, seguimiento, con algunos recursos económicos muy básicos [el tema avanzaría aún más]. No estamos hablando nada que no sea alcanzable para un país como México, por ejemplo. Eso podría cambiar completamente el panorama», asegura el director general de Cántaro Azul.
Mientras tanto, Seguin detalla que se plantearán estrategias para que concrete el derecho de las personas a tener agua y saneamiento.
«Otro de los temas que queremos empujar es la necesidad de un mecanismo que fortalezca a la gobernanza del agua. Esto través de un [proyecto] intergubernamental que lleve a cabo reuniones anuales de seguimiento y monitoreo de los compromisos adquiridos por los países en relación a los derechos humanos al agua y al saneamiento, en respeto al derecho a un medio ambiente sano, a la nutrición, la salud y la equidad de género», detalla Seguin.
Reygadas agrega que, en este evento que se llevará a cabo del 22 al 24 de marzo en Nueva York plantearán aspectos relacionados con la infraestructura.
«México tiene avances muy importantes, algunos fomentados por políticas públicas como la instalación de infraestructura que si bien no brinda agua todos los días o no es de buena calidad, se puede aprovechar o realizar rehabilitaciones que no son tan costosas como crear o como construirla desde cero y la podemos aprovechar. El paso a dar es que las políticas públicas no se enfoquen nada más en contratar a empresas que construyan sino en las condiciones necesarias para que brinden un servicio adecuado», concluyó.