Un sabio dijo…

Luis Córdova

En un recorrido político por uno de los tantos campos que hay que visitar, recuerdo la estampa de un amable campesino que nos brindó con humildad lo único que poseía: su experiencia.

Era un sabio y sus ojos, escrutadores, hundidos en una cara que revelaba lo dura que había sido su vida, tallando de surcos agrestes su sonrisa.

Recostado de la puerta de una pulpería, improvisaba un ágora al igual que sus antecesores en la antigua Grecia. Aconsejó de por qué elegir el camino correcto y cómo conducirse en él.

Seducido por su gracia las risas parecían sin fin, hasta que una pregunta nos dejó atónitos: ¿y qué buscan ustedes en política?

En nuestra temprana juventud, habíamos prefabricado respuestas en los talleres del Instituto de Formación Política y algunos se resistieron a responder porque suponían que debían gastarla en televisión o en alguna audiencia más ventajosa.

Desde el fondo del silencio vino una sentencia, acaso un presagio, dicha con la fuerza de la verdad: “la política es para los que son ricos, que tienen tanto que no la necesitan y para los más pobres que no tienen nada y solo dependen de mendigar en ella”.

Al día siguiente recordé su sonrisa socarrona cuando terminó la frase perdida en la blancura de su barba y su respetuosa despedida tocando el ala del ajado sombrero.

El sabio continúa en mi memoria. Recuerdo su pregunta. Memorizo su propia respuesta. Mi generación sigue sin encontrar respuestas.

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