Una justificada ausencia

José Francisco Peña Guaba

Hacía más de tres meses que no compartía mis acostumbradas reflexiones, y no pocos me llamaron para preguntar si me había pasado algo o si mi salud se había resentido. A todos les dije que estaba en un proceso de reorganización de mis proyectos personales y políticos, reinventando mi vida. Porque la vida no es solo política ni la búsqueda de estabilidad económica; es un constante cambio que nos obliga a reflexionar sobre si construir el futuro implica desperdiciar el presente. Hoy estoy más que convencido de que la vida misma merece ser vivida con pasión, desafiando el destino y siempre preparándonos para lo que nos traiga la providencia.

Como persona inquieta, a pesar de las muchas libras que tengo, no puedo estar tranquilo y estoy trabajando en varios asuntos a la vez. En lo político, iniciaré un proceso de profunda reestructuración del BIS (Bloque Institucional Socialdemócrata), porque los dirigentes no somos eternos y debemos preparar el camino para los relevos que han de venir. Siempre mantengo intactos mis vínculos políticos y de hermandad con Leonel Fernández, pero también tengo una relación afectuosa con la mayoría del liderazgo partidario del país.

Aunque no tengo relaciones en el ámbito electoral con el oficialismo, en el PRM militan grandes amigos, muchos de los cuales trato como familia, como Guido, Yayo, Paliza, Nelson Arroyo, Samuel Pereyra, Luis Valdez, Margarito, entre otros, y ni hablar de mi comadre Yadira de Sánchez Baret. También tengo un especial afecto por el presidente Luis Abinader, que proviene de la relación imperecedera con su padre, mi bien recordado y entrañable amigo Don Rafael.

Las derrotas son huérfanas y no hay excusa que valga ante la incomprensión del liderazgo opositor, que en las elecciones recientes no pudo ponerse de acuerdo para presentar una dupla presidencial única que forzara una segunda vuelta electoral. Pero esas son las paradojas de la política, y como bien me expresó un nuevo amigo, estoy seguro de que desde 2020 “el PLD murió de éxito”.

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