‘Cuentos con estornudo y arcoiris’, un libro premiado de Yuan Fuei Liao

Por Julio Cuevas

El colorido que se desprende del arcoiris y de los estornudos queda como parte central del entramado narrativo, como excusa para organizar la trama de humor que fluye en estas narraciones.

Con afectos, a mi amiga, la escritora para niños y niñas, Leiby NG, creadora dominicana con raíces chinas, «aplataná».

Continuando con las producciones para niños y niñas, de Yuan Fuei Liao, tengo ante mí, su obra titulada «Cuentos con estornudo y arcoiris«, seleccionada como Premio Anual de Literatura Infantil y Juvenil «Aurora Tavárez Belliard» del Ministerio de Cultura, del año 2022.

La edición de esta obra que tengo a mano, es de la Editora Santillana Infantil y juvenil, SL., colección «loqueleo», Lima, Perú, 2020. Directora editorial, Claudia Llibre. Director de Arte y Producción, Moisés Kelly Santana. Subdirectora de Arte, Lilian Salcedo Fernández.
Diagramación de Ana Gómez Otaño. Edición a cargo de Luis Beiro Álvarez. Las ilustraciones son de José Amado Polanco.

En su estructura temática, este libro está integrado por un texto explicativo, donde el sujeto-autor orienta al lector en torno al por qué juntar los conceptos estornudo y arcoiris, basado en un principio metodológico usado por el especialista, creador e investigador italiano de literatura infantil, Giovanni «Gianni» Rodari (Omegna, 23/10/1920/ Roma, Italia, 14/4/1980), autor de la obra «Gramática de la fantasía» (1973).

Partiendo de ese soporte teórico, puedo aproximarme a la fuente que le permite a este autor, fundamentar su narrativa en el humor, la ironía y los juegos conceptuales, a partir de la palabra en movimiento o en uso.

se asume aquí el entorno de la niñez como un atinado espacio de aprendizaje, desde un desaprender-aprendiendo, por lo que se trata de una narrativa, asumida desde el infinito imaginario de la niñez, en viva interacción con la adultez y con la ancianidad, como expresión permanente de vida.

Al justificar el vínculo entre los estornudos y el arcoiris, el sujeto-autor procura armar una relación mágica, con la idea de entretener una argumentación emotiva y fantasiosa, como quien, partiendo de lo imposible, pretende darle objetividad a su inventada propuesta. Su fin es provocar espanto y risa en quienes leemos el texto.

Son estornudos de colores los que surgen de la nariz de sus personajes, hasta pintar el contexto con la diversidad cromática del arcoiris. Total, para este sujeto-autor, el imaginario es una base lúdica, desde la cual depende su mundo creativo.

El colorido que se desprende del arcoiris y de los estornudos queda como parte central del entramado narrativo, como excusa para organizar la trama de humor que fluye en estas narraciones.

La alergia y la alegría, como conceptos, aunque con bases semánticas distintas, tienes fundamentos fónicos parecidos que, al ser pronunciados, permiten construir un sonido «pegajoso» y rítmico que, al ser pronunciadas, agradan, al ser escuchados. Esa combinación es resultado de las inventivas, en la narrativa del sujeto-autor.

El tema sobre la navidad y las ideas «descabelladas» o ilógicas, aquí no son sorpresas, en esta narrativa, con tal de captar la atención de los lectores. Pues, estamos ante un narrar que procura arrancar risas y asombro.

En estas narraciones, hay un narrador-testigo, el cual es participativo, a la vez, y tiene dominio de cuanto ocurre en el proceso de acción de lo narrado. Ese narrador-testigo, asume el acontecer como parte del dinamismo del contar que aquí discurre y nos va aproximando al inicio y al final de los hechos que aquí van aconteciendo.

El onirismo o el sueño, se mezcla aquí con el juego de ideas o el ludismo, para armarnos una trampa recreativa que permita atrapar la atención y emvolver, entre la expectativa y la sorpresa, al lector.

Las ilustraciones son parte esencial del entramado estético, en este libro. No es sólo por la organizada combinación de los colores, sino porque su configuración gráfica y cromática, responde a la argumentación narrativa que allí es contaba o que le es dicha o explicada al público lector.

Y usted se preguntará, entonces, aquí todo discurre «positivo»? Y yo le respondo que lo que pueda haber de negativo, como es normal en toda obra, no supera u opaca, el tratamiento estético o artístico del discurso narrativo que abarca los catorce (14) cuentos que representan esta obra.

Esto nos indica que, en la sociedad dominicana, la literatura infantil, tiene grandes esperanzas para seguir en desarrollo permanente. Ahí tenemos una significativa muestra escritural, aparte de las ya conocidas en este panorama cultural y educativo que tanto requiere y merece estos aportes literarios, por una nueva sociedad dominicana creativa, reflexiva, imaginativa, participativa y crítica.

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