Transporte masivo en Santo Domingo: una propuesta estratégica que podría definir el futuro de la ciudad
Por Domingo Javier Cruz
El crecimiento acelerado, la expansión urbana desordenada y la presión demográfica en la ciudad de Santo Domingo han convertido el transporte masivo en una de las prioridades estratégicas más urgentes para el desarrollo nacional. La congestión vehicular, el tiempo perdido en desplazamientos, la desigualdad en el acceso a oportunidades y el impacto ambiental son síntomas de un sistema que necesita transformarse.
La discusión ya no es si debemos ampliar el transporte público, sino cómo hacerlo de forma inteligente, costo-efectiva y con impacto social duradero. La decisión que tomen las autoridades políticas y los sectores técnicos en los próximos años será determinante para el bienestar de millones de dominicanos y para la competitividad de la capital frente a otras ciudades de América Latina.
Diagnóstico: Realidad actual y desafíos
Santo Domingo cuenta actualmente con un sistema de transporte masivo compuesto por dos líneas de Metro, un teleférico y una red fragmentada de autobuses y transporte informal. Si bien el Metro ha demostrado ser eficiente en su eje operativo principal, su cobertura es aún limitada, el sistema de autobuses no está plenamente integrado y la ciudad carece de corredores de alta capacidad en superficie.
A esto se suma un problema estructural: el crecimiento urbano periférico sin planificación, que ha desplazado a gran parte de la población hacia zonas sin infraestructura de transporte adecuada. Como resultado, más del 60 % de los desplazamientos diarios dependen de vehículos privados o transporte informal, lo que genera un impacto económico significativo: pérdidas de productividad, gasto excesivo en combustible, aumento de emisiones contaminantes y deterioro de la calidad de vida.
Opciones de transporte masivo: análisis técnico y económico desde mi perspectiva.
El diseño de un sistema de transporte eficiente no depende únicamente de la capacidad o velocidad, sino de su relación costo–beneficio y de la forma en que contribuye al desarrollo urbano. A continuación, te analizo las principales alternativas:
a) Metro pesado (subterráneo o elevado)
- Capacidad: Alta (30,000–60,000 pasajeros/hora/sentido)
- Costo promedio por km: US$80 – 250 millones (subterráneo); US$60 – 120 millones (elevado)
- Ventajas: Alta capacidad, rapidez, vida útil superior a 50 años.
- Desventajas: Alta inversión inicial, largos tiempos de ejecución, alto impacto fiscal.
Evaluación: Ideal para ejes troncales con alta demanda. No es viable extenderlo masivamente en corto plazo por su elevado costo.
b) Tren ligero / Tranvía (LRT)
- Capacidad: Media-alta (10,000–20,000 pasajeros/hora/sentido)
- Costo por km: US$25 – 70 millones
- Ventajas: Menor costo que el metro, buena capacidad y confort, revitaliza zonas urbanas.
- Desventajas: Menor velocidad y capacidad que el metro, necesita espacio urbano reservado.
Evaluación: Alternativa intermedia, adecuada para ejes secundarios o rutas radiales conectadas al metro.
c) BRT (Bus Rapid Transit) o Sistema de autobús de tránsito rápido
- Capacidad: Media (8,000–30,000 pasajeros/hora/sentido)
- Costo por km: US$8 – 25 millones
- Ventajas: Bajo costo de implementación, rápida ejecución (1–3 años), alta flexibilidad, escalable.
- Desventajas: Menor vida útil que infraestructura ferroviaria, requiere gestión rigurosa para mantener eficiencia.
Evaluación: La opción más costo-eficiente. Permite cobertura extensa a bajo costo sin sacrificar calidad si se diseña con estándares altos (carriles exclusivos, estaciones cerradas, pago anticipado, flota moderna).
d) Teleférico urbano
- Capacidad: Baja-media (3,000–6,000 pasajeros/hora/sentido)
- Costo por km: US$10 – 30 millones
- Ventajas: Útil para zonas topográficamente complejas, bajo costo y rápida ejecución.
- Desventajas: Limitado a trayectos cortos y demandas moderadas.
Evaluación: Complementario, ideal para conectar barrios marginales con corredores principales.
Impacto económico y social: una mirada más allá del transporte
La elección del sistema no solo implica comparar costos iniciales, sino proyectar el retorno económico y social a largo plazo.
- Productividad: Un sistema eficiente puede reducir hasta en un 40 % el tiempo de viaje, aumentando la productividad laboral y reduciendo el ausentismo.
- Crecimiento urbano: La infraestructura de transporte impulsa el valor del suelo, atrae inversiones privadas y ordena el crecimiento de la ciudad. Muchos ejemplos que hemos visto en otras ciudades, como el caso de Colombia.
- Equidad social: Mejora el acceso a educación, salud y empleo para comunidades periféricas, reduciendo brechas sociales.
- Sostenibilidad: Sistemas modernos reducen emisiones de CO₂ y dependencia del vehículo privado. Datos validados con estudios realizados.
- Estímulo económico: Cada dólar invertido en transporte masivo puede generar entre 3 y 5 dólares en retorno económico indirecto en 20 años. Según estudios financieros realizados.
Desde una perspectiva fiscal, la implementación escalonada de corredores BRT y LRT conectados con el Metro existente puede reducir en más de un 60 % el costo total de expansión del sistema de transporte frente a una red basada exclusivamente en infraestructura ferroviaria. Esto representa un ahorro de entre US$1,000 y 2,000 millones en un horizonte de 15 a 20 años, recursos que podrían destinarse a salud, educación o desarrollo urbano.
Mis recomendaciones estratégicas: “un modelo híbrido para Santo Domingo”
El futuro del transporte en Santo Domingo no pasa por una sola tecnología, sino por una red integrada y jerarquizada que combine:
- Metro como columna vertebral: Expandir gradualmente líneas en ejes de máxima demanda. Expandir hacia los regional.
- Tranvías para el apoyo urbano: Incluir gradualmente líneas en ejes de poca demanda. Expandir hacia lo metropolitano.
- BRT de alta calidad: Implementar corredores troncales a bajo costo, conectados al metro mediante intercambiadores.
- Teleféricos complementarios: Extender el acceso en zonas periféricas con topografía compleja.
- Sistema alimentador unificado: Integrar autobuses, rutas suburbanas y transporte no motorizado bajo un mismo esquema tarifario.
Este modelo mixto permite ampliar la cobertura al 70 % del área metropolitana en menos de 15 años, con un costo 50–60 % menor que una red 100 % ferroviaria y con beneficios sociales y económicos significativos.
Conclusión: una decisión política con visión de Estado
El transporte masivo no es solo una obra de infraestructura; es una herramienta de desarrollo económico, cohesión social y sostenibilidad ambiental. Decidir hoy por soluciones costo-eficientes y escalables, como el modelo híbrido Metro–Tranvía-BRT–Teleférico, es garantizar que Santo Domingo dé el salto hacia una ciudad moderna, competitiva y equitativa.
Las autoridades tienen ante sí una oportunidad histórica: transformar el modelo de movilidad en una política de Estado, una de las demandas sin resolver de la ciudadanía. No se trata únicamente de mover personas, sino de mover oportunidades, productividad y futuro.

