Crisis diplomática China-Japón: pautas de un diferendo histórico
Japón colonizó a Taiwán durante 50 años (1895-1945). Ese periodo comenzó tras la firma del Tratado de Shimonoseki, el 17 de abril de 1895, que puso fin a la primera Guerra Sino-Japonesa (1894–1895).
En 1931, el imperio nipón invadió la Manchuria de China y creó allí un gobierno títere denominado Manchukuo, y de hecho, para muchos académicos la Segunda Guerra Mundial empezó realmente en esa fecha.
En 1937, Japón atacó Nanjing (capital del sur de China) y protagonizó uno de los episodios más trágicos de esa guerra cuando el ejército invasor masacró unos 300 mil ciudadanos, según fuentes oficiales del gigante asiático.
Diferentes publicaciones de la época e investigaciones científicas evidenciaron que Japón realizó experimentos médicos, biológicos y torturas a prisioneros chinos, en especial la Unidad 731 pasó a la historia como una de las más sádicas.
China devino piedra angular en el Frente Oriental durante la Segunda Guerra Mundial, porque debilitó con su resistencia al militarismo japonés, esto se tradujo en más de 20 millones de chinos muertos, de acuerdo con estimaciones de investigadores.
Taiwán fue recuperado por la República de China tras la victoria en la Guerra de Resistencia contra la Agresión Japonesa, un resultado consagrado por la Declaración del Cairo (1943), la Declaración de Potsdam (1945) y el Acta de Capitulación del Japón luego de su derrota.
Lo que sucedió después tuvo que ver con el triunfo del Ejército Rojo luego de la guerra civil.
La fundación de la República Popular China en 1949 proclamada por el líder Mao Zedong hizo que el derrotado Chiang Kai-shek, al frente entonces del Kuomintang, huyera hacia Taiwán y estableciera un gobierno paralelo bajo el nombre de República de China, la cual sobrevivió en los siguientes años en gran medida por el apoyo de Estados Unidos.
Sin embargo, en 1971 la República Popular China recuperó su asiento en la ONU y en lo sucesivo cada vez más naciones del orbe la reconocieron como el único representante legítimo de todo el gigante asiático, incluido Taiwán.
De esa forma, aceptar el principio de Una Sola China se convirtió en punto clave para poder establecer relaciones diplomáticas estables y constructivas con Beijing.
Más de 180 países reconocen la posición de que existe una sola China, aunque interpretan ese principio de formas diversas. Por ejemplo, Estados Unidos y Japón mantienen relaciones no oficiales con Taiwán, mientras reconocen a Beijing como gobierno de China.
El gobierno chino declaró en varias ocasiones que la reunificación nacional es imparable y es una tendencia de los tiempos, algo que podría darse bajo el marco de “Un País, dos sistemas” que ya China aplicó con Hong Kong y Macao.
¿QUÉ DIJO SANAE TAKAICHI Y CÓMO LO INTERPRETÓ CHINA?
La primera ministra declaró abiertamente en la Dieta (Parlamento) que si “algo ocurre en Taiwán” (en referencia a un posible conflicto militar con China continental), esto podría constituir una “crisis existencial” para Japón, lo que supondría la movilización de las Fuerzas de Autodefensa y la posible intervención de Tokio.
Beijing escribió una carta al secretario general de la ONU, António Guterres, que será enviada a todos los Estados miembros del organismo multilateral, en la que explica por qué esos comentarios son “extremadamente erróneos” e hirieron la sensibilidad del pueblo chino.
“Esta es la primera vez desde la derrota de Japón en 1945 que un líder japonés aboga oficialmente por el llamado “si hay algo mal en Taiwán, algo le pasa a Japón”, y es la primera vez que expresa su ambición de intentar intervenir por la fuerza en el asunto de Taiwán, y por primera vez ha lanzado una amenaza de fuerza contra China”, expuso Beijing en ese documento.
La portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Mao Ning, señaló que las recientes declaraciones desafían el orden internacional posterior a la Segunda Guerra Mundial.
Recordó que la postura de Tokio debe basarse en el principio de una sola China y en los cuatro documentos políticos bilaterales (Declaración Conjunta de 1972, el Tratado de Paz y Amistad de 1978, la Declaración de 1998 y la Declaración de 2008), no en ambigüedades ni retrocesos históricos.
Por su parte, el Ministerio chino de Defensa subrayó que esas declaraciones constituyeron una injerencia grave en los asuntos internos del país y enfatizó que enviaron una señal equivocada a las fuerzas que promueven la independencia de esa isla.
Beijing subrayó que la comunidad internacional debe resistir cualquier intento de resucitar el militarismo japonés, sobre todo en el contexto del aniversario 80 de la victoria contra la agresión nipona.
Incluso figuras influyentes dentro de Japón cuestionaron estas declaraciones de Sanae Takaichi, como es el caso del ex primer ministro japonés Shigeru Ishiba o el economista político japonés Kazuyuki Hamada, quienes además llamaron la atención sobre otros temas que urgen en la realidad nipona como cuestiones sociales y de subsistencia de la población.
El gobierno chino advirtió a Tokio que cualquier intento de intervenir militarmente en el estrecho de Taiwán constituiría un acto de agresión.
“China respondería de manera decisiva. Ejerceremos con determinación nuestro derecho a la autodefensa en virtud de la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional, y defenderemos firmemente nuestra soberanía nacional y nuestra integridad territorial”, enfatizó la Cancillería.
El Ministerio de Relaciones Exteriores también rechazó los intentos de Tokio de modificar el principio “no fabricar, no poseer y no transportar armas nucleares”, lo que abriría la puerta a acuerdos para compartir este tipo de armamento.
La portavoz Mao Ning recordó que el orden postbélico exige la desmilitarización completa del país: “Si Japón quiere volver al antiguo camino del militarismo, abandonar su promesa de desarrollo pacífico y socavar el orden internacional de posguerra, el pueblo chino no estará de acuerdo, la comunidad internacional no lo permitirá, y solo terminará en fracaso”, apuntó.
CHINA RESPONDE CON MEDIDAS CONCRETAS
El Ministerio chino de Relaciones Exteriores y otras instituciones emitieron alertas sobre viajes a Japón y recomendaron a sus ciudadanos no viajar o estudiar en el país vecino en el corto plazo.
La cartera denunció que “los líderes japoneses han hecho abiertamente comentarios provocativos explícitos relacionados con Taiwán, y deterioradoo gravemente la atmósfera de los intercambios de personal entre China y Japón, y planteado grandes riesgos para la seguridad personal y de la vida de los ciudadanos chinos en Japón”.
El número de pasajeros chinos con destino a Japón cayó significativamente, reflejaron datos de plataformas de viajes y aerolíneas.
De acuerdo con un reporte de The Paper, el factor de ocupación en vuelos hacia Japón descendió 12,3 puntos porcentuales respecto a la semana anterior, mientras que el volumen de pasajeros disminuyó un 10,8 por ciento en el mismo periodo.
Según la plataforma TravelSky, hasta el momento el número de vuelos cancelados desde China continental a Japón desde el 24 de noviembre y el 31 de diciembre aumentó en 56 por ciento en comparación con el mismo periodo del mes pasado.
Esto además se vio favorecido por las medidas especiales que pusieron en práctica aerolíneas como Air China, China Eastern y China Southern Airlines para facilitar el reembolso o cambio de pasajes.
Según diferentes reportes, no se había registrado desde la pandemia una ola tan grande de anulaciones de viajes a Japón.
Nobuhide Kiuchi, investigador del Instituto de Investigación Nomura de Japón, dijo a la televisora local CCTV que si el número de turistas chinos que visitan Japón disminuye significativamente, el PIB nipón disminuirá un 0,36 por ciento.
En otro orden, las crecientes tensiones diplomáticas llevaron a Beijing a suspender la importación de productos acuáticos provenientes de la nación nipona.
“En la situación actual, incluso si se exportan productos acuáticos japoneses a China, no habrá mercado”, enfatizó Beijing.
Además, China confirmó la semana pasada que la reunión trilateral de ministros de Cultura con Japón y Corea del Sur fue pospuesta porque el ambiente actual no es el adecuado para este intercambio.
Igual argumento utilizó para descartar la realización por el momento de la décima reunión trilateral de líderes China-Japón-Corea del Sur.
Por otro lado, ante la ONU, Beijing rechazó la posible incorporación de Tokio como miembro permanente del Consejo de Seguridad.
El representante de China recordó que ese país no cumple con los requisitos por su falta de reflexión sobre los crímenes de guerra durante la Segunda Guerra Mundial.
Lejos de solucionarse, las tensiones diplomáticas han influido en otros sectores del intercambio bilateral, y China ya alertó de que adoptará más medidas si el liderazgo japonés no se retracta de sus declaraciones.
PRENSA LATINA

