La guerra y sus herramientas en la nueva sociedad
Por Mihail García. La dinámica global cambia constantemente, la rapidez e inmediatez con que se componen y descomponen tácticas en el tablero geopolítico también. Debido a esto el enfoque de la crisis entre la Rusia y Occidente por el posible ingreso de Ucrania a la OTAN, debe verse desde múltiples ángulos.
Mayormente los analistas enfocan el tema desde la perspectiva histórica del conflicto, recorriendo acontecimientos de la historia que permiten, sin dudas, entender de forma más clara las razones o posibles razones del conflicto.
Ahora bien, recientemente varios analistas han comenzado a incluir el término de Guerra Cognitiva fruto de un informe sobre este tipo de herramientas que realizaron para la OTAN y que fue difundido en varios medios comunicación.
La Guerra Cognitiva, según cuentan, es la forma de poner en marcha acciones que vayan más allá de la creación de una percepción, sino que lo que intentan es cambiar o construir la forma de pensar de las personas en torno a la situación que se vive entre los países europeos.
Para lograr esto, primero, echan manos a la neurociencia, especialmente a la neurociencia cognitiva que trata de comprender la mente humana desde la relación entre los fenómenos cognitivos y las estructuras cerebrales donde se alojan éstos.
La neurociencia cognitiva busca comprender varios aspectos, entre los que encontramos el aprendizaje, el lenguaje, la inteligencia, la creatividad, la conciencia, la atención, la memoria, la emoción, la toma de decisiones, la empatía, la cognición social, entre otros.
Como se puede apreciar la definición y aspectos que trata de estudiar, comprender y modificar la neurociencia cognitiva están íntimamente ligados a la idea de cambiar o construir una forma de pensar en torno a la crisis en cuestión. Para ello se están tomando como insumos principales para la creación del diagnóstico social sobre la percepción existente las interacciones en las redes sociales.
Pero también usan como mecanismo para la construcción de formas de pensar cónsonas a sus intereses influienciadores fabricados, videos virarles y toda suerte de herramientas de esas que ponen a nuestra disposición las redes sociales.
Sin entrar en juicios de valor, queremos terminar reflexionando sobre como la realidad y dinámica global van empujando las acciones del liderazgo hacia los esquemas que se vienen construyendo en esta nueva sociedad.
Ya los empresarios habían tomado la neurociencia como base para diseñar estrategias, por ejemplo, las de posicionamiento a través del neuromarketing, los políticos a través de la neuropolítca y ahora los que manejan la seguridad de los estados a través de la Guerra Cognitiva.
Visto todo lo anterior, debemos hacernos las siguientes interrogantes: ¿habrá descubierto la OTAN el agua tibia? ¿Qué seguridad pueden tener de que los otros actores del conflicto no usen herramientas similares? ¿Qué rol jugará la Guerra Cognitiva en el desenlace del conflicto?
De seguro que el tiempo irá respondiéndolas.