Haití la codiciada
Jean C Eloísa.
Este pequeño pueblo negro nunca dejará de ser un misterio para las potencias colonialistas e imperialistas.
Contra toda expectativa de resistencia, el pueblo haitiano ha vuelto a sorprender al mundo. Sin necesidad de utilizar las armas de fuego frente a una institución policial transformada en instrumento de represión al servicio del gobierno, la población haitiana ha hecho una feroz oposición a los poderes imperialistas representados en Haití por el CORE GROUP y la BINUH. Estas dos instituciones dirigen a su vez el país a través del gobierno de facto de Ariel Henry.
La agitación actual de la sociedad haitiana es similar a la de las vísperas de la independencia y la creación de Haití, a partir de 1789 y 1791, cuando Haití era todavía una colonia francesa, todos los estratos sociales tenían sus reivindicaciones, los afranchis y los mulatos querían tierras y más derechos, los plantadores blancos querían imponer sus condiciones en la metrópoli, los esclavos que eran el motor de la colonia querían la libertad, lo que ninguna de las otras clases hubiera deseado, la libertad para los esclavos significaba el fin de la explotación arbitraria y el enriquecimiento vergonzoso de los sectores en lucha. Hoy en día esta es la situación exacta en Haití, la metrópoli está representada por los imperialistas occidentales, el gobierno y la clase política sustituyen a los afranchis, los oligarcas sustituyen a los plantadores blancos, y los esclavos que se rebelaron son la masa de gente que languidece en la miseria y que ocupa las calles de Haití para obtener su libertad económica, social y política.
La comunidad internacional no parece haber entendido todavía que este pueblo, compuesto por los hijos de los guerreros que derrotaron al ejército más poderoso de la época, el de la Francia de Napoleón, y abolieron la esclavitud, la nación que cambió drásticamente el mundo, siempre preferirá morir de pie que vivir de rodillas.
Las sanciones que se votaron por unanimidad en el Consejo de Seguridad de la ONU contra las bandas armadas de Haití no harán más que aumentar la crisis, porque estas sanciones no afectarán a las bandas armadas, que nunca han tenido visa, cuentas bancarias o acceso a la importación de armas y municiones. Los grupos armados ulitlizan dinero en efectivo, las mayores sumas provienen de políticos y personas del sector empresarial privado y algunos embajadores, ellos son los jefes de las bandas, las bandas operan y ocupan los territorios bajo sus órdenes.
El pueblo haitiano sigue comprometido con sus nobles y justas reivindicaciones, que son:
● La dimisión de Ariel Henry y de los miembros de su gobierno de facto.
● La creación de un consejo de gobierno de transición cuya única misión será la organización de elecciones generales en todo el país.
● El retorno de los productos petrolíferos a su precio original.
● Los bancos deben detener el mercado negro con el dólar.
● Las oficinas de transferencia deben entregar el dinero a los beneficiarios en dólares.
● El fin de la tasa estatal de 1,50 dólares sobre todas las transferencias de dinero hacia o desde Haití.
● Permitir que el ejército y la policía pacifiquen el país.
Es un privilegio ser haitiano, descendiente de reyes y reinas, de los primeros ingenieros, de los primeros matemáticos, de los primeros médicos, de los primeros científicos, nacido en América en la isla más rica del Caribe, y ser el primer pueblo negro independiente del mundo moderno, que ha cambiado el curso de la humanidad.
Es comprensible que esta tierra y sus gentes sean objeto de codicia para muchos.
También es necesario entender que los tiempos han cambiado, y que el mundo de hoy no es el mismo que el de ayer. Es imprescindible que los países imperialistas dejen de comportarse como dueños del mundo, el mundo de hoy es multipolar, si para algunos quererse es una opción, al menos hay que saber que respetarse es un deber sagrado.
*JEAN.C ELOIUS, ACTIVISTA COMPROMETIDO mundohaiti@gmail.com
+509 3277-6533*