¿A quién pertenece la arena de los ríos?

Altagracia Paulino

Cuando el Principito, personaje de la novela de Antoine de Saint-Exupéry, visitó el cuarto planeta en su viaje por el universo, se encontró con un hombre de negocios cuyo oficio era contar las estrellas. Al preguntarle a quiénes pertenecen las estrellas, este respondió que no son de nadie. “Por eso yo las encuentro y las poseo, las patento y son mías. Cuando encuentras algo que no pertenece a nadie, lo reclamas y es tuyo. Eso es lo que hago con las estrellas”.

El Principito, intrigado, le pregunta al empresario: «¿Qué haces con todas las estrellas?» y este le responde: «Para ser rico. Las cuento, las administro, pero soy un hombre serio». El empresario le dijo al Principito que seguía contando estrellas para comprar otras, si alguien las encontraba, y así ser más rico.

Cuando observo las extracciones de arena y agregados de los ríos, y ahora de las playas, no puedo evitar ver la similitud con el empresario de la novela. Como la arena no pertenece a nadie, alguien debe apropiarse de ella en cada río, en cada playa y en cada duna de Bani.

Todas las torres del Polígono Central, todas las construcciones del país se han sustentado en la extracción de arena de manera gratuita e ilegal. Esta es apropiada como lo hace el empresario de la novela, porque la arena no tiene dueño, a pesar de que pertenece a los ríos y los ríos son propiedad de todos.

Lo grave es que la arena es un recurso no renovable. Lo que se extrae de los ríos sencillamente no vuelve, y estos son socavados hasta su muerte.

Las extracciones de materiales de los ríos son ilegales, según las leyes 123-71 y la 64-00 de Medio Ambiente, y las resoluciones 16-2007, 016-2008 y la 0015 y 2017 de Medio Ambiente. Sin embargo, es como si estas no existieran.

En algún momento, el fallecido ministroOrlando Jorge Mera se refirió a que existe una peligrosa mafia en torno a esta práctica criminal. Al observar la categoría de los camiones que transportan arena, se llega a la conclusión de que no cualquier dominicano posee los recursos suficientes para adquirir un vehículo de esa categoría.

La degradación de las cuencas forma parte de las causas del desbordamiento de los ríos, lo que provoca grandes inundaciones y el riesgo de muertes durante las épocas de lluvia.

Ahora se ha denunciado que se extrae arena de las playas. Esta práctica representa un riesgo para las edificaciones, ya que la arena de mar contiene sales que no son sostenibles porque corroen el hierro de las varillas.

En Italia, donde se usaba arena de mar en la construcción, determinaron que, tras los terremotos del 2016, los edificios que colapsaron habían sido construidos con arena de mar, mientras que los edificios con cientos de años no sufrieron daños.

Las estructuras construidas con arena de mar no son seguras. Debe regularse el manejo de la arena y, como las leyes no funcionan, se debe cobrar su precio de mercado, ya que es un bien económico. El precio actual de la tonelada métrica es de poco más de diez dólares en Estados Unidos.

Los sedimentos de las presas son una buena fuente de arena. El Estado debe ponerles precio y venderlos para hacer sostenible el mantenimiento de estas.

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