Los partidos nacen, se desarrollan y desaparecen: Horacio diseñó un traje que le sirvió a Trujillo
Joaquín Alberto Ramírez
El intelectual Enrique Henríquez dijo en 1927 que el presidente Horacio Vásquez juró la constitución de 1908. Es decir, que cuando tomó posesión del cargo no fue sobre el texto constitucional de 1924, y a esta interpretación interesada se le llamó «la prolongación» porque significaba que el mandato del jefe de Estado no concluía en 1928, sino en 1930, y el 17 de junio de 1927 se aprobó una reforma a la Carta Magna que extendió el período al presidente Vásquez, está acción provocó un pronunciamiento de Américo Lugo, que decía que el pueblo dominicano estaba:
Compuesto de ciudadanos que no saben leer ni escribir y que están agobiados por la usura y los impuestos; una nación sin escuelas técnicas, ni industria, ni talleres, ni moneda, ni arte propio ni ajeno, ni laboratorios, ni bibliotecas; un país sin puertos, sin buenas vías de comunicación marítima, sin garantía para la conservación del suelo en manos nativas; una sociedad, en fin, muerta de hambre, comida de miseria, roída por las enfermedades.
Nadie sabe para quién trabaja
Dos años y cuatro meses posteriores, Horacio tuvo que salir hacia Estados Unidos. Estuvo afectado de una nefrolitiasis; debió atenderse en el Hospital John Hopkins de Baltimore; todavía el 10 de diciembre de 1929 el presidente no llegaba de su internamiento, y en esa fecha el general Rafael Leonidas Trujillo, jefe del Cuarto Militar del Presidente, cruzó para Haití a reunirse con el coronel de la infantería de Estados Unidos, Cutts.
A tres semanas y cinco días después de esas conversaciones llegó Vásquez. Según los cronistas retornó al país «en estado casi de invalidez», y ya no se veía en su persona un potencial candidato presidencial, sino en su vicepresidente y presidente del partido, su médico José Dolores Alfonseca, quien entró en una rivalidad con el general Rafael Trujillo.
A este enfrentamiento, el presidente le buscó una solución. Los citó a ambos el 8 de enero de 1930; en la reunión el general Trujillo le juró lealtad al mandatario, mientras el vicepresidente Alfonseca se resignó a no continuar con la pugna, y el jefe del ejército, que era Trujillo, había programado el golpe de Estado para un mes y una semana después.
Trujillo derrocó a Horacio
El 22 de febrero fue la primera manifestación. Centenares de jóvenes rodearon la santiaguera Fortaleza San Luis, y a los dos días Vásquez, con su esposa, buscaron refugio en la legación estadunidense.
Horacio trató de dejar a alguien de confianza en la Presidencia de la República. Ante la llegada del «Movimiento Cívico» el día 26 se negociaba quien sería el secretario de Estado de Interior y Policía porque constitucionalmente era la persona que estaba en la línea de sucesión después del presidente y del vicepresidente (que fueron obligados a renunciar); Vásquez procuraba que ese ministerio lo asumiera su asistente y embajador en Estados Unidos (en aquel entonces se le decía ministro) Ángel Morales, pero con la mediación del embajador estadunidense Edward Curtis se impuso el criterio de Trujillo: designar a Rafael Estrella Ureña, quien de esa manera quedó como jefe del Estado dominicano.