El peligro de la palabra “fraude”
Eduardo Cornejo De Acosta
Venezuela resulta clave en la configuración del nuevo orden mundial. No solo por su innegable potencial energético y de recursos naturales, sino porque desde la llegada de Hugo Chávez al poder, ha tenido una posición clara contra el hegemonismo y un accionar favorable en pro del Sur global.
Fue este mes de marzo que México vivió unas elecciones trascendentales. Cuando decimos trascendentales no es por apelar el lugar común al que suelen acudir muchos opinadores y analistas, es porque, cómo en todas las elecciones en que se ven involucrados gobiernos progresistas, alternativos, contra derechas entreguistas, pro hegemónicas, son de verdad trascendentales. En México lo fueron porque un triunfo de los restauradores hubiera significado un retroceso en los avances sociales, económicos y políticos que se lograron durante el gobierno de Manuel López Obrador. Hubiera significado también, siendo el país azteca un actor importante en el hemisferio, un peligroso desbalance a favor de las fuerzas derechistas, de las fuerzas genuflexas a Washington.
Las fuerzas que desprecian a los pueblos latinoamericanos, en especial a los pueblos originarios, hubieran tenido un importante envión anímico.
Afortunadamente no fue así. Cómo estaba previsto, la candidata de Morena obtuvo un amplio margen de ventaja. Pero como era de suponer, también, sectores de la derecha mexicana, con sus cómplices mediáticos y algunos personajillos de la derecha latinoamericana gritaron fraude.