Adiós 1991-2022 ¿cambio de época ?
Pepe Escobar.
Imagen: OTL
2022 puso fin a una era: el orden internacional basado en reglas. El Imperio entró en desesperación para salvar la configuración que crearon allá por 1991 (guerra de poder en Ucrania, AUKUS, histeria por Taiwán).
2023 comienza con la OTAN colectiva en modo Absolutely Freak Out ( absolutamente enloquecidos) . Lo que provoco la angustia fue el anuncio del ministro de Defensa ruso, Shoigu, quien confirmó que la fragata rusa “Almirante Gorshkov”, estaba navegando con un conjunto de tarjetas de visita hipersónicas del Sr. Zircon.
Esta «gira de negocios» abarcará el Atlántico y el Océano Índico, y por supuesto incluirá el Mediterráneo, el antiguo Mare Nostrum del Imperio Romano. Ahora, hay que dejar claro que el viaje del Sr. Zircon no tiene que ver directamente con la guerra en Ucrania: es más bien una señal de lo que puede suceder cuando se trata de freír peces mucho más grandes que los psicópatas de Kiev.
El final de 2022 terminó con la fritura del “Gran Pescado de la Negociación con Occidente por Ucrania». Ahora está servido en un plato caliente y se ha digerido por completo. Moscú ha dejado dolorosamente en claro que no hay motivo alguno para confiar en una superpotencia en declive «incapaz de llegar a acuerdos».
En estos días, hasta los taxistas en Dacca están apostando para cuándo comenzará la tan cacareada “ofensiva de invierno”. El camino que tiene por delante el general Armagedón es preciso: desmilitarización y deselectrificación con esteroides, una acción que debe rematar con la trituración de las fuerzas militares ucranianas, al menor costo posible para las Fuerzas Armadas Rusas en Donbass.
Otro gran pescado frito, servido en un plato caliente a fines de 2022, fue el Acuerdo de Minsk de 2014. La cocinera fue nada menos que la ex canciller Merkel que sorprendentemente dijo a la prensa: «Minsk fue un intento de ganar tiempo para Ucrania» . Su declaración es muy importante porque pone en evidencia la estrategia del combo straussiano/neoconservador que está a cargo de la política exterior estadounidense. Como sabemos, la estrategia estadounidense desde el principio tuvo un solo objetivo: desatar una Guerra Permanente contra Rusia.
Merkel puede estar tramando algo. Es muy raro que ella le diga a los rusos que mintió descaradamente, tal como lo hace el “criptosoprano” Mike Pompeo. Esto no es vergonzoso para la diplomacia de Moscú, sino para Berlín, es otra demostración gráfica más del vasallaje alemán al Imperio.
La respuesta de la encarnación contemporánea de Mercury, María Zakharova del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, fue igualmente intrigante: la confesión de Merkel podría usarse como una evidencia judicial, ya que un tribunal podría juzgar a los políticos occidentales por ser responsables de provocar una guerra entre Rusia y Ucrania.
Obviamente, nadie dirá nada en público, pero este intrigante asunto podría ser parte de un acuerdo secreto entre Rusia y Alemania, que llevaría a Alemania a restaurar al menos parte de su soberanía.
Hora de freír el pescado de la OTAN
Mientras tanto, el vicepresidente del Consejo de Seguridad Ruso, Dimitri Medvedev, , amplió la saga Fried Negotiation Fish: “No puede haber negocios con el mundo anglosajón [porque] actúa como un ladrón, un estafador, un tahúr que puede hacer cualquier cosa… De ahora en adelante vamos a prescindir de ellos hasta que una nueva generación de políticos sensatos llegue al poder… No hay nadie en Occidente con quien podamos tratar sobre cualquier cosa”.
Medvedev, recitó más o menos el mismo guión, que manifestó personalmente a Xi Jinping en Beijing unos pocos días antes la videoconferencia entre el Presidente Chino y el Ruso La videoconferencia entre Xi y Putin funcionó como una especie de cierre informal de 2022, con la Asociación estratégica de Rusia y China perfectamente sincronizada.
En el frente de guerra, el nuevo ritmo del General Armagedón está destinado a conducir en los próximos meses a un cambio en el escenario bélico que traerá posiblemente una división de Ucrania entre el territorio de oeste y el del este ( espacio histórico de Novorossiya).
Incluso el FMI se ha mostrado reacio a dar fondos adicionales al agujero negro ucraniano. El presupuesto de Kiev para 2023 tiene un déficit, muy poco realista, de 36.000 millones de dólares. La mitad de estos dineros están destinado al ejército.
Tymofiy Mylovanov, profesor de la Escuela de Economía de Kiev, decidió emitir un gruñido de insatisfacción: “si hasta el FMI está preocupado por la sostenibilidad de la deuda ucraniana, imagínense lo que están pensando los inversionistas privados”. Dicho de otra manera, no habrá «inversión» en Ucrania. Los buitres multinacionales se apoderarán de su tierra a cambio de nada y de los insignificantes activos productivos que puedan quedar.
Podría decirse que el pescado más grande que se freirá en 2023 es el mito de la OTAN. Todos los analistas militares serios, incluidos algunos estadounidenses, saben que el ejército ruso y su complejo industrial militar es un sistema superior al que existía al final de la URSS, y que en la actualidad es muy superior al de los Estados Unidos y al resto de la OTAN.
El golpe final “en modo Mackinder” es una posible alianza entre Alemania, Rusia y China, que es lo que realmente está detrás de la guerra de poder provocada por Washington en Ucrania, esta hipótesis es una posibilidad ya que la realidad en el terreno militar esta desmintiendo los delirantes sueños húmedos de los neoconservadores straussianos.
Saddam Hussein, antiguo vasallo imperial, fue asesinado – e Irak invadido- porque quería pasarse por alto el petrodólar. Pero, ahora tenemos un vuelco financiero casi inevitable: la aparición del petroyuan «en tres a cinco años”, según lo anunciado por Xi Jinping en Riyadh. Entonces, pareciera que el futuro cercano está escrito: Occidente no podrá evitar un ataque de “Shock’n Awe” (conmoción y asombro). De ahi su actual angustia «existencial».
Para complicar más el futuro del hegemón, en 2008, Rusia inició una reconstrucción completa de sus fuerzas de misiles y un plan para modernizar totalmente sus fuerzas armadas terrestres. El Sr. Zircon enviando su tarjeta hipersónica en el Mare Nostrum es sólo una pequeña parte de este panorama general.
El mito del poder estadounidense
La CIA abandonó Afganistán en una retirada humillante, incluso llegó a renunciar a la venta de heroína para trasladarse a Ucrania y seguir reproduciendo sus viejos discos rotos. La CIA, junto con el MI6 y otros, está detrás del sabotaje en curso de la infraestructura rusa. Tarde o temprano habrá una respuesta.
Los agentes de la CIA, deberían saber que la ciudad de Nueva York, por ejemplo, puede ser destruida con un solo movimiento: volando el puente George Washington. Sin este puente la ciudad no podría abastecerse de alimentos y de la mayoría de sus necesidades. La red eléctrica de Nueva York puede destruirse si se derriban los controles centrales, y volver hacer funcionar el sistema podría llevar un año.
Si atravesamos las infinitas capas de niebla de la guerra, convendremos que la situación actual en Ucrania sigue siendo una escaramuza. La verdadera guerra ni siquiera ha comenzado todavía. Pero, podría, pronto.
Aparte de Ucrania y Polonia, no hay ninguna fuerza de la OTAN que valga la pena mencionar. Alemania tiene un suministro irrisorio de municiones. Turquía no enviará un solo soldado para luchar contra los rusos.
De las 80.000 tropas estadounidenses estacionadas en Europa, solo el 10% están armadas. Recientemente se agregaron 20 mil más, no es gran cosa. Si los estadounidenses activaran sus tropas en Europa -algo bastante ridículo en sí mismo- no tendrían ningún lugar para desembarcar suministros o refuerzos. Todos los aeropuertos y puertos marítimos serían destruidos por misiles hipersónicos rusos en cuestión de minutos, tanto en Europa continental como en el Reino Unido.
Además, todos los centros de combustible como Rotterdam para petróleo y gas serían destruidos, tambien serían destruidas todas las instalaciones militares, incluidas las principales bases estadounidenses en Europa: Grafenwoehr, Hohenfels, Ramstein, Baumholder, Vilseck, Spangdahlem y Wiesbaden en Alemania; la base Aérea de Aviano en Italia; la base aérea de Lajes en las islas Azores de Portugal; la Estación Naval de Rota en España; la base aérea de Incirlik en Turquía; y las estaciones de la Royal Air Force de Lakenheath y Mildenhall, en el Reino Unido.
Todos los aviones de combate y bombarderos serían destruidos, después de que aterricen o mientras aterrizan: no habría lugar para aterrizar excepto en las autopistas, donde serían presa fácil.
Los misiles Patriot no valen nada. Lo pudieron comprobar los militares del Sur Global cuando en Arabia Saudita estas armas intentaron derribar los misiles Houthi provenientes de Yemen. Y …la Cúpula de Hierro de Israel ni siquiera puede derribar todos los misiles primitivos que vienen de Gaza.
El poder militar estadounidense es un mito supremo, es parte de la variedad de pescado para freír. Esencialmente, se esconden detrás de otras fuerzas militares, como las de Ucrania. Las fuerzas estadounidenses son útiles para “tiros al pato” como en Irak en 1991 y 2003, donde actuaron contra un oponente discapacitado en un desierto sin cobertura aérea. En esta pequeña historia del hegemón no hay que olvidar que la OTAN fue completamente humillada por los talibanes en Afganistán .
El último punto de ruptura
2022 puso fin a una era: el “orden internacional basado en reglas” establecido tras la caída de la URSS
El Imperio entró en Desperation Row, tirando todo el pescado al asador (guerra de poder en Ucrania, AUKUS, histeria de Taiwán) para salvar la configuración que crearon allá por 1991.
En la practica el retroceso de la globalización está siendo implementado por el propio Imperio. Eso va desde robarle el mercado energético de la UE a Rusia (obligando a sus desventurados vasallos a comprar energía ultra cara de EEUU) hasta destrozar toda la cadena de suministro de semiconductores para “aislar” a China.
La guerra de la OTAN contra Rusia en Ucrania es solo un engranaje en la rueda del Nuevo Gran Juego. Para el Sur Global, lo que realmente importa es cómo Eurasia, y más allá, están coordinando su proceso de integración. El nuevo orden en proceso de crecimiento se ha dado instrumentos para lograrlo, existen ya el BRI, los BRICS+, la SCO, la INSTC, la OPEP+ y sobretodo la Gran Asociación Estratégica Euroasiática (Greater Eurasia Partnership).
Estamos volviendo a cómo era el mundo en 1914, o antes de 1939, sólo que en un sentido diferente. Hoy hay una plétora de naciones que luchan por expandir su influencia, pero todas ellas apuestan por la multipolaridad, o la “modernización pacífica”, un termino acuñado por Xi Jinping. El mundo no quiere «guerras eternas»: las naciones buscan un futuro soberano y pacifico, que es el objetivo fundamental para las países «emergentes» como China, Rusia, India, Irán, Indonesia y muchas otras naciones.
Así que adiós 1991-2022. El trabajo duro comienza ahora. Bienvenido al Nuevo Gran Juego.
*Pepe Escobar es columnista de The Cradle, redactor jefe de Asia Times y analista geopolítico independiente centrado en Eurasia. Desde mediados de la década de 1980 ha vivido y trabajado como corresponsal extranjero en Londres, París, Milán, Los Ángeles, Singapur y Bangkok. Es autor de Globalistan: How the Globalized World is Dissolving into Liquid War (Nimble Books, 2007), Red Zone Blues: a snapshot of Baghdad during the surge, Obama does Globalistan (Nimble Books, 2009), 2030 (Nimble Books, 2020). Su ultimo libro es Raging Twenties (Nimble, 2021)
Fuente original: The Saker
Fuente tomada y traducida: Observatorio de la Crisis