Alemania retoma combustibles contaminantes por crisis energética provocada por sanciones coercitivas
REDCOM. La ex «locomotora de Europa» está quemando carbón al ritmo más acelerado de los últimos 6 años para producir electricidad debido al alto precio del gas natural, la inflación que acarrean las sanciones coercitivas contra Rusia y al aumento de la demanda de Francia, donde la generación de electricidad se vio perjudicada por las interrupciones de sus reactores nucleares.
Aunque Alemania se propuso dejar de usar carbón para 2038 gradualmente, la actual crisis energética la obligó a retomar su uso: la Oficina Federal de Estadística (Destatis) ha informado que un tercio de su energía procede de este combustible fósil y en el tercer trimestre de 2022, la electricidad que generó aumentó un 13,3% con respecto al mismo período del año anterior.
Más de un tercio, es decir el 36,3% de la electricidad generada en Alemania y alimentada a la red en el tercer trimestre de 2022 provino de centrales eléctricas de carbón (tercer trimestre de 2021: 31,9%). Según los resultados preliminares de Destatis, la inyección de electricidad a carbón aumentó un 13,3% en comparación con el tercer trimestre de 2021.
A pesar de los altos precios del gas, la generación de electricidad a partir de gas natural también aumentó: fue un 4,5% más alta que en el mismo trimestre del año anterior y representó el 9,2% de la electricidad vertida a la red (3T 2021: 8,8%).
Por primera vez desde el segundo trimestre de 2021 se ha generado más electricidad a partir de gas natural que en el mismo periodo del año anterior. Un total de 118.100 millones de kilovatios hora de electricidad se inyectaron en la red de Alemania en el tercer trimestre de 2022. Eso fue un 0,5% menos que en el tercer trimestre de 2021.
En este sentido, Alemania está profundizando a pasos agigantados su dependencia del carbón -emitiendo gases contaminantes- mientras lucha contra una crisis energética sin precedentes, incluso a expensas de sus ambiciosos objetivos climáticos. El intento por cortar su dependencia con los productos energéticos rusos y aceptar las imposiciones de los EEUU al país germano, tiene su precio.
Las consecuencias de la imposición de sanciones coercitivas contra Moscú por la Unión Europea y la decisión alemana de dejar de depender de los suministros energéticos rusos, ha dejado a Uniper abocada a la quiebra. Lo que ha llevado a Alemania a anunciar la nacionalización de la empresa por temores a las consecuencias de su caída para la ex «locomotora europea». Los accionistas respaldaron el lunes 19 el acuerdo «por amplia mayoría» en una votación celebrada en una junta general extraordinaria, informó Uniper en un comunicado.
La votación se consideró una formalidad después de que el accionista mayoritario -la empresa energética estatal finlandesa Fortum-, aceptara la medida en septiembre. Antes de la votación del lunes, el consejero delegado de la empresa, Klaus-Dieter Maubach, declaró que «con la estabilización de la empresa, el gobierno federal reconoce el papel central que Uniper desempeña para la seguridad del suministro en Alemania y Europa».
Ese lunes el gobierno alemán y Uniper habían concluido un acuerdo marco sobre el paquete de rescate. Berlín había acordado inicialmente una inyección de efectivo de 8.500 millones de euros (unos 9.000 millones de dólares) para Uniper, pero la empresa, muy endeudada, dijo el mes pasado que el gobierno necesitaría gastar 25.000 millones de euros adicionales.
En este contexto de salvataje gubernamental a Uniper, la empresa se frota las manos y ya planea extender operaciones para algunas plantas en Alemania. Dichas extensiones en sus operaciones serán sostenidas con la adopción del viejo sistema de utilización de combustibles contaminantes para la producción energética «no verde».
Con información de: Bloomberg/Destatis/