Amenaza como moneda de cambio: ¿qué efectos tendrían los aranceles de Trump en la economía global?

Angélica Ferrer
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha amenazado a otros países como una manera de obtener beneficios para su nación, pero esto le puede costar muy caro a Washington y al mundo entero, dicen analistas en entrevista con Sputnik.

«Hay que mirar sus amagos como una moneda de cambio con la que, en algún sentido, los aranceles se anuncian con el propósito de que se reinstalen las fábricas dentro de Estados Unidos», afirma en entrevista para Sputnik el doctor en economía por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), César Salazar.

El experto también hace énfasis en la precarización de los salarios y los puestos de trabajo que actualmente prevalecen en Estados Unidos. Por ello, dice, la solución que sugiere el nuevo jefe de Estado de EEUU podría tener un efecto búmeran debido a la interconexión económica de todo el mundo.

«Si los [gravámenes] se colocan, en el corto plazo nos enfrentaríamos a una recesión. En un largo periodo, si eso prevaleciera, habría dos escenarios: se recomponen las estructuras de comercio internacional o se reconfigura la red de producción mundial», agrega Salazar.

En este sentido, el doctor en Estudios Económicos e investigador en la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT), Jenner Torrez Vázquez, señala en una charla para Sputnik que las amenazas arancelarias juegan un papel político y económico, lo que las hace más complejas para las naciones que se pudieran ver afectadas.
«Lo que busca Trump es reducir el déficit comercial que tiene EEUU con otras naciones, es decir, su dependencia a [otros Estados] en lo que considera que son industrias estratégicas, como el acero o la tecnología. Él emplea [el gravamen] como una herramienta de política comercial para avanzar en sus intereses», menciona.
Desde que Trump arrancó su mandato, ha insistido en que impondrá aranceles a los productos hechos en países como México, Canadá, China o Rusia por distintos temas.
Ante eso, la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, y el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, han comentado que, en caso dado, aplicarían «medidas espejo» a EEUU, es decir, gravámenes del mismo tipo y porcentaje.
Frente ese panorama, la directora general de la Organización Mundial de Comercio (OMC), Ngozi Okonjo-Iweala, señaló en el Foro Económico Mundial de Davos que, tanto los gravámenes del presidente de EEUU como las respuestas de los países, llevarían al mundo a una guerra comercial, con secuelas para la economía mundial.
«Si tenemos represalias de ojo por ojo, ya sea un arancel de 25% o de 60% y volvemos a donde estábamos en los años 30, vamos a ver pérdidas del PIB mundial de dos dígitos.Es catastrófico. Todo el mundo lo pagará», mencionó.

El contexto arancelario

Desde hace meses, el político republicano ha amenazado con imponer gravámenes a varias naciones. Las primeras que recibieron esos amagos fueron México y Canadá, los principales socios de EEUU gracias al acuerdo comercial T-MEC.
De acuerdo con Trump, los aranceles serían de 25% a los productos de estos países, esto hasta que realicen acciones para frenar la migración irregular y el trasiego de fentaniloen la región. Hasta el momento, el mandatario estadounidense no ha precisado cuáles serían los bienes impactados con la medida.

Pero, al menos para el país latinoamericano, este tipo de señalamientos no son nuevos. También los vieron en el primer período de Trump al frente de la Casa Blanca (2017-2021)

Por ejemplo, en junio de 2018, impuso aranceles del 25% al acero y del 10% al aluminio de la Unión Europea, Canadá y México, supuestamente por motivos de seguridad nacional. Los Estados afectados respondieron con medidas similares. Finalmente, los gravámenes fueron retirados en mayo de 2019.
En las mismas fechas, el republicano buscó establecer aranceles de entre 5% y 25% a todos los bienes importados desde México, esto por la oleada de personas migrantes que ingresaban de manera irregular a suelo estadounidense. La medida fue rechazada por la Administración del exjefe del Estado mexicano, Andrés Manuel López Obrador, (2018-2024) y nunca fue aplicada tras acordarse medidas para la gestión migratoria.
Las otras naciones que han sido objeto de señalamientos y advertencias de posibles gravámenes son China y Rusia. En el caso de Pekín, Trump ha indicado que esto sería de 10% contra sus productos, debido al comercio ilegal de fentanilo.
Eso no es todo. En sus amenazas también incluye a la Unión Europea. El 22 de enero de 2025, destacó que, debido al déficit comercial que EEUU tiene con el bloque, que asciende a 350.000 millones de dólares, podría imponer gravámenes en su contra.
«La UE es muy mala para nosotros. Nos tratan muy mal. No aceptan nuestros autos ni nuestros productos agrícolas. De hecho, no se llevan gran cosa (…). Así que son buenos para los aranceles», puntualizó.

¿El mundo en crisis?

Sumada a una posible recesión o una reconfiguración de las estructuras comerciales mundiales, hay otras secuelas que podrían dejar merma en distintos niveles, más allá de la volatilidad que los mercados de divisas y bursátiles podrían mostrar, coinciden los especialistas en temas económicos.
«Por la relación que tiene EEUU con México y Canadá a través del T-MEC, los efectos serán mayores. En el caso [de la nación latinoamericana], el impacto es en las exportaciones, sobre todo de la industria automotriz y de la agroindustria, lo que generaría incrementos en los costos de las cadenas de suministro. Esto puede terminar en una desaceleración del crecimiento económico«, destaca Torrez Vázquez, quien también es investigador en la UJAT.
Para Ottawa, las consecuencias se verían en el acero y aluminio, así como en su sector automotor.

Por el lado de Pekín, destaca que puede impactar en el ámbito laboral nacional y menores inversiones, lo que golpearía su crecimiento económico.

«Pero, en su situación, China podría acelerar sus estrategias de diversificación y acercarse a nuevos mercados en Europa o América Latina», rescata el doctor en Estudios Económicos.

Soluciones en un mar de problemas

Aunque es sombrío el panorama económico frente a una posible imposición arancelaria de EEUU hacia varias naciones, tanto Torrez Vázquez como Salazar ven algunas soluciones para prevenir o mejorar los problemas que podrían suscitarse a partir del 1 de febrero, fecha que puso Trump como límite para poner los gravámenes en marcha.
Salazar, quien también es integrante del Instituto de Investigaciones Económicas (IIE) de la UNAM, hace énfasis en los buenos oficios de la diplomacia, especialmente en el caso de México.
«Lo mejor que pueden hacer las naciones es buscar la manera de acercarse a Trump, especialmente a través del diálogo con su equipo, para evitar estos aranceles», reflexiona.
Esto va en línea con la postura mostrada por Sheinbaum, quien ha subrayado que su Administración está entablando comunicación directa con las autoridades estadounidenses.

Torrez Vázquez se decanta por el fortalecimiento de los mercados domésticos y evitar la dependencia de fuentes externas, con estrategias como el Plan México, recientemente presentado por el Gobierno mexicano.
Si los gravámenes se ponen en marcha, «esto llevará al surgimiento de nuevos tratados multilaterales y bilaterales, que buscarán competir contra EEUU y mantener la lógica del comercio internacional. Además, en ese escenario, se debería pensar en fortalecer a la OMC para que tenga una participación más relevante en los pactos comerciales», finaliza.

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