Barrer la casa

Chiqui Vicioso

Los cambios de gobierno le ofrecen al presidente la posibilidad de revisar la actuación de sus ministros y jefes de instituciones para reafirmarlos en sus puestos, o barrer la casa.

He aquí algunas sugerencias para saber si quien ostenta el puesto de ministro o director de un organismo, merece estar en esa posición:

1.-Enriquecimiento ilícito, es la más evidente de las razones para la destitución. Un ejemplo? repartirse las áreas protegidas, que solo en el área de Bonao abarcan cientos de miles de tareas. Todos sabemos quienes son y donde están, el gobierno solo tiene que actuar.

2.-La moral personal. Usted no puede emplear a familiares o amantes como gerentes de su institución, o responsables de distintas funciones, sobre todo en organismos que tienen que ver con la alimentación de la infancia, que no es solo física sino también moral.

3.-Mal uso de las influencias. Una persona que es proveedor estrella del Estado en renglones millonarios, no puede tomar partido en procesos judiciales utilizando sus influencias en la Suprema Corte, por ejemplo, por más tajadas que le otorgue el incumbente acusado, que le contrata.

4.-Colocación de empleados en proyectos de Naciones Unidas (con altísimos salarios), con casos judiciales por violencia doméstica, manipulación psicológica contra sus hijos, difamación e injuria. En ese sentido bien haría el PNUD en implementar una política de no contratación de personas que estén involucradas en procesos judiciales.

5.-Cancelación de funcionarios y funcionarias que se prestan a la difamación sin pruebas y reniegan de presentarlas cuando se requiere que demuestren las razones por las cuales actúan, con premeditación y alevosía, contra cualquier empleado. Eso se llama, falta al debido proceso, en el argot legal, y se presta para demandas a las instituciones del Estado, o denuncias internacionales, que al gobierno no le convienen.

6.-Cancelación ipso facto de empleados que no dudan en afectar la escolaridad, salud mental, y equilibrio emocional de la infancia, en sus colegios, más les valdría colocarse el ladrillo proverbial de la Biblia y tirarse al mar.

7.-Actuar como presidente con hombría, es decir, con justicia, rigurosidad y enérgicamente cuando le lleven “pruebas” en contra de algún empleado, exigiendo que a la persona sindicada se le otorgue el derecho a réplica. Para eso también se ejerce el poder de veto presidencial.

8.-Contratar investigadores particulares que documenten la verdad de los hechos. ¿Qué un embajador se robó US$256,000.00 de una Embajada, depositándolos en su cuenta, con complicidad de sus hoy premiadas subalternas? ¿Qué pasó con los fondos? ¿Qué otro vendió un vehículo de una Embajada y se embolsilló US$400,000.00?, ¿Qué su esposa montó un negocio de joyas, prohibido por el país-sede?

Identificar y barrer los cómplices.

Entonces creeremos.

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