Breve radiografía de la Reserva Federal
Por Miguel Andújar.
Tal como se esperaba, la Reserva Federal aumentó su Tasa de Política Monetaria en 0.75 puntos básicos, aún reconociendo que el crecimiento en los Estados Unidos se está desacelerando, lo que lleva un mensaje muy claro en el sentido de que ahora mismo lo prioritario es combatir la inflación.
El gran reto para la Reserva Federal será ahora lograr un equilibrio entre retirar dinero del sistema financiero sin desestabilizar los mercados, pues de lo contrario, si el Banco Central de los EE. UU. elimina la liquidez demasiado rápido, la misma provocaría un espanto en los mercados financieros, provocando bruscos movimientos en los mercados de bonos y acciones, y por consiguiente tal como previamente ha dicho el Banco Mundial, replicaría en los países emergentes transformando problemas de liquidez en problemas de solvencia.
Algo similar ya sucedió en el año 2013, cuando el entonces presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, con el solo hecho de mencionar la posibilidad de ralentizar las compras de activos en el futuro provocó que los precios de los bonos bajaran en el proceso, pues la realidad es que el QT nunca se ha llevado a cabo hasta su finalización.
Estamos muy convencidos que el QT probablemente finalice a principios del 2023, y no precisamente debido a una recesión, más bien se detendrá porque la FED no puede reducir su balance por debajo de los 8 mil mm de dólares (8.9 mil millones de dólares en el momento), sin introducir problemas al sistema.
Al observar el estado de cuenta de los activos de la FED, nos damos cuenta de que gran parte se concentran en bonos del tesoro y títulos con garantías hipotecarias (Mortgage-Backed Securities, MBS), pero que cuando vemos los pasivos encontramos que el estado de cuenta no se puede reducir tanto, pues la estructura del sistema financiero ha cambiado desde la Gran Crisis Financiera (GFC) del 20008, con menos tolerancia por el riesgo, gracias a la pieza legislativa Dodd-Frank Act,
Otra forma de ver el estado de cuenta de la Reserva Federal de los Estados Unidos es vía los pasivos, entre los que están las monedas físicas en circulación, saldos de “inverse repos” y las reservas mantenidas por los bancos comerciales. Entre estos tres tipos de pasivos, gracias a los cambios normativos introducidos luego de la GCF, el estado de cuenta ha aumentado de manera permanente por encima de los 7.6 billones de dólares, incluyendo las reservas bancarias que indican un mínimo de 2.7 billones en reservas, limitando así la creatividad monetaria de la FED.
La realidad es que la Fed, dada la situación actual, incluyendo las regulaciones que existen, al igual que las consecuencias que implicarían para los mercados, muy difícil continúe con el mismo ritmo de ventas de activos en lo que resta del 2022. Creer lo contrario sería una fantasía