Cadáveres y fosas comunes en la Guerra de Abril de 1965. Una propuesta de reparación histórica de las víctimas
Por Manuel Matos Moquete
Los propósitos de esta ponencia son:1) reclamar a la sociedad dominicana, al Estado dominicano y a las instituciones y personas preocupadas por los derechos humanos que no sigan olvidándose de los muertos de abril, tratándolos como simples bajas de guerra 2) pedir perdón a las víctimas de esa contienda, independiente del bando en que se hayan situado 3) ofrecer reparación a los familiares que desde entonces han cargado solos con ese calvario como cosa privada cuando es también una deuda social y permitirles llorar y enterrar a sus muertos con la dignidad, los honores y los rituales de que son merecedores todos los seres humanos.
Ninguna sociedad puede ser libre y democrática con tantos cadáveres enterrados en fosas comunes y cubiertos por las sombras de la indiferencia y la complicidad de todo el conglomerado.
Queremos que nos entreguen a nuestros muertos de la Guerra de Abril de 1965, siguiendo el ejemplo de países que han tenido conflictos bélicos similares como España, donde después del retorno a la democracia no han cesado de interesarse por los muertos de la Guerra Civil: “Hasta el presente se han exhumado un total de 278 fosas comunes y se han recuperado más de 5.000 esqueletos.”( Boletín Galego de Medicina Legal e Forense nº. 18. Enero 2012).
El problema las fosas comunes es planteado en Colombia por María Victoria Pérez Poveda y Samuel Carrero Gélvez (2008 ) como “la imposibilidad del llanto, del duelo y el miedo a la retaliación”.
Ese drama es compartido por cientos de familias que en la guerra perdieron a sus hijos, padres, hermanos. Aunque han pasado sesenta años es una herida que nunca se cierra.
Es también una gran deuda de la sociedad dominicana con esos mártires y héroes que no pudieron vivir como otros combatientes para conmemorar esa gloriosa gesta. No se ha avanzado más en profundizar la búsqueda hasta dar con las fosas comunes y explorar todas las violaciones a los derechos humanos durante la guerra por parte del gobierno de Reconstrucción.
Hoy esperamos, yo, particularmente, lo espero, que pudiéramos, por los menos, brindar una reparación historica a esos combatientes y a sus familiares, retomando la búsqueda de los desaparecidos, muertos y desamparados de la Guerra de Abril .
Y esa es la propuesta que en este congreso dedicado a la conmemoración del 60 aniversario de esa guerra hoy dirijo a la UASD a través de la Facultad de Humanidades, el Decano Gerardo Roa Ogando, y de manera más directa, a la Escuela de Historia y Antropología de la Facultad.
Se calcula que el número de “los muertos de la Revolución de Abril sobrepasaron los 5,000”. Se habla también de la existencia de fosas comunes. Sin embargo, son informaciones nunca han sido confirmadas(Paulino Ramos, “La guerra de abril de 1965: los muertos que nunca se pudieron contar”, Acento. com , 14/05/2014).
Desde mis 21 años, alojadas en lo profundo de mi ser las imágenes sombrías de la Guerra de Abril de 1965 me han acompañado hasta hoy; compartiendo el espacio y la atmósfera con los vivos permanece una multitud cadáveres humanos cosechados en la guerra.
Cadáveres en los lugares de combates, en los barrios, en toda la ciudad , en las calles , en los parques; cadáveres esparcidos por doquier.
Cadáveres de combatientes segados en pleno combate en la batalla del puente Duarte, en el asalto a la fortaleza Ozama, en la Operación Limpieza en la parte norte de la capital dominicana y durante los días 15 y 16 de junio en Ciudad Nueva.
Piezas humanas de cuerpos desmembrados, figuras cadavéricas de moribundos o de quizás ya muertos en ambulancia rumbo a los hospitales Morgan y Salvador Gautier.
Montones de cadáveres humanos podridos lanzados en camiones de basura y transportados hacia rumbos desconocidos, quizás lanzados en zanjas improvisadas o en fosas comunes previamente abiertas en las afueras de Santo Domingo.
Estuve en la guerra. Los cuatros hermanos Matos Moquete estuvimos en la guerra. Por orden de edad: Rafael (Fallito), Plinio, Domingo (Ciro) y Manuel (José Antonio).En un momento nos dieron por muertos a los cuatro. Dos sobrevivimos, Plinio y yo.
Mis hermanos Ciro y Fellito desaparecieron en la guerra. Fueron apresados por el CEFA en los alrededores de Radio Santo Domingo mientras transportándose en el carro Volkswagen de Fellito apoyaban a los combatientes constitucionales en las trincheras .
Fellito era agrónomo, trabajaba en Sabana Grande de Boyá como jefe de campo del central Haina y distribuía alimentos a los combatientes. Ciro cursaba el tercer año de medicina en la UASD y asistía a los combatientes en las urgencias médicas.
Sus cadáveres nunca aparecieron. El carro “cepillo” fue encontrado en el destacamento del kilómetro 9 de la carretera Duarte. Hay testimonios que afirman que vieron cuando los apresaron en los alrededores de RTVD y se lo llevaron escoltando el vehículo en que se transportaban.
Desde esa desaparición mi madre desplegó todos los esfuerzos buscándolos en hospitales, cárceles y cementerios sin encontrarlos ni tener noticias de sus paraderos.
Murió en 2004 con el dolor de no poder enterrar a sus hijos. Toda la familia Matos Moquete aún vive con ese dolor, esperando encontrar sus cadáveres y poder tener la oportunidad de llorar y enterrar a sus seres queridos en un lugar donde pudieran llevarles flores y llorarlos.
Desde esa impotencia de un testigo cómplice de la suerte de sus hermanos, a los 60 años de contemplar ese mundo de horror me siento acongojado, y en cierta medida, avergonzado de que se hayan abandonado a los muertos de la guerra en matorrales y fosas comunes donde no pueden recibir no digo ya un tributo, una lagrima o un adiós.
Aún estamos buscando los cadáveres de mis dos hermanos, a 60 años de la revolución. Deben de estar en una de esas fosas comunes que se multiplicaron por Villa Mella, que nadie se atreve a delatar y desempolvarlas de los agravios a las víctimas y sus familiares.
Una vez quiso indagarse la suerte de los muertos y desaparecidos en la Guerra de Abril.Hubo una Comisión Interamericana de los DerechosHumanos de la Organización de Estado Americanos que en plena Guerra de Abril recorrió el país atendiendo a las múltiples denuncias, comunicaciones, quejas y solicitudes presentadas a la Comisión por los familiares de las víctimas .
En el informe rendido por esa comisión se afirma que“Desde su llegada a la República Dominicana, la Comisión recibió gran número de denuncias, unas por escrito y otras en forma verbal, sobre hechos atentatorios contra los más elementales derechos de la persona humana consagrados en la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre.
Estas denuncias procedían tanto de los dos Gobiernos establecidos en el territorio dominicano, como de personas particulares, gremios obreros, asociaciones profesionales y empleados afectados en sus derechos.
El número de denuncias correspondientes a casos concretos de personas encarceladas por motivos políticos había pasado de 1,500 al momento de tomar posesión el Presidente Provisional Dr. Héctor García Godoy.”
Terminada la guerra y en los años posteriores hasta hoy, la sociedad dominicana se desentendió del borroso capítulo de la guerra constituido por sus víctimas, sus muertos, sus desaparecidos; por los montones de cadáveres que se recogían en las calles, se lanzaban en los camiones de basura rumbo a fosas comunes o que en los combates se llevaban a los hospitales o que en las operaciones militares eran derribados en los contenes y en los callejones, no solo en Santo domingo sino en todo el país.
De ahí la existencia de fosas comunes abiertas por el CEFA y, en general, por la dinámica misma de la guerra. De ahí también, los centenares de desaparecidos sin lugares de encuentro cierto, que todavía hoy esperan ser encontrados.
No hemos tratado de continuar la búsqueda iniciada por la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos. Los historiadores , en general, no reseñan esos horrores.
Sin embargo, algunos, como Alejandro Paulino Ramos, han dedicado esfuerzos en reseñar las informaciones acerca de los muertos y desaparecidos, así como la ocurrencia de las fosas comunes, como se muestra en una serie de trabajos de ese historiador publicados en Acento .com.
La Comisión descubrió la existencia de fosas comunes en diversos lugares, según un informe de los criminólogos de la OEA reseñado por el historiador: en la zona oriental, en propiedades que antes pertenecieron a Trujillo, como es el caso de la finca conocida como Haras Nacionales, debajo del puente del río Yuca, en los lugares de Mata Redonda, Mal Nombre, y en la hacienda La Estrella. Por igual, en Monte Plata y en la localidad cibaeña de Bonao.(Acento.com, 24/04/2024 )
En este conteo de los muertos de abril quisiera resaltar este trabajo de Alejandro Paulino Ramos “Informe de la OEA sobre crímenes ejecutados por el gobierno de Imbert Barrera durante la guerra de abril de 1965 (y V)”, publicado en Acento .com al conmemorarse el 59 aniversario de la Guerra de Abril .
El historiador se apoya en el periódico Patria que en la guerra fue editado por los constitucionalistas, que a su vez recoge los datos del en el informe de la comisión de la OEA que en 1965 hizo un levantamiento de las fosas comunes en las cuales fueron rescatados e identificados los cadáveres así numerados: 8, 9, 11, 12, 13.,14., 15., 16.,17.
¿CUANTO HUBIERA DESEADO LA FAMILIA MATOS MOQUETE ANTE LA FATALIDAD DEL ASESINATO DE CIRO Y FELLITO POR EL CEFA QUE, POR LO MENOS COMO CONSUELO SUS NOMBRES ESTIVIERAN EN ESOS MONTONES DE CADAVERES DE LAS FOSAS DESCUBIERTAS POR LA OEA?
En el país hay una larga tradición de cadáveres y desaparecidos inencontrables y de fosas comunes o individuales pendientes de descubrir.
“Conté 107 cadáveres” afirma el periodista Oscar López Reyes(2022), refiriéndose a la poblada de abril de 1984:
“En la claridad del día y la tenebrosidad de la noche -bajo el rompiente tableteo de las ametralladoras-, el 23, 24 y 25 de abril de 1984 conté 107 restos mortales, en un estruendoso estallido social en los barrios carenciados de la capital y pueblos del interior, incitados por los escandalosos e impactantes aumentos en los precios de artículos de consumo diario. Yo gloso como un testigo presencial , desde la primera guagua quemada hasta el gesto de ansiedad del herido 500 y el arrestado 6 mil”
Otra noticia más reciente, del 10 marzo de 2025, sobre cadáveres inencontrables es sobre la «desaparición»Henry Segarra.
“Los hermanos de Henry Segarra siguen investigando el secuestro y asesinato del dirigente del Movimiento Popular Dominicano, ocurrido en julio de 1969 , y han avanzado bastante en la determinación del lugar en que se encuentra su cuerpo.
La revelación la hizo Sócrates Segarra, quien, con Freddy e Irma Segarra, acudió el pasado fin de semana a Dajabón a continuar con las investigaciones, pero han encontrado que aún hay personas con miedo, que se resisten a colaborar para encontrar el lugar donde fue sepultado el dirigente de izquierda.
Sócrates dijo que su hermano fue sepultado en una finca en Los Pinos, de Dajabón, y que allí el Ayuntamiento ha construido un mural alusivo a su hermano, con la frase que escribió en la cárcel cuando fue secuestrado y estuvo convencido de que sería asesinado” (Acento. com ,10 marzo, 2025).
Está también el caso de Narciso González (Narcisazo)
“El cráneo de un hombre fue encontrado en una parada de guaguas del municipio Villa Isabela y junto a él una nota que dice que pertenecía al cuerpo del catedrático Narciso González (Narcisazo), quien desapareció en la década d en el año 1994” ( Diario Libre , 3 de marzo de 2011).
“La Corte Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH) sostiene que hasta que no aparezca el cadáver o se sepa el destino de esa persona, ese delito continúa abierto para la Corte” (Diario Libre , 8 de abril de 2014).
“Han pasado 30 años de la desaparición, el 26 de mayo del 1994 del doctor Narciso González Medina, mejor conocido como “Narcisazo” ( Por Saul Pimentel,” Narciso González (Narcisazo): ¿lo asesinaron o se suicidó?” (Al Momento.com ,26 de mayo de 2024).
¿Qué tienen que ver los cadáveres del gobierno de Balaguer de los Doce Años, de Salvador Jorge Blanco y de Balaguer de los Diez Años con los de la revolución de abril de 1965?
Pues, las tres plegarias elevadas por el mencionado periodista a cuatro décadas de los acontecimientos de 1984, Estas son las plegarias de Oscar López Reyes :
“A cuatro décadas de esos sucesos desgraciados y lastimosos, elevamos tres plegarias, para: 1) rogar porque estas aniquilaciones no se repitan, 2) pedir que se diga la verdad: los abatidos fueron 107, y no citar cifras exageradas, como ocurre con frecuencia; 3) señalar que fue un movimiento espontáneo, no dirigido por fuerza política alguna, 4) decir que nos extraña que nadie reclame justicia ante esta mortandad, que enlutó a más de 10 mil familias, y 5) la poblada se empadronó porque al gobierno le faltó comunicación recíproca, se subestimó y obvió el vigor oculto comunitario.”
A mi vez, afirmó yo, hago mías esas plegarias y quisiera que todos los dominicanos las hicieran suyas a seis décadas de la Revolución de 1965: ¡Queremos que nos entreguen nuestros muertos!
(Síntesis de la ponencia leída por Manuel Matos Moquete en la UASD el 22 de abril en el Primer Congreso de Humanidades dedicado al 60 aniversario de la Guerra de Abril)
Anexo: testimonio de Arquiades Mena :Mi padre Joaquin Moreno Hijo oriundo de Monte Plata, fue apresado durante la Operación Limpieza del CEFA y hasta el día de hoy y aunque Camaño nos avisó a tiempo y lo buscamos el segundo día de su apresamiento jamás pudimos dar con su cadáver y cada 24 de abril tengo que llorar y cada 3 de Diciembre también esos dos días no se lo he trabajado a nadie solo pienso en él, esa herida sigue abierta como si fuera ayer 23, abril 2025 cuando pasó.