Convierten Polígono Central en “hacinamiento de lujo”
H. Las violaciones a las normativas que regulan las construcciones en el Polígono Central del Distrito Nacional, especialmente la 94-98, la convierte en una zona de “hacinamiento de lujo”, considera el arquitecto y urbanista Omar Rancier.
Estima que a la velocidad que se construyen grandes torres en un lugar generará una sobre población denominada “hiperdensidad”, en la que no cuentan los espacios públicos ni la calidad de los servicios, como suministro de agua potable, drenaje pluvial y sanitario, áreas verde y seguridad.
Rancier, decano de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNAPHU), deplora que el Ayuntamiento del Distrito Nacional (ADN) autorice la construcción de una torre de 25 niveles con 89 apartamentos y un centro comercial, tras afirmar que viola la normativa 94-98 sustentada en otra que aún no ha sido aprobada por el Concejo de Regidores.
Se refiere al proyecto Parkside, una torre en el polígono central que los vecinos rechazan porque alegan excede la densidad y altura permitida en la zona. Advierten que la construcción de este megaproyecto en una ubicación tan congestionada sería un grave precedente para el ordenamiento de Santo Domingo.
«El proyecto, con 25 pisos propuestos, sobrepasaría por mucho los 14 pisos máximos permitidos en ese tramo de la calle Federico Geraldino esquina David Ben Gurión», exponen.
Mediante un comunicado explica que el POT 2030 contiene la visión de convertir a Santo Domingo en una ciudad ordenada, sostenible, equitativa, equilibrada, con oportunidades y donde todos vivan en bienestar, que viene de tener una ciudad que garantice la calidad de los espacios públicos.
para turistas.
El urbanista Rancier alerta que en la normativa que propone el ADN la densidad de la población se elevaría en alrededor de 2000 habitantes por hectárea, a lo que se sumaría la población que visite el centro comercial.
Indica que el concepto en el cual se están diseñando proyectos en el centro de la ciudad es del tipo de apartamentos temporales para turistas, que genera un movimiento de personas aún mayor.
Explica que este tipo de construcciones están generando cambios y protestas, no solamente en el Distrito Nacional, sino en todo el mundo, debido a la gran movilidad de vehículos y de personas muy difícil de controlar. Cree que el Polígono Central ha sido convertido en una zona de negocio queriendo convertirla en una especie de Miami, en Estados Unidos, sin darse cuenta que no todas las ciudades son iguales, por lo que en Santo Domingo están equivocado.
El territorio es como una esponja, tu echa agua y llega un momento que el agua sale porque no resiste más, que es lo que ocurre en el Polígono Central; es decir, están metiendo tanta gente en una infraestructura tan deficiente que ya comienza colapsar”, expone.
Sin solución sanitaria
Recuerda que apenas el 30 por ciento de la población del Distrito Nacional cuenta con infraestructura sanitaria y pluvial, mientras el 70 por ciento cuenta con pozos sépticos y filtrantes. Pero ese mismo 70 por ciento, se abastece de agua a través de pozos que casi siempre están al lado de los depósitos sanitarios, lo que indica que consumen un líquido contaminado.
Sin seguridad
Un tema que el arquitecto Rancier no entiende es el tipo de apartamento que se levanta en el Polígono Central, el cual no genera una percepción de seguridad, debido a que en los primeros niveles los que se tienen son estacionamientos.
Invita transitar en horas nocturna por las calles de esa zona de la ciudad, para que se observe el miedo que genera, porque solamente se ven aparcamientos de vehículos en los primeros niveles, no personas.
“No hay una normativa que establezca que los edificios tengan que tener una relación de yo te veo y tú me ve en primeras plantas, pero lo que si vemos son parqueos desde principio lo que da una sensación de inseguridad”, lamenta.
Desconcentrar
Considera que el tema de las densidades no puede ser tomado tan a la ligera, por la presión que ejerce el sector inmobiliario, que solo piensan en ganar más sin tomar en cuenta la calidad de vida urbana.
Cree que el rol del ayuntamiento no es responder a esa presión, sino perfilar una ciudad que sea vivible, que sea amable, por tanto asumir una decisión de manera unilateral, es errada”, señala.
“Entiendo que la ciudad tiene que transformarse, porque es viva, pero tiene que hacerse de la mejor manera posible, por lo que tomar en cuenta sólo un parámetro es una metodología incorrecta”, destaca.
Coincide con el también urbanista Cristóbal Valdez, en el sentido de que las autoridades municipales y nacionales deben descentralizar la inversión y el desarrollo hacia sectores de la periferia de la ciudad, no concentrarlo solo en el Polígono Central. Cita entre esos sectores Villa Juana, Villa Francisca, Mejoramiento Social y otros aledaños, que además cuentan con sistemas de alcantarillado sanitario.
Expone que esos sectores cuentan con el terreno suficiente para aumentar las densidades, pero como no está regulado por el gobierno local no son atractivos para los inversionistas, que siempre buscan obtener grandes ganancias.
Cree que lo que hace atractiva una zona es la regulación, que las autoridades garanticen servicios fundamentales , seguridad y espacios para grandes proyectos.