‘Cosmolingüística’: la mirada cinética de Gerardo Roa Ogando
Por Gerardo Roa Ogando
El análisis de los discursos que se desplazan sobre las escenas, la música, el sonido y la organización de los colores y las acciones que le dan vida al cine, tienen su su base en la mirada, en los oídos y en los sentimientos del otro (el público espectador).
El cine convoca a un espacio desimbologías, movimiento, música y sentidos. Es eso lo que hace que los espectadores procuren leer el discurrir de un guión que es llevado a la pantalla gigante, con el objetivo de proyectar sentidos en los sujetos que miran, que escuchan y que sienten.
Todo cuanto sale del cine, dice, habla, comunica y eso que se expresa no es algo al azar, porque es parte de un discurso integrado al conocimiento, desde una multiplicidad de saberes.
La mirada crítica, el interrogar y el buscarle respuestas a las dudas, sobre el transcurrir de los saberes, es lo que conlleva al investigador a indagar y a buscar respuestas y nuevas realidades, a sus apuestas epistémicas.
Eso es lo que ha ocurrido en esta obra titulada «Cosmolingüística: Discurso, ideología y cine), del doctor Gerardo Roa Ogando (Editorial Isla Negra. XXX aniversario. Colección visiones y ceguera. Puerto Rico-Impreso en Talleres gráficos de Imprenta Soto Castillo, S.A. Santo Domingo, República Dominicana. 2022).
Pocas veces, usted se pone frente a un libro sobre análisis del discurso de un autor dominicano. Esta vez, estamos ante uno de esos pocos estudios que pextienden su vagaje teórico, entre el discurso, la ideología y el cine, como ocurre en ‘Cosmolingüística: Discurso,ideología y Cine‘(2022), del académico e investigador, Roa Ogando.
Esta obra consta de un prólogo (Págs. 13/16), firmado por el Dr. Odalis G. Pérez Nina, además, tiene una introducción (Págs. 17/19), escrita por el sujeto-autor de esta obra. Y consta de seis (VI) capítulos (Págs. 21/109).
Aquí se asume el cine como fuente creativo de un comunicar, y, como parte de un comunicar, te habla, te dice, te expresa. En ese comunicar, te transmite mensajes. Te condiciona a ser un ente pasivo o de acción cuestionadora, desde sus escenas.
Esos mensajes pueden ser positivos, transformadores o negativos, destructores. Eso es así, porque el cine no sólo es «entretenimiento», es también proyección de ideología o formas de asumir el mundo. Forma visiones del mundo, cosmovisión, ante los sujetos espectadores, sin omitir su tratamiento artístico o creativo.
No voy a referirme al concepto de «Cosmolingüística», acuñado por el doctor Roa Ogando, en diferentes estudios, aunque, en este caso, es un tema vinculante con el enfoque analítico aplicado en esta obra.
En el prólogo, el doctor Odalís G. Pérez, hace un abordaje epistémico, centrando su posición en torno a los capítulos que integran esta obra y desarrollando una revisión crítica de la forma de abordaje que el sujeto autor ha plasmado en este libro.
Esta obra hay una «cronología del cine dominicano y espacios para pensar y actuar». En eso del pensar estamos de acuerdo, pero en el actuar, hay que volver la mirada y verificar ese «actuar», tanto en la escena del cine, como producto artístico o estético y como factura política, dentro de nuestras políticas culturales, vinculadas al desarrollo de la industria cinematográfica nacional.
Por suerte, el pensar y el actuar que aparece en esta obra, va dirigido al lector, condicionándolo a generar ideas, al leer, lo cual es muy importante, en una sociedad, y en un sistema educativo, donde leer y pensar, son como un delito.
Además, el sujeto autor de este libro plantea un estudio sobre el discurso y la ideología y se cuestiona sobre qué hablamos y vuelve al pensar y al actuar, como una constante de preocupación investigativa, más allá de la recreación que se nos brinda desde la escena, la acción, los colores y la música, entre otros detalles estéticos, propios del abordaje cinético que podamos aplicar.
El concepto de ideología en el discurso de la familia y nos pone frente a su acuñado concepto de «Cosmolingüística» y lo que él define como su enfoque «transteórico» o más allá de la teoría, nuestros estudios sobre el cine nacional.
Hace una parada en la familia, para verla y tratarla desde la película «Nueva Yol»I, por fin llegó Balbuena» y su estudio sobre la ideología de familia, vista desde la película «Yuniol-2». Lo importante en estos abordajes temáticos, es que se persiste, de nuevo, en «el pensar y en el actuar».
Hay aquí, también una búsqueda del absurdo, esta vez desde su estudio de la película «Carpinteros» (2017), del cineasta dominicano José María Cabral.
Hay en este libro, un espacio para que, los espectadores de escasos conocimientos sobre el cine, como producción artística, adquieran determinados conocimientos sobre algunos conceptos propios de la producción cinematográfica.
Todo esto me trae al recuerdo mis primeros acercamientos a las distintas teorías sobre el cine, con el más completo teórico del cine dominicano, el fenecido Humberto Frías, y, luego, con el teórico de los teóricos dominicanos, Jimmy Sierra.
La película «Andrea» (2005) y sus mitos, queda también analizada, desde la perspectiva de Roa Ogando. Resaltar los planteamientos temáticos fijados en este libro, no indica que estemos de acuerdo con su enfoque, sino que, nuestro objetivo es dar a conocer los puntos teóricos más relevantes que le puedan servir de referentes, a los lectores.
No estar de acuerdo con algunos conceptos sobre el cine, fijados aquí, visto el cine como producción estética, no es una excusa válida para dejar de presentar los valores que esta obra representa para el público espectador dominicano, y, en particular, para los que nada más saben mirar imágenes y escuchar sonidos que brotan de la pantalla gigante.
No puedo dejar de referir el concepto de la teoría carcelaria foucaultiana, en referencia a Michael Foucault y su concepción de la cárcel, como simbología, dentro de una posible semiótica del cine. Aprovecho, para referirme al muy particular tratamiento que el sujeto-autor hace de Foucault.
Hay aquí un tratamiento ideológico que restringe este estudio y es que no traspasa los bordes de qué se dice desde el discurso cinematográfico, dejando de lado los amplios universos estéticos que interactúan en la producción cinematográfica, como los recursos técnicos y artísticos, entre otros aspectos propios de la estética del cine.
Debemos aprender a ver y a sentir el cine, más allá del entretenimiento. Cuestiona lo que ves y lo que escuchas en la pantalla grande. Reacciona.
Hay que aprender a establecer una dialogía con la simbología y con la eufonía del cine, como recurso estético y fuente de sentidos, desde sus universos simbólicos. Y aquí, el sujeto-autor procura que el lector piense y actúe, y no se quede estancado en el acto de la lectura. Lo induce a crear.
No sólo aprende a mirar, a escuchar y a sentir el cine. Piénsalo, interrógalo… y actúa, sin olvidar que tenemos, más allá del cine, una estética y una ética que nos convoca a indagar y a respetar, como sujeto-lectores y espectadores de la escena cotidiana de nuestro teatro vivencial