Advierte que en un contexto de señales de liquidez ya escasa, una
aceleración del aumento de las tasas podría traducirse en una mayor desvalorización de los activos de riesgo que afecte a las acciones, el crédito y los activos de mercados emergentes.
También puede suceder que el endurecimiento de las condiciones financieras sea desordenado, lo que pondría a prueba la resiliencia del sistema financiero y ejercería gran presión en particular sobre los mercados emergentes. El apoyo a la política de restricción monetaria, que hoy en día es fuerte frente a una inflación que registra máximos desde hace varias décadas, podría verse socavado por los crecientes costos económicos y de empleo.
Pese a estos costos, el Fondo insiste en que recobrar la estabilidad de precios tiene vital importancia y es condición necesaria para un crecimiento económico sostenido, al recordar que la elevada inflación de las décadas de 1960 y 1970 ha enseñado que la demora en aplicar una política restrictiva conlleva un endurecimiento posterior mucho más costoso para volver a anclar las expectativas de inflación y restablecer la credibilidad de las políticas.
Europa, víctima de la política exterior y monetaria de EEUU
El euro y la libra esterlina
estánpadeciendo una persistente depreciación, lo que está agudizando problemas macroeconómicos de arrastre de estas económicas.
La libra lleva años deslizándose a la baja frente al dólar, pero la abrupta caída de un 5% en una sola jornada —el lunes 26 de septiembre—, ha desatado las alarmas de un país al borde de la recesión.
La divisa británica registró su mayor caída en un solo día desde marzo de 2020, cuando comenzó la pandemia. Llegó a tocar el mínimo histórico de 1,0327 dólares, su nivel más bajo desde 1972. «Los costos inmediatos para los consumidores podrían ser significativos», explica Ben Laidler, estratega de mercados globales de la plataforma de inversión eToro.
Si la libra se mantiene en este nivel bajo frente al dólar, las importaciones de materias primas cotizadas en dólares, incluidos el petróleo y el gas, serán más costosas. Este efecto ya se puede notar no solo en Reino Unido, sino en cualquier economía que haya visto su divisa depreciarse.
Comprar un barril de petróleo en los mercados internacionales es ahora más caro dada la fortaleza del dólar. Y de ahí que los precios de la gasolina en los surtidores no hayan hecho más que aumentar.
Los bienes importados también podrían encarecerse considerablemente, lo que impulsará aún más la inflación, que ya se encuentra en su nivel más alto en décadas.
Otro impacto directo en el bolsillo de los hogares es que el alza de la tasa de interés hace que las hipotecas sean más costosas.
No sirve la política monetaria para salir de esta crisis
El economista griego y exministro de Finanzas de Grecia Yanis Varoufakis
escribió el artículo
Cómo Occidente envenenó su dinero en Project Syndicate, en el que observa el efecto dañino de la política monetaria de las bancas centrales de EEUU y de la Unión Europea.
Señala que algunos analistas esperan ahora que el dinero, con la suba constante de la tasa de interés, se está purificando en las llamas de la inflación. Pero aclara que la inflación no está sacando el veneno del sistema monetario occidental.
Después de más de una década de adicción al dinero envenenado —emisión de dólares y euros para salvar al sistema financiero—, «no se presenta ningún método de desintoxicación obvio». Y sentencia que la inflación actual no es la misma que estos países enfrentaron en la década del 70 y a principios de la del 80.
Varoufakis afirma que «el socialismo para los banqueros [por la millonaria asistencia financiera dada por los bancos centrales] y la austeridad para la mayoría del resto frustraron el dinamismo del capitalismo, sumergiéndolo en un estado de estancamiento».
Para concluir que «ahora que irrumpe el espectro de la inflación, ninguna política monetaria puede purificar el dinero y restablecer el equilibrio macroeconómico».
Hasta la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha
concluido en su reciente actualización sobre las perspectivas económicas que el mundo está pagando un alto precio por el conflicto bélico. «Junto con la política china de «COVID cero», la guerra ha llevado a la economía mundial a una senda de menor crecimiento y mayor inflación; una situación que no se veía desde la década de 1970″.
En definitiva, la salida de la pospandemia que prometía un sendero de recuperación termina, con el estallido del conflicto bélico en Ucrania y las sanciones económicas a Rusia, en una
crisis global autoprovocadapor la política exterior y monetaria de Estados Unidos, con el acompañamiento subordinado de la Unión Europea.