Ecuador quiere revitalizar a su principal central hidroeléctrica de la mano de China

Por Sergio Pintado

El Gobierno de Ecuador anunció un acuerdo con la empresa PowerChina para la operación de Coca Codo Sinclair, la central hidroeléctrica más grande del país. En diálogo con Sputnik, el experto Jorge Luis Hidalgo valoró que el acuerdo comienza a resolver parte de los problemas legales y operativos que hacen que la planta no opere en su totalidad.
El encuentro que el presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, mantuvo con el líder chino, Xi Jinping, a finales de junio, tiene entre sus primeras concreciones un acuerdo para que una empresa china se haga cargo de Coca Codo Sinclair, la central hidroeléctrica más importante de Ecuador.
Durante una entrevista con Teleamazonas, la canciller ecuatoriana, Gabriela Sommerfeld, anunció un acuerdo con la empresa PowerChina —una de las firmas asiáticas más importantes en materia de infraestructura y gestión de proyectos de energía— para que se haga cargo de la gestión y el mantenimiento de Coca Codo Sinclair, una central de 1.500 megavatios de potencia ubicada sobre el río Coca, en la provincia de Napo, a 150 kilómetros de Quito.
Sommerfeld explicó que el acuerdo implica que la empresa china hará una inversión de 400 millones de dólares para encargarse de la operación y el mantenimiento de la central, aunque no dio detalles del plazo del contrato. El convenio, a su vez, implicó dejar sin efecto la controversia que existía desde 2023 entre el Estado ecuatoriano y la firma Sinohydro, subsidiaria de PowerChina, por fallas reportadas en la construcción de la central.
En diálogo con Sputnik, el experto ecuatoriano en energía Jorge Luis Hidalgo consideró que el país sudamericano alcanzó «una solución inteligente» al problema, ya que el diferendo legal que se mantenía no había permitido que la planta, gestionada por el Estado ecuatoriano, operara completamente durante los últimos gobiernos.
Hidalgo recordó que los gobiernos ecuatorianos se habían negado a «recibir» oficialmente la obra terminada, debido a la constatación de «fisuras» en su construcción. Este nuevo acuerdo, según el experto, le pone fin a la controversia.
«Estar en un arbitraje eterno y no recibir la obra no ha sido la solución. Buscar esta alternativa parece que es absolutamente adecuado», expresó Hidalgo, señalando que la inversión de PowerChina demuestra, en última instancia, que la empresa «cree en la construcción y en que el proyecto va a funcionar».
Entre los desafíos que afrontará la nueva gestión estará asegurar la operación, tanto cuando el nivel de agua es bajo como, por el contrario, con las crecidas, que aumentan la cantidad de sedimentos en el agua del río Coca.
Hidalgo explicó que la central muchas veces no puede «operar en todo su potencial»debido a que el diseño de la misma, señalado muchas veces como «sobredimensionado», facilita que no se alcance el nivel de agua necesario para que la represa funcione a plenitud. Un informe del medio ecuatoriano Primicias consigna que, hasta el mes de julio, la central había salido de operación en 19 ocasiones durante 2025.

El verdadero problema energético de Ecuador

Para el experto ecuatoriano, los 400 millones de dólares que ingresarán por el acuerdo con PowerChina podrán, de alguna manera, «aliviar el déficit económico que tiene el sector eléctrico ecuatoriano» y que, a ojos del analista, son una de las explicaciones detrás de los problemas energéticos que han llevado a Ecuador a establecer apagones a hogares y empresas durante los últimos meses.
Hidalgo señaló que, además de un retraso en la actualización de las tarifas de energía eléctrica, Ecuador mantiene importantes subsidios a la electricidad que utilizan las grandes mineras del país.
En ese sentido, sostuvo que la diferencia entre el costo de generación que tiene Ecuador y las tarifas generan «un hueco» que puede intentar «taparse» con lo que se pagarápor la operación, pero que, a largo plazo, seguirá generando déficit al Estado ecuatoriano. Por ese motivo, estimó que la solución para el problema energético del país no pasa tanto por una mayor generación, sino por un mejor aprovechamiento de los recursos disponibles.

«Ecuador es un país con potencial energético enorme, por lo que es una ironía que estemos con apagones. Este país tiene los recursos hídricos más altos del mundo por kilómetro cuadrado, tiene recursos solares, eólicos, gas natural, biomasa, geotermia. Evidentemente, tenemos una mala gestión», evaluó Hidalgo.

Esos problemas de gestión han llevado al país, por ejemplo, a pagar altos costos por la importación de energía eléctrica, ya sea desde Colombia o a través de barcazas o generación termoeléctrica con diésel importado. La necesidad de importar electricidad termina funcionando para Ecuador como «un prestamista que nos presta a precios exorbitantes«.
Para Hidalgo, solo la quita de los subsidios que se le otorga a la electricidad de grandes mineras facilitará la llegada de nuevas inversiones en generación, que pueden verse atraídas por atender el déficit de 1.300 megavatios que tiene el país, pero evitan concretar las inversiones al encontrarse un esquema tarifario con subsidios.
SPUTNIK

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