El docente universitario en una sociedad de cambios

Virgilio López Azuán

La función del docente cada vez se estremece con los accesos a las bigdatas, con los múltiples avances del estudio del cerebro humano y sus posibilidades, con los movimientos sociales y migratorios, y con el uso de nuevas tecnologías, muchas de ellas reservadas a élites.

Cuando cambian los saberes, cambian las éticas. Lo mismo sucede cuando cambian las maneras de auscultar la realidad también cambian las éticas. Las maneras de asumir los nuevos paradigmas sociales y económicos se convierten en fundamentos críticos para la educación superior. Se ha escrito sobre la desacralización y desmitificación de la realidad en el espacio posmoderno cuando tiemblan los imperativos categóricos. El empuje de la producción y acceso a contenidos y metodologías conminan a un replanteamiento de tradicionales formas de educar. La función del docente cada vez se estremece con los accesos a las bigdatas, con los múltiples avances del estudio del cerebro humano y sus posibilidades, con los movimientos sociales y migratorios, y con el uso de nuevas tecnologías, muchas de ellas reservadas a élites.

El abordaje de una sociedad con cambios tecnológicos acelerados incita al docente universitario a doblar sus esfuerzos de formación profesional cambiando y variando actitudes y aptitudes que permanecieron como modelo durante largo tiempo. Más que las propuestas filosóficas de abordaje metodológico, conceptual y ético de la educación superior, las cuales tardan tiempo en ser asimiladas, los cambios tecnológicos a escala creciente desafían las capacidades del educador.

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