El fin de la era liberal significa «el fin de Occidente»
El mundo está entrando en una era posliberal, que difiere bastante de las expectativas marxistas comunistas, opina el emblemático filósofo y politólogo ruso Alexandr Duguin. En sus palabras, la nueva doctrina política significa el fin del dominio exclusivo de Occidente sobre la humanidad.
El movimiento socialista a escala mundial se había derrumbado y sus avanzadillas (la URSS y China) habían abandonado las formas ortodoxas y adoptado el modelo liberal en mayor o menor medida. La principal fuerza impulsora responsable del colapso del liberalismo eran los valores tradicionales y las profundas identidades civilizatorias.
La humanidad supera el liberalismo, no a través de una fase socialista, materialista y tecnológica, sino a través de la reactivación de estratos culturales que la modernidad occidental consideraba superados, desaparecidos, abolidos. Es decir, más bien a través de la premodernidad, que resultó no haber sido destruida, que a través de la postmodernidad, completamente derivada de la modernidad occidental. El posliberalismo resulta ser bastante diferente de lo que el pensamiento progresista de izquierdas había imaginado que sería.
En general, el posliberalismo pone entre paréntesis la era del dominio occidental en la Edad Moderna, considerándola solo un fenómeno temporal, una etapa en la que no hay nada universal. Una determinada cultura, apoyándose en la fuerza bruta y en el uso agresivo de la tecnología, logró durante cierto tiempo su dominio a escala planetaria, tratando de universalizar sus fundamentos, técnicas, métodos y objetivos.
Así comenzó la historia del Imperio más exitoso del mundo. Pero después de más de cinco siglos, la hegemonía de Occidente ha llegado a su fin y la humanidad ha vuelto (de momento solo está volviendo) a las condiciones que caracterizaban en general la época que precedió al dramático ascenso de Occidente.
El liberalismo, por otra parte, se ha convertido históricamente en la última forma de imperialismo planetario de Occidente, absorbiendo todos los principios básicos de la modernidad europea y llevándolos hasta sus últimas conclusiones lógicas (política de género, cultura de la cancelación, teorías raciales críticas, transgenerismo, poshumanismo, posmodernismo y «ontología orientada al objeto»). El fin del momento liberal es algo más que el fin del momento liberal. Es el fin del dominio exclusivo de Occidente sobre la humanidad. Es el fin de Occidente.
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