El fin de la hegemonía mundial del dólar se acerca

AL MAYADEEN. El consultor privado del sector bancario estadounidense, Patrick Barron, en un artículo publicado en The Mises Institute, asegura que el fin de la hegemonía mundial del dólar se acerca y casi nadie en el gobierno se da por enterado o siquiera entiende lo que esto significa.

Desde la Conferencia de Bretton Woods en 1944, el dólar ha sido la única moneda aceptada en todo el mundo para la liquidación de las cuentas comerciales internacionales entre las naciones.

El Acuerdo de Bretton Woods

Antes de 1944, utilizaban el oro físico para la liquidación internacional, debido que a ningun país le interesaba almacenar en sus bóvedas más de la cantidad necesaria de la moneda local de otra nación con la que comerciaba, por ello sostenían acuerdos comerciales y pedían a sus socios canjear su propia moneda en oro.

El Acuerdo de Bretton Woods añadió el dólar como equivalente al oro físico por un valor de 35 dólares por onza. La razón era sencilla: al final de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos había acumulado una preponderancia de oro, debido principalmente a su papel como supuesto «arsenal de la democracia».

Así, los bancos centrales podían intercambiar dólares para su liquidación en lugar de trasladar o redistribuir la propiedad del oro físico. La debilidad de este sistema era que el mundo tenía que confiar en que EE.UU. no crearía más dólares de los que podía canjear por oro.

Después de aproximadamente veinte años de este acuerdo, el mercado empezó a preocuparse de que EE.UU. no estuviera cumpliendo con sus obligaciones.

El origen se centró en Francia. El propio presidente Charles de Gaulle era un firme defensor del patrón oro clásico, al igual que su asesor financiero Jacques Rueff. A partir de finales de los años 60, De Gaulle ordenó al Banco de Francia que canjeara por oro el 80 por ciento de sus enormes reservas de dólares. Otros bancos centrales siguieron su ejemplo y se produjo una típica corrida bancaria.

Cuando las reservas de oro de EE.UU. alcanzaron niveles críticamente bajos, el presidente Richard Nixon sacó a EE.UU. del patrón de cambio del oro, como se llamaba el sistema de rescate de los bancos centrales, en el otoño de 1971. No devaluó el dólar al oro, lo que podría haber hecho, y prometió detener la expansión del dólar. En lugar de ello, los EE.UU. simplemente pusieron fin a la redención de dólares por oro, permitiendo crear tantos dólares fiduciarios como el mercado mundial aceptara.

Una razón importante fue que Arabia Saudita, el mayor productor de petróleo del mundo, aceptó exigir el pago en dólares por su petróleo, creando así una demanda mundial de dólares. En este momento la era del petrodólar sustituyó a Bretton Woods, sin embargo, Patrick Barron asegura que su fin está cerca.

Este acuerdo del «petrodólar» se está rompiendo ahora, dice Barron, debido a la degradación cada vez más acelerada de la moneda. La causa es la impía alianza de la Reserva Federal, el banco central de Estados Unidos y el gobierno de ese país.

La Reserva Federal crea, de la nada, todos los dólares que el gobierno necesita para mantener su masivo y siempre creciente déficit de gasto. La monetización de estos déficits ha llevado a una pérdida de poder adquisitivo del dólar a un ritmo acelerado.

Patrick Barron considera que todo este caos sólo podría financiarse con la aceptación mundial del dólar fiduciario. Pero, gran parte del mundo está harto. Hay varias organizaciones que están cooperando para desarrollar una alternativa al dólar para la liquidación del comercio internacional.

Los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), la Organización de Cooperación de Shangai (OCS) y la Unión Económica Euroasiática han formado un grupo de trabajo para desarrollar un medio de cambio basado en productos básicos que sustituyan al dólar como principal medio de liquidación del comercio internacional.

Estados Unidos no ha cumplido con su responsabilidad de proteger el poder adquisitivo del dólar mediante el control de su oferta.

El artículo concluye augurando que la nueva moneda de la OCS suplantará al dólar como principal moneda de reserva del mundo,principalmente porque estará respaldada en gran medida por materias primas y no estará bajo el control de un país soberano, sino de varios países soberanos, todos dedicados a su salud monetaria para garantizar el libre flujo del comercio y los pagos internacionales.

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