El futuro de la inteligencia artificial: ¿entre la reafirmación humana o el predominio tecnológico?
Por Leonel Fernández
Luego de la Revolución Industrial y de la Revolución Digital, ha emergido la revolución de la inteligencia artificial, que es la más grande innovación de todos los tiempos y la tecnología que más rápidamente ha avanzado en la historia de la humanidad.
La inteligencia artificial se encuentra en todas partes. Se ha convertido en omnipresente. Figura en la educación, la salud, los negocios, el transporte, la seguridad, el medio ambiente, la industria, la agricultura y hasta en la música, el cine y las artes plásticas.
Pero no siempre ha sido así. La inteligencia artificial no es un fenómeno nuevo, que ha surgido en forma inadvertida. Al revés, sus orígenes hunden sus raíces a cerca de un siglo atrás. Ha tenido una tortuosa evolución, con momentos de rápida expansión y otros de parálisis total.
En la actualidad, su presencia se ha hecho notable a través de los chatbots, que son una forma de inteligencia artificial generativa, que se manifiesta por medio de la capacidad de generar textos, imágenes y sonido.
Empezó por mecanismos de reconocimiento de la voz como Siri y Alexa, y ha continuado con la creación por parte de las grandes empresas tecnológicas, como Open AI, Microsoft, Google y Meta, de dispositivos como ChatGPT 4, Copilot, Gemini y Meta AI.
Esas creaciones tecnológicas están teniendo en la actualidad un gran impacto, en diversas áreas de la actividad humana. Su evolución es exponencial y se han hecho hasta llamados para limitar su continuo crecimiento por temor al efecto disruptivo que pueda generar sobre nuestra convivencia humana.
Pero más allá de la inteligencia artificial generativa, se proyecta que para los años por venir, se elaborará una nueva modalidad tecnológica, que será la inteligencia artificial predictiva. Esta se fundamentará en la ciencia de los datos y la estadística para identificar patrones y tendencias, con la finalidad de facilitar la toma de decisiones sobre la base de predicciones fundamentadas en la inteligencia artificial.
La gran competencia
Hace cerca de 30 años, en 1996, una computadora desarrollada por la empresa IBM, Deep Blue, venció en una partida de ajedrez al campeón mundial ruso, Gary Kasparov. Eso, por supuesto, además de una considerable sorpresa, provocó una gran conmoción.
Fue cuando, de manera más ostensible, surgió la interrogante de si en algún momento las máquinas podrían superar la capacidad e inteligencia de los seres humanos. Con el actual avance de la inteligencia artificial, el tema se ha vuelto a suscitar con mayor intensidad.
Respecto de la inteligencia humana existen diversas concepciones. Para algunos, la inteligencia es única y puede medirse a través del coeficiente intelectual. Para otros, existen múltiples tipos de inteligencia. Es lo que sostiene Howard Gardner, investigador y ensayista de la Universidad de Harvard, autor de la teoría de las inteligencias múltiples.
La inteligencia humana es resultado del proceso biológico que se produce en el cerebro, el cual ha tenido una evolución de millones de años. Eso ha permitido al ser humano colocarse por encima de las demás especies animales y dominar su entorno físico.
Entre sus atributos se encuentran el de disponer de la capacidad de hacer uso del lenguaje, para aprender, comprender, razonar en forma lógica, pensar de manera abstracta, así como de desarrollar la conciencia, la intuición, el sentido crítico y la imaginación.
Por su parte, la inteligencia artificial es creada por seres humanos a través de programas computacionales y algoritmos. Realiza tareas específicas y opera conforme a patrones matemáticos y estadísticos. Procesa grandes cantidades de datos, realiza cálculos rápidos, traduce y reconoce imágenes. Carece de conciencia, de sensibilidad y de emociones.
Actualmente, la inteligencia artificial supera a los seres humanos en tareas como las de precisión en tareas repetitivas, velocidad y procesamiento de datos, reconocimiento de imágenes, voz, traducción de idiomas y la creación de nuevas herramientas tecnológicas.
La competencia entre la inteligencia artificial y los seres humanos se acrecienta al considerar la noción de superinteligencia artificial, elaborada por autores como Nick Bostrom (Superinteligence).
Pero esta, hasta el momento, no constituye más que una hipótesis en la que la inteligencia artificial superaría a los seres humanos en ámbitos como la resolución de problemas complejos, la creatividad y superpoderes cognitivos.
¿Competencia o colaboración?
En el ámbito de la competencia entre inteligencia artificial e inteligencia humana, en 1968 se exhibió una película de ciencia ficción, hoy considerada uno de los mejores filmes de la historia, 2001: Odisea del Espacio, dirigida y producida por uno de los cineastas más destacados e innovadores del siglo XX, Stanley Kubrick.
En el desarrollo de su trama, se produce un viaje de astronautas y científicos a Júpiter, a bordo de la nave espacial Discovery One, a los fines de investigar un monolito extraterrestre. Junto a ellos, la supercomputadora HAL 9000.
La mayor parte de las operaciones de los sistemas de la aeronave son controladas por HAL, que es capaz de sostener conversaciones, reconocer emociones, desarrollar conciencia y actuar como si fuera un ser humano.
La competencia entre inteligencia artificial y humana aparece en la película cuando entre HAL y la tripulación humana surge un conflicto acerca de quién ha incurrido en un error que pone en peligro el cumplimiento de la misión.
Como consecuencia de la disputa, HAL desconecta los sistemas de soporte vital de los astronautas, lo que provoca su muerte, al tiempo de negarse a abrir la puerta de la nave a Dave Bowman, el único astronauta que queda consciente.
En 2001: Odisea del Espacio, surge la interrogante sobre si existe una superioridad de la superinteligencia artificial sobre la inteligencia humana; y si esa presunta superioridad podría conllevar en el futuro a una rebelión de las máquinas que ponga en riesgo la supervivencia humana.
Por supuesto, esas interrogantes solo caen en el ámbito de la especulación y de la ciencia ficción. En el mundo real, lo que se espera es todo lo contrario, es que en lugar de una rivalidad, prevalezca una colaboración entre la inteligencia artificial y los seres humanos; que se produzca una interacción, en la cual la inteligencia artificial, como tecnología innovadora, esté siempre al servicio del progreso de la humanidad.