Informes sobre la resistencia popular en Haiti.

Santo Domingo.La comunidad de Estados del Caribe, China, Rusia, Venezuela, Nicaragua, Cuba y México que a su vez conforman países miembros de la ONU y OEA han vetado la intervención militar en Haití.

El gobierno de los Estados Unidos, Canada, Francis, los estados miembros de la UE han dado la espalda a los problemas hemisféricos que representa la escalada de inestabilidad en Haití.

Esta nación caribeña que hace frontera con República Dominicana mantiene uno de los niveles de desarrollo más bajo de la región, las tasas de morbilidad más altas de la región con un sistemas sanitarios vulnerable en COVID-19.

Haití, expoleado por las multinacionales norteamericanas y europeas abandonado a su suerte por su clase política, secuestrado por las ONGs tras un terremoto que destruyó totalmente las estructuras físicas, gobernado con mano de hierro por los últimos remanentes de la dictadura de Baby Doc reciclados en los partidos políticos fabricados al vapor por la CIA de EU quienes asesinaron al presidente Jouvenel Moise instalando un golpe de Estado e intervenido militarmente por tropas de ocupación disfrazadas de fuerza humanitaria esta a punto de estallar.

Según reportes de prensa, consultas con movimientos sociales progresistas, líderes de las revueltas populares en favor de la preservación del Estado de Derecho y el mantenimiento del hilo constitucional Haití se encuentra sin gasolinas, las miserables condiciones de vida se han deteriorado y la oposicion política al gobierno unido al movimiento Lávalas que lidera Jean Bertrand Aristides y una coalición de movimientos sociales encabezada por activistas, intelectuales y maestros se encuentra liderando el advenimiento de un cambio radical de gobierno, garantías de seguridad interna, elecciones presidenciales libres, Diálogo Nacional junto a los instrumentos hemisferios como CARICOM y ALBA.

El gobierno de los Estados Unidos y los gobiernos de la UE con embajadas en Haití mantienen un acoso constante a la situación social y política interna obstaculizando una solución local a los asuntos internos de la sociedad haitiana.

Los niveles de desigualdad, la falta de oportunidades, la erosión del eco sistema y del medio ambiente, la alta contaminación de sus ríos, los constantes brotes de epidemias tropicales, la escasez de agua potable, el contrabando, la potencial migración en masa hacia la República Dominicana y las costas de Miami anuncian el preludio de una crisis humanitaria, conflictos armados, violencia irregular y desestabilización en toda la región caribeña.

Los acontecimientos sociopolíticos en Haiti no son aislados.

Responden básicamente al control de las instituciones nacionales de parte de los intereses de las multinacionales europeas y norteamericanos, al despojo a ultranza de sus minas y recursos naturales, a la presencia de elementos de lo que fue el Grupo de Lima, a la falta de previsión de la ONU y OEA como elementos de neutralidad, a la pérdida de hegemonía estadounidense en América Latina y el Caribe, al constante acoso de la diplomacia estadounidense en Puerto Príncipe y al descalabro del partido Demócrata hacia las elecciones de noviembre.

Que Dios no coja confesados.

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