José Martí: Antecedentes y trascendencia del Partido Revolucionario Cubano (2 de 10)
Raúl Rodríguez la O
Pero este hombre organizador de la tercera y última guerra por la independencia y fundador del Partido Revolucionario Cubano se forjó poco a poco, peldaño a peldaño en el duro bregar que lo convirtió en el Apóstol de nuestra independencia. Con pensamiento profundo e ideas geniales, así como con honradez y valentía política no vaciló en expresar sus sentimientos y opiniones con el objetivo de servir mejor a la causa de su patria. Incluso discrepó y se enfrentó en algún momento por cuestiones de métodos a los generales Máximo Gómez y Antonio Maceo durante los preparativos del plan insurreccional de 1884 a 1886 que prepararon dichos jefes.
José Martí era Anahuác
Por eso cuando en una reunión de los dirigentes de diferentes clubes revolucionarios de Cuba, convocada por el coronel Pedro Martínez Freyre, celebrada en La Habana, el 18 de marzo de 1879, en los instantes en que se preparaba la Guerra Chiquita, se creó un Club o Comité Central Revolucionario de toda la Isla donde se nombró presidente al doctor Ignacio Zarragoitía con el seudónimo de Cromwell, y a José Martí quien también participó en dicho encuentro lo eligieron vicepresidente. En esa oportunidad en el Acta original de dicha reunión, localizada por el autor en el Legajo 104 número 28 del Fondo de Donativos del Archivo Nacional de Cuba, aparece la firma de José Martí y debajo de esta su seudónimo Anahuác con la siguiente nota prueba inequívoca de sus criterios y valoraciones políticas ya en esos momentos:
“En cuanto se crea este Centro para auxiliar activamente la Revolución, sin entrar a discutir las bases y relaciones de gobierno que fija”
Calixto García invita a Máximo Gómez
Cuando Calixto García salió de New Jersey con destino a Cuba, el 26 de marzo de 1880, para dirigir la Guerra Chiquita a Martí lo nombraron su sustituto y de ese modo se quedó como presidente interino del Comité Revolucionario Cubano de Nueva York. En esa oportunidad cumplió cabalmente sus funciones hasta el fracaso definitivo de ese segundo intento independentista y pudo adquirir así una importante experiencia como dirigente político que de mucho le serviría para los años sucesivos.
En julio de 1882 se dirigió a los generales Máximo Gómez y Antonio Maceo quienes en esos instantes residían en Honduras y tras hacerles una pormenorizada descripción de la lucha hasta esa fecha los invitó para reiniciar nuevamente con la unidad necesaria las actividades patrióticas y revolucionarias.