La caída de la banca de EE UU en Bolsa duplica a la de Europa desde el colapso de Silicon Valley Bank

CINCO DÍAS. El desplome que arrastraban ayer por segundo día consecutivo las acciones del First Republic Bank son el claro ejemplo de cómo no se ha cerrado aún la sangría bursátil en la banca estadounidense desatada con la quiebra del Silicon Valley Bank, hace ya más de mes y medio. El índice estadounidense KBW, que engloba a las grandes entidades y también a las regionales, sufre desde el 8 de marzo, el día previo a conocerse los problemas de SVB, un descenso del 23%, mucho mayor al retroceso de su homólogo europeo el Stoxx 600 de banca, del 10,76%.

La banca europea ha resistido mucho mejor en Bolsa la fuerte sacudida que supuso la caída de SVB y cuya onda expansiva también se llevó por delante a Credit Suisse, nada menos que un gigante europeo sistémico. Las semanas que han pasado desde entonces han permitido a los inversores poner en perspectiva las diferencias entre la banca estadounidense y la de la zona euro, donde las exigencias de liquidez y capital son mayores. Así, de acuerdo a la evolución de sus respectivos índices bancarios, el descenso para el estadounidense duplica con creces al que sufre el europeo desde la caída de SVB.

En Europa, la pérdida más estrepitosa en ese período es para Sabadell, que hoy presenta resultados del primer trimestre y arrastra un descenso del 23,5%. Esta entidad se ha rehecho de los apuros de capital que tiempo atrás la tuvieron en la diana de los inversores y ha dado la vuelta a su estructura, poniendo el foco en la mejora de la rentabilidad. Las turbulencias de las últimas semanas la pusieron en todo caso en el foco de las ventas del mercado. Sabadell destaca entre los bancos europeos más castigados desde la quiebra de SVB junto al sueco Avanza Bank y el francés Société Générale, con descensos de más del 20%.

En EE UU, First Republic ha pulverizado más del 90% de su valor en Bolsa en el último mes y medio. Le siguen, con fuertes descensos de más del 40%, las entidades Western Alliance y Zions. El colapso de Silicon Valley Bank puso de evidencia las debilidades de la banca regional de EE UU, que en su inmensa mayoría no está sujeta a las exigencias de capital de los bancos sistémicos. De hecho, el listón a partir del que se considera un banco sistémico en EE UU quedó rebajado de los 250.000 millones de dólares de activos a los 50.000 millones durante el gobierno de Donald Trump, una flexibilidad a la que las autoridades estadounidenses se han planteado ahora dar marcha atrás. No en vano, la banca pequeña y mediana de EE UU es el pilar de la financiación de las pymes estadounidenses, que reciben el 70% de sus créditos de entidades de un tamaño inferior a los 250.000 millones de dólares. Y un 30%, de bancos de activos de menos de 10.000 millones, según datos de Goldman Sachs. En Bolsa, son los gigantes bancarios los que mejor resisten en EE UU el golpe de SVB y JP Morgan, que ha recibido un cuantiosos depósitos de clientes de pequeñas entidades en las últimas semanas, se desmarca con una caída de apenas el 1%

En todo caso, el derrumbe de First Republic –desatado al reconocer en sus resultados una fuerte fuga de depósitos– ha tenido un contagio contenido en las cotizaciones de los bancos europeos. Las entidades españolas sufrieron ayer descensos entorno al 1% y la banca europea no fue el sector más castigado del día y su retroceso se contuvo al 0,16%. En EE UU, el castigo se focalizó en los títulos de First Republic.

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