“La crisis en América Latina y el Caribe no se avecina, es permanente”

CRONICON. El siguientes es el resumen del Informe sobre América Latina y el Caribe para la Asamblea Mundial de la Red del Comité para la Abolición de las Deudas Ilegítimas (CADTM), celebrada en Dakar, capital de Senegal en el África Occidental, entre el 13 y el 16 de noviembre de 2021.

En relación a la situación política, económica y social en América Latina y el Caribe (ALC) se parte de que el dato más importante es la ofensiva capitalista. Sin embargo, existen países donde se producen, a menudo, importantes movilizaciones e incluso explosiones sociales de gran escala. Los enormes levantamientos populares que conmovieron a distintos países latinoamericanos: Chile, Ecuador, Perú, Haití, Colombia, entre otros, expresan saludables nuevos aires y un contexto de lucha de clases más agudo. Por lo tanto, el tema central es cómo va a responder el pueblo a esta ofensiva del capital sobre el trabajo, la naturaleza y la sociedad (y aquí nos referimos a la cultura del consumismo, del desperdicio, del individualismo…). Por lo tanto se puede colegir que ALC es un territorio en disputa.

En este contexto, ganan terreno la súper-explotación, la precariedad y la individualización de la clase trabajadora. El trabajo en plataformas, el retroceso de la capacidad adquisitiva del salario, el aumento del desempleo, la recarga del trabajo reproductivo feminizado.

Es necesario mencionar, también, las deudas privadas, las deudas de los hogares: uno de los resultados de la subida de la tasa de interés es el aumento del endeudamiento de las familias. Este endeudamiento ha alcanzado altos niveles, por ejemplo en Brasil ha llegado al 74%, en septiembre de 2021. Este proceso de aumento de la deuda de los hogares tiene como base el desempleo y el aumento de la tasa de interés.

Entre la alineación con Washington y los procesos contradictorios

Una primera aproximación política nos lleva a caracterizar a aquellos países en donde priman procesos de derecha y con una clara alineación a los dictados de EEUU como ocurre actualmente con los gobiernos de Colombia, Chile, Ecuador, Brasil, Uruguay, Paraguay, Haití, Honduras, Guatemala.

Especial reflexión merece Haití, donde durante los últimos años se caracteriza por una tremenda crisis política e institucional causada por la imposición desde Washington de la llegada al poder de la extrema derecha del PHTK que aceleró el proceso de gansterización del sistema político eliminando toda posibilidad de construcción de una legitimidad política.

Por otro lado, están aquellos países o procesos complejos, contradictorios donde no necesariamente se destaca una alineación con la política exterior de los EE.UU. En el marco de estos procesos contradictorios, claro ejemplo es Argentina, donde el gobierno ha realizado algunas concesiones sociales y democráticas, que lo diferencian del gobierno ultraderechista precedente (Mauricio Macri), con la aprobación de la Ley de interrupción del Embarazo, el impuesto (por única vez) a las grandes fortunas y, por otro lado, apoyando políticas injerencistas de la OEA (Ministerio de Colonias estadounidense). Tal vez, en este grupo pueda considerarse a Perú que está en un grave atolladero, no sólo por las continuas presiones de la derecha fujimorista, sino también por los retrocesos continuos y el viraje ideológico del propio gobierno de Pedro Castillo.

No es posible dejar de considerar, en ALC, a países que padecen permanentes intentos de desestabilización, donde existe una importante injerencia de EE.UU. a través de sus Agencias (USAID, NED…) y presencia militar: Bolivia, Venezuela y, en especial Cuba. Esta pequeña Isla bloqueada y asediada desde hace más de 60 años, que logró, a pesar de ello, producir cinco vacunas contra la Covid19 y enviar 21 brigadas Henry Reeve que acompañaron a 20 países en Europa, América Latina y el Caribe, África y Medio Oriente intentando contener la propagación del coronavirus.

Situación socio-económica

La pandemia del coronavirus (Covid-19) impactó en las economías de América Latina y el Caribe, que ya venían con serios problemas consecuencia de la crisis capitalista mundial y del modo de inserción global, como productores de materias primas.

La contracción regional promedio fue de – 7% para 2020, según la CEPAL.

Algunos datos en relación a la pandemia muestran la siguiente realidad:

La población de ALC es de: 652.276.325. Lo que representa un 8% de la población mundial. El cuadro de pandemia es grave ya que, sobre este porcentaje de población, se han registrado un cuarto de los muertos a nivel global.

Hasta el 31 de octubre de 2021, la mayoría de casos fatales de Covid-19 registrados en América Latina y el Caribe ocurrieron en Brasil. Con un total de 607.824 fallecidos, es el más afectado en la región. México, por su parte, ha registrado 288.365 muertes por coronavirus. Perú: 200.246 / Colombia: 127.281 / Argentina: 115.950 / Chile: 37.757 / Ecuador: 32.958 / Bolivia: 18.925 /… Cuba: 8.236 con 11.330.000 habitantes.

Lo paradójico en relación a la pandemia y a la situación económica, es que el número de multimillonarios en la región subió 41%, al tiempo que que hubo un retroceso de una década en relación a la pobreza. Es decir, los ingresos (en su gran mayoría provenientes del salario) no cubren la canasta básica. De cada 34 habitantes, 13 se encuentran en pobreza extrema, es decir, no solo no pueden cubrir la canasta básica, sino que ni siquiera les alcanza para la canasta alimentaria.

La desigualdad se agudiza. Los países con más multimillonarios son: Brasil (66), México (14), Chile (9), Perú (6), Colombia (5), Argentina (5).

Existen altas tasas de inflación en buena parte de los países. Con altos precios de alimentos y combustibles, afectando fuertemente a la población más pobre, con grandes ganancias para el sector primario-exportador. No se trata de una inflación de demanda, pero sí, de ganancias de los grandes monopolios agro- alimentarios y de producción de hidrocarburos.

¿Se avecina una crisis de la deuda pública?

Por todo lo anterior es dable aseverar que en ALC la crisis no se avecina, es permanente, solo alcanza con analizar los mecanismos de extracción permanente de sus bienes comunes (extractivismo), la pérdida de derechos y salarios dignos, el modelo económico caracterizado por un insaciable y voraz sistema de muerte (capitalismo) que utiliza la deuda externa tanto pública como privadas como mayor mecanismo de transferencia de plusvalor.

Para ALC la deuda pública siempre ha sido una hipoteca, un condicionante estructural (como el libre comercio).

Aunque mucho más endeudados están los países desarrollados como EE.UU., Japón y países centrales, el problema de ALC es que no produce dólares u otras divisas, es decir, su situación de dependencia, su modo de inserción global como es la de productora de materias primas para obtenerlas.

Claro ejemplo es Argentina que con una deuda pública que ronda los 323.000 millones de dólares (unos 266.000 millones de euros), claramente impagable, agudiza la dependencia a la dominación global.

En estos momentos, el gobierno renegocia con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el préstamo gigantesco que tomó Macri (2018) por 56.300 millones de dólares, que se convirtió en el más grande de la historia de este organismo de crédito multilateral (65% de su cartera). No obstante, la administración de Macri sólo recibió US$ 44.300 millones. Este monto no se usó para ninguna inversión, ni obra pública, ni para “estabilizar la economía”. Fue una probada maniobra especulativa, fuga de capitales mediante. El actual gobierno de Alberto Fernández denunció a los responsables locales del fraude ante el Poder Judicial. Pero, por otro lado, negocia los términos y condiciones de pago, sin cuestionar su legitimidad. Tampoco publica toda la Investigación del Banco Central que pondría en evidencia a los beneficiarios de esta estafa.

Esta deuda además de ilegítima, ilegal y odiosa es impagable (insostenible), aun pagando a 10, 20 o más años.

Existen muchos mitos a desmitificar. ¿Qué pasa si se llega a un default? Nada. Ya la Argentina estuvo en más de una oportunidad en esta situación, basta recordar los años 2001/2002. Lo lamentable es que se desaprovechó una excelente oportunidad (cuando se renegoció con los acreedores privados) sin usar los argumentos jurídicos internacionales como el estado de necesidad y el cambio fundamental de circunstancias.

Las principales luchas en curso

En la actual coyuntura en ALC no existe una sola lucha, sino varias, aunque no hay una articulación a nivel continental. Las luchas ambientales contra el modelo del agronegocio; las luchas feministas y las que han adquirido también gran trascendencia como las reivindicaciones de la población LGTBI+; o contra el patriarcado y los mecanismos actuales del neocolonialismo; las protestas en reclamo los derechos a la salud y educación, por las soberanías tanto alimentaria como energética hacen del hemisferio un territorio en permanente ebullición social. Existen intentos de concretar articulaciones locales y regionales, con posicionamientos antiimperialistas y anticapitalistas, internacionalistas solidarios y respetuosos de los movimientos, dinámicas, procesos de los demás pueblos, que luchan por la emancipación y con un horizonte socialista.

Entre victorias y derrotas

Hay procesos que dan cuenta de los que significa la lucha popular, por ejemplo, Chile que logró nada menos que la convocatoria de una Convención Constituyente, cuya presidenta es la académica indígena Elisa Loncón.

Por otro lado, cabe mencionar que en Uruguay, en diciembre de 2021, se realizará un referéndum para derogar la Ley de Urgente Consideración (LUC), de contenido neoliberal, para lo cual varios sectores sociales se dieron a la tarea de recolectar firmas, según pide la Constitución, para llegar a esa instancia.

En lo que tiene que ver con las derrotas en Uruguay y otros países de los sectores dominantes y plutocráticos hay que hacer una reflexión política de fondo y es que la conciliación de clases de los gobiernos socialdemócratas y la dirigencia de los sectores sindicales mayoritarios, no se animaron a dar un paso más allá, dejaron de hablar, de pensar en el socialismo, en la lucha de clases. Por lo tanto, es evidente que varios sectores políticos y sindicales se autodefinan como progresistas o demócratas, pero no como anticapitalista y antiimperialistas.

Otro ejemplo es Brasil que en los últimos años, con el gobierno fascista de Bolsonaro, padece de un límite al gasto social que se ha proyectado para los próximos 20 años, así como se han venido concretando reformas al sistema pensional y al régimen laboral, consolidando la mal denominada “autonomía” del Banco Central; la inclusión del ajuste fiscal en la Constitución Federal (EC 109); entre varias otras medidas que han sido aprobadas por el Congreso Nacional, aprovechando su funcionamiento virtual y ante la dificultad de movilización social. Sin embargo, la Auditoria Cidadã da Dívida (Auditoria Ciudadana de la Deuda) de Brasil ha logrado evitar, al menos hasta ahora, la total legalización del esquema de la “securitización” del crédito público.

Las luchas contra la deuda ilegítima

Si bien existen incipientes procesos de lucha contra la deuda ilegítima, no son suficientes, ni el tema está instalado en la gran mayoría de la población (trabajadores, educadores, desocupados, jóvenes, jubilados). Actualmente se puede observar que con la crisis, hay una sensibilidad mayor sobre el tema. En Argentina la lucha contra el FMI está instalada, a partir de la lucha y la constitución de la autoconvocatoria.

A nivel continental la Auditoria Cidadã da Dívida (Auditoria Ciudadana de la Deuda) de Brasil es una de las principales referencias de la lucha contra la deuda ilegitima, incluyendo tanto la pública como la privada, cuyos agentes siempre dependen de la ayuda del gobierno. Hay cientos de entidades que están con esta causa, sin embargo, también hay sectores poderosos (capital financiero, grandes diarios) que siempre intentan decir que está bien pagar la deuda sin auditar.

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