La otra guerra contra Rusia: la sucia
Por Rolando Prudencio Briancon
Incluso antes de que Rusia decidiera iniciar la Operación Militar Especial en el Dombas en febrero de este año, la mano cargada por mancillar y calumniar a Putin ya se puso de manifiesto.
Fue así como el presidente norteamericano Joe Biden lo llamó «Criminal de guerra y Asesino » y, una vez ejecutada la Operación Militar, Occidente se vino encima de Rusia con toda una serie de sanciones; por algo que legitimamente Rusia estaba en todo su derecho soberano de poner en práctica frente al accionar criminal de bandas neonazis que del 2014 hasta ahora ha cobrado la vida de más de 14000 rusos en el Donbas luego de las revueltas del Euromaidan.
Y si retrotraemos más aún los acontecimientos dentro nuestra memoria larga, ésta Guerra Sucia contra Rusia se dio después del triunfo de la ex URSS -hoy Rusia- sobre el nazismo en 1945, luego de la Segunda Guerra Mundial, pero fue el oportunismo de los EE.UU., y sus aliados occidentales que dentro el Nuevo Orden Mundial creado entonces, emergió embusteramente un unipolarismo establecido por los Estados Unidos como la potencia hegemónica.
Es por éste motivo que ante la contemporánea coyuntura de construir un Nuevo Orden Mundial multipolar, el mismo que no esté impostoramente liderado por nadie; precisamente por la multipolaridad que caracteriza hoy al mundo, y que es la garantía además de que no exista sometimiento de nación alguna ante ninguna potencia como hubo hasta ahora, es que los EE.UU., y sus aliados occidentales se han ido con todo contra Rusia. Es más, han instado desde el inicio de la Operación Militar rusa a que todo el mundo indiscutiblemente la condenen.
Es así como a casi medio año de iniciada las operaciones militares rusas por Desnazificar Ucrania, el involucramiento de Occidente en la guerra contra Rusia, y que es en lo que derivó la Operación Militar, no ha dejado de convertirse una Guerra Sucia contra esta nación.
Y no es que EE.UU., y las potencias occidentales se le haya puesto al frente a Rusia, tal cual son las guerras sucias, sino que han enviado desde mercenarios, armamento, asesoramiento; y miles de millones (70 mil millones de dólares para armar a Ucrania, dejándola endeudada de por vida), para derrotar a Rusia.
Pero además que la imposición de hasta sarcásticas sanciones como ha sido la reciente decisión de países bálticos -Filandia, Letonia, Estonia y otros- que han prohibido el visado a turistas rusos a esas naciones. O la exclusión de Rusia de participar en el mundial de fútbol. O la supresión de la lectura de las obras de Fedor Dostoieski en la materia de literatura universal en las escuelas, etc. En fin, toda una serie de majaderas medidas.
Son toda una serie de resentidas medidas que se le han ido imponiendo y, la última es el cobarde asesinato de la hija de Alexander Dugin Dasha -o Darya- Dugina en Bolshie Vuszoni, quien como resultado de la explosión de atentado terrorista han golpeado moralmente al asesor principal de Putin: Alexander Dugin, padre de Dasha.
Y si a este cobarde atentado añadimos los alevosos ataques contra la central nuclear de Zaporyhia, es que estamos ante una otra guerra que Rusia -aunque está en su naturaleza también de Rusia enfrentar a cualquier enemigo-; una Guerra Sucia que está enfrentando.